Queridos hijos:
El dolor del mundo es la consecuencia de la falta de amor fraterno entre hermanos. Es ese amor que Yo espero gestar en los corazones que se separan de Dios y de Su Reino Celestial.
Queridos hijos, en estos tiempos el sufrimiento es provocado por la falta de hermandad y de unidad entre las almas que fueron creadas por el mismo Dios de las Alturas.
En estos momentos los corazones se pierden con facilidad en todo lo que es superficial y vulgar. Por eso, hijos Míos, incansablemente Yo vengo desde el Cielo todos los días para que las consciencias encuentren los códigos de la paz y los principios de la nueva humanidad, que se basan en la unidad y en el amor.
Queridos hijos, en ciclos de batalla que sus espíritus no pierdan la Gracia de pertenecer a Dios Padre. Es por eso que Vuestra Madre Celeste viene desde el Cielo para traerles a cada momento los valores espirituales que reconstruirán la Tierra; valores que se pierden todos los días y en consecuencia las consciencias llegan a olvidar el sentido de por qué están aquí.
Mientras estén cansados, no bajen los brazos, reciban de Mi Corazón el consuelo que necesitan para reabrir las puertas a la victoria de la Luz.
Hijos Míos, hoy solo busquen estar en paz y en silencio, así percibirán que no están solos, que están con Vuestra Madre caminando hacia el encuentro del Señor y del Universo de Su Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los cura profundamente a través del Espíritu de la Gracia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz