Sábado, 24 de noviembre de 2012

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Mensaje maternal para Mis amados hijos de toda América.

Queridos hijos:

Hoy se alegra Mi corazón por encontrarlos con la llama de la oración encendida en vuestros corazones. Quiero cultivar esa llama y ese amor eternamente en vuestros pequeños corazones, para que puedan volverse un puente entre la Tierra y el Reino de Dios. Traigan este Reino cada día más cerca de vuestros seres, para que así sea también ofrecido a los que no buscan Mi Corazón Inmaculado.

Hijos Míos, hoy el Espíritu de Dios desciende sobre cada uno de ustedes. Abran sus corazones para recibirlo y sean fuentes inagotables de este Espíritu para cada ser de esta Tierra, como lo es Mi Corazón para todo el Universo.

Hoy vengo a traerles el Santísimo Corazón de Dios. Su Amor Puro y Santo me encomendó esta tarea para que, a través de Su propia Consciencia, la perfección del Universo active el rescate de Sus criaturas.

Amados hijos, hoy la Consciencia de Dios les da a conocer un poco de Su Sabiduría, a través de Su Espíritu y a través de Mi Corazón. Este Espíritu viene como la Paz, una Paz desconocida para vuestros corazones. Paz que cura todos los males, siempre que los pequeños corazones lo permitan.

Oren, pues es a través de la oración constante, del eterno llamado que realizan sus corazones al Reino de Dios, el Santo Espíritu podrá ingresar.

Mi Corazón los llama a la conversión. Conversión del corazón, de las costumbres, del pensamiento. Es a través de la oración que sus pequeños seres se convierten. Y cuando hablo de conversión, hijos Míos, hablo de una transformación profunda, mediante un profundo amor a Mi Corazón y al Corazón Puro de Mi Hijo Jesús.

El camino para las bendiciones de los Cielos es siempre el mismo: oración, oración y oración.

No se cansen jamás de orar, como Mi Corazón no se cansa jamás de buscarlos. Él no descansará hasta que el último de ustedes ingrese en Mi Reino.

Les agradezco.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad