Miércoles, 29 de julio de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos Míos:

En el silencio de Mi Corazón puro se guardan los más íntimos secretos sobre el destino de esta actual humanidad.

Hoy deseo revelarles uno de ellos, que considero más urgente en estos tiempos: el efecto espiritual que tienen las modernidades en un buen cristiano y en un buen consagrado.

En Fátima le anuncié a Jacinta sobre este tiempo que llegaría y le pedí que antes de su muerte se lo revelara solo a su confesor.

Desde Fátima, quise despertar la verdadera paz en el mundo. Por eso, Mi llamado de aquel tiempo se repite en este ciclo, avisándoles a todos que busquen el camino de la oración que los eleva, y que se aparten de las modernidades que abrazan a todos, mucho más que el Espíritu de la Paz.

A Jacinta, le dije en Fátima que en los tiempos que se aproximarían al planeta, la humanidad idolatraría a las modernidades como a un dios propio, y todas ellas serían el fruto de una infiltración cósmica negativa en el inconsciente de todos los seres de la Tierra.

Más tarde, esto generaría una adicción como tantas otras tendencias que serían activadas por las propias garras de Mi adversario.

En ese tiempo, la Mujer Vestida de Sol debería llegar nuevamente al mundo para desarmar los planes del enemigo de querer hipnotizar y conquistar el inconsciente de las almas y por consiguiente, la vida del espíritu de las criaturas.

Esa forma de hipnotismo moderno despertaría la idea de un “avance de los tiempos” y traería consecuencias muy determinantes en el sueño de los seres humanos, generando efectos futuros de insomnio, pérdida del alineamiento interior y, principalmente, falta de paz.

Esta arma de las modernidades ocuparía la vida diaria de las personas, volviéndolas dependientes de un sistema falso y de una red de relaciones satánicas. Así esa dependencia de las modernidades desnutriría la vida espiritual y les haría perder el sentido de la búsqueda de los Universos Celestiales.

Este plan, contrario a la evolución del universo, que fue anunciado en Fátima, generaría en el futuro una ausencia y una separación de la vida y del amor familiar. Los niños dejarían de ser amados, para ser ocupados todo el tiempo por las insignias del mismo plan. Los más pequeños perderían, desde el vientre de sus madres, el interés de sentirse reconocidos y así, pasarían a ser una dificultad en la vida tan ocupada de las madres y de los padres.

Estas modernidades ocuparían aun las horas de sueño, creando una dependencia negativa y un alto desinterés por la vida del espíritu y la búsqueda de Dios.

En aquel tiempo, le dije a Jacinta, en Fátima, que en el próximo tiempo existirían todo tipo de formas y de aparatos modernos que serían capaces de absorber por completo la atención de las personas y harían perder los sentidos internos, como el de poder escuchar a Dios, y así rápidamente alejarse de Él.

También le revelé en Fátima que, a partir del año 2000, despertaría en la humanidad una convicción contraria a Dios, basada en querer avanzar a través de las modernidades y desarrollar esa idea maléfica dentro de la vida de las almas y de todas sus familias.

Más tarde, le dije a Jacinta que esas modernidades serían la cúspide de un falso modelo, que sería el soberano engañador que ingresaría hasta dentro de la vida religiosa y que quien no orase muchos Rosarios, no podría percibir con el corazón hacia dónde estaría desviándose.

También, le revelé a Jacinta, cuando ella pasaba sus últimos días en el hospital de Lisboa, en Portugal, que en la humanidad despertaría una competencia basada en modernos falsos bienes que generarían un afán por la comodidad, por el placer y por saber quien tendría la mejor modernidad. Todo eso haría perder el espíritu de lo sagrado y el espíritu de la sabiduría.

Le dije en Fátima que no podría revelar la última parte de esta historia de perdición, que Mi adversario está llevando adelante en la actualidad. También, le dije a Jacinta que retornaría por última vez al mundo en un pobre y perdido lugar del sur de las Américas para que, fuera de la tradicional Iglesia de Cristo, el mundo Me pudiera reconocer y Me pudiera escuchar por última vez.

Para eso, le prometí a Jacinta que por pedido de Jesús, Yo consagraría legiones de almas celestes para que en la Tierra fueran Mis brazos armados, a través de la oración, del ayuno, de la comunión y de la confesión; lo que impediría la total destrucción inconsciente y espiritual de la vida humana. Por eso, Yo vendría a pedir la consagración de las Américas a Mi Inmaculado Corazón, con el fin de que al menos la mitad del cien por ciento Me escuchara y respondiera a Mi llamado.

Le dije a Jacinta, tres días antes de morir, que si Rusia se consagrara a Mi Corazón Inmaculado, gran parte del mundo sería amparado un tiempo más y que el día del gran Juicio Universal llegaría más tarde.

También, Yo le confesé y le revelé a Jacinta que, si el mundo seguía adoptando las modernidades y sus acciones como dioses mundanos propios, gran parte de la humanidad sufriría las consecuencias de haber cambiado a Dios por esas modernidades.

También, le revelé que Mi enemigo gobernaría principalmente sobre una gran parte de la vida religiosa hasta secar completamente la fuente de la sed por Mi Hijo.

Si eso llegara a suceder, le dije a Jacinta que Mi amado Hijo aparecería por segunda vez en cierto lugar del mundo para intentar atraer, hacia él, las últimas Gracias de Dios sobre los corazones que no las merecerían por indiferencia y por error.

Si tan solo una parte, la que debería sumar más de la mitad del cien por ciento, respondiera al Llamado vivo de Cristo, Mi Hijo concedería que la Madre de Dios apoyara a la humanidad durante un ciclo de tres solsticios, con la esperanza de que despertara a tiempo.

La historia no terminó y el Juicio todo lo definirá. Por eso, el arrepentimiento de corazón y la búsqueda sincera del Reino de Dios será lo que salvaría al surgimiento de la Nueva Humanidad, de la Nueva Jerusalén.

Mediten sobre Mis palabras y recen Conmigo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los despierta a la consciencia superior,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz