Miércoles, 19 de agosto de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO EXTRAORDINARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos Míos:

En la alegría que conmueve a Mi Corazón maternal, Yo los invito a buscar en este día la fusión verdadera con el Espíritu Santo, para que bajo esta sagrada Presencia, plena de amor y de verdad, ustedes puedan caminar hacia el descubrimiento de esta Gracia que proviene de más allá del plano espiritual y que nace de la Fuente Divina.

San José conoció junto con María la expansión de estos Dones, dones de humildad, de caridad y de sabiduría que trajeron al mundo la Misericordia de Dios y el bien para todas las almas.

A las puertas de este sagrado conocimiento, queridos hijos, Yo los invito a buscar esta verdad que mora en el Corazón de Dios.

Cada vez que piden al Casto Corazón que interceda por la humanidad, están llamando simplemente a los méritos internos que San José alcanzó como hombre de esta Tierra y, de la misma forma, sus oraciones atraen los Dones infinitos del Santo Espíritu de José, como fue el Don de la consagración que Él vivió por amor al proyecto de la humanidad.

Queridos hijos, abran las puertas de sus corazones para encontrar esta realidad divina y abracen este camino hacia el descubrimiento de la verdadera esencia de todas las cosas.

San José quiere ayudarlos a ser simples, humildes y buenos. No habrá ningún otro camino interno o ninguna otra filosofía divina que puedan recorrer, que no sea el camino santo que San José vivió por todos.

Cristo es único y no existirá otro Mesías como Él que haya vivido y predicado entre ustedes. Cristo es Gloria y Divinidad; y Él ahora solo retornará al corazón de aquel que, siendo pecador, pida  Su Divina Misericordia para ser perdonado.

Hijos, imiten el camino de los Sagrados Corazones, pero no quieran ser algo que en verdad no son; sean humildes, sirvan y abracen con amor la cruz que Mi Hijo les entregó. Síganlo, recen con fervor por esta humanidad decadente y sustituyan en sus mentes todas las ideas de una vida espiritualizada por su verdadero yo.

Su Madre Celeste; San José, Obrero de los pobres; y Cristo, su Señor, que está sentado a la derecha de Abba; desean inspirarlos a vivir una vida de santidad. Si al menos alguien fuese santo y silencioso, el mundo cambiaría y el rumbo de la humanidad estaría a salvo.

Crean, sientan y vean que Cristo, el Rey Glorificado, Santa María de Aurora y San José Obrero los visitan en esta casa como en otros lugares del mundo, que hoy son Centros y Santuarios Marianos de Gracia y de Misericordia.

Reconozcan la Obra de los Mensajeros Celestes, a la que son llamados a participar en humildad y sin realizaciones. El único milagro para sus seres es la oferta amorosa del Cielo al camino del perdón, de la redención y de la conversión.

¡Les agradezco por haber respondido al llamado de los Mensajeros Divinos!

Los une a la única verdad celestial,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz