Martes, 26 de febrero de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE EXTRAORDINARIO PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN EN LA CIUDAD DE SALTA, ARGENTINA, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, MADRE DE TODOS LOS PUEBLOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Hijos Míos:

El Señor Me envía en este día para unir en el Corazón de Salta a todos los Grupos Marianos con un propósito Redentor y Salvador.

Quiero que cada uno de Mis orantes y peregrinos estén unidos, como un solo corazón, a Mi Santuario de Salta. Para que desde allí, Yo pueda abrir la Puerta de la Salvación para las almas que Me aguardan.

Cada uno de sus corazones, hijos Míos, deberá estar listo y dispuesto para acompañarme en abismos profundos de sufrimiento, para rescatar las almas que hace siglos están presas en esas realidades.

Quiero hoy realizar con Mis hijos una Misión de Paz y Misericordia, que confirmará la victoria gloriosa del Señor y plasmará Su Misericordia sobre esta ciudad de Salta y sobre todo el Norte Argentino.

Los convido hoy a encender sus corazones en una oración que se renueva en cada cuenta. Y, de esta forma, Me ayudarán a mantener vivas y encendidas las esencias de muchos de Mis hijos que se están apagando.

Como Señora de Guadalupe vengo a colocar en Mis brazos todas las razas, sobretodo a Mis amados hijos indígenas. A través del amor de Mis pequeños peregrinos, quiero liberar el sufrimiento y la incomprensión que viven en los corazones de muchos pueblos indígenas de este planeta.

Como Reina de la Paz vengo a derramar Mi Paz sobre el mundo. Y a través de cada Grupo Mariano unido a Mi Corazón en esta hora, encontraré una puerta para ingresar en cada nación de este planeta.

Por eso, donde estén, hijos Míos, sepan que ahí Yo llegaré y siempre que oren con amor, estarán abriendo las puertas de sus ciudades, naciones y continentes, para el ingreso de Mi Paz.

Como Madre de la Divina Concepción de la Trinidad vengo a gestar en el interior de cada nación, el Espíritu Trino. Vengo a anunciar el descenso del Espíritu Santo sobre las vidas de cada ser de esta Tierra, siempre y cuando permitan que el Santo Espíritu de Dios viva en sus corazones.

Este es el tiempo correcto. El Señor ya preparó Sus Huestes y Su Santo Espíritu ya sobrevuela la periferia de sus corazones y de las conciencias, aguardando el momento de poder entrar y fundirse en las criaturas de Dios.

Por eso hoy oren con especial devoción unidos a Mí. Yo  los acompañaré en este triunfar de la Luz Divina.

Les agradezco, pequeños hijos, por responder a Mi llamado todos los días.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad