Martes, 22 de diciembre de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Que en estos tiempos se fortalezca profundamente su fe, sin permitir que ella desaparezca de sus consciencias.

Una vez Mi Hijo les dijo: “la fe mueve montañas”. Es esa fe de la cual Mi Corazón Inmaculado les habla, una fe inquebrantable y victoriosa, que coloca a los corazones más allá de su purificación o de su trascendencia.

Es esa fe, hijos Míos, que Yo necesito que hoy proclamen ante el Señor. Una fe que los eleva, que los conduce y que los motiva día a día a abrazar la unión interna con Cristo, Vuestro Señor.

Abriendo las puertas de sus seres internos, dejarán que el Santo Espíritu de la Fe se manifieste, no solamente en las obras, sino en todo lo que hace elevar a la consciencia como lo es la oración y el canto.

La fe es una proclamación verdadera del amor que sentimos por Dios, y es ese amor colmado de fe, que los ayuda a vivir el perdón y la redención.

Hijos Míos, cuando caigan al suelo una y otra vez, recuerden todos los atributos de la fe necesarios para ayudarlos en su madurez espiritual.

Queridos hijos, llamen al Ángel de la Fe a través del siguiente decreto orante:
 

 Oración Poderosa al Ángel de la Fe
Oración para ser recitada todas las veces que nos encontremos
en momentos de prueba y de purificación.

 

Proclamo ante Dios, la presencia de la Fe.

En la Fe abro las puertas a la redención,
y nada me hace temer.

Por la Fe pierdo todos mis miedos,
y soy guiado hacia la Fuente del Amor de Cristo.

En el nombre del Ángel de la Fe,
toda culpa es liberada.

En el nombre del Ángel de la Fe,
esa sagrada llama de elevación crece en mí
y en mis hermanos.

Por la Fe Poderosa de Cristo,
toda maldición es disipada.

Hoy reina el poderoso rayo de la Fe,
y todas las puertas del mal son cerradas.

Hoy reina el poderoso rayo de la Fe,
y las almas son liberadas de toda opresión.

Renace en mi corazón la esperanza,
y la llama de la Fe es la guía eterna de mis caminos.

Unido al Ángel de la Fe,
la Gracia de Dios nos colma por los siglos que vendrán.

Amén.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los une al principio de la Fe,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz