Martes, 14 de enero de 2014

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA, REINA DE LA PAZ A MADRE SHIMANI

Amados Míos:

En este tiempo de conflicto y caos, en donde el mal quiere llevar a las almas hacia lugares inciertos e infernales, la unidad entre los apóstoles de Mi Hijo será la llave para sustentar este final de los tiempos.

Hemos transitado largos caminos, hemos recorrido montañas y valles, senderos de luz, que juntos, ustedes y Yo, hemos marcado en esta Tierra y en el corazón de muchas almas que se han vuelto hacia Dios y hoy esperan ansiosas el retorno del Salvador.

Muchos caminos hemos de recorrer juntos aún, construyendo este mapa mariano sobre la faz de este planeta, para que un día los pueblos, las razas, las religiones y todas las naciones miren hacia lo Alto para recibir la Misericordia y la Justicia Divina. Esto será un movimiento de orden nuevo para todas las criaturas.

Hoy vengo hasta Mis hijos para aliviarlos del peso del camino, para que sepan que delante de las pruebas que vendrán estaré más que nunca con todos ustedes.

A pesar de lo que parezca que sucede en este mundo, y a veces entre Mis soldados, estamos construyendo dentro de las consciencias una fortaleza que ustedes aún no conocen.

Cuando se alientan unos a otros a seguir caminando en la fe que Mi Hijo les enseña, cuando comprenden y perdonan las fallas de vuestros hermanos de camino, cuando se elevan a pesar del cansancio y la soledad interior, están formando en vuestras consciencias grandes torres que vigilan vuestro espíritu para que el enemigo no se pueda acercar.

No olviden que, cuando definitivamente se entreguen a la Voluntad del Divino, el mal no los perseguirá más internamente, porque en vuestras moradas habitará el Único y Verdadero Rey, Cristo, el Gran Pastor.

Ese día, Mis pequeños, el miedo se convertirá en un amor desconocido, en una fuerza mayor que los impulsará directamente hacia Dios. Ese día, hijos queridos, ya no existirán las dudas, el dolor interior; la paz absoluta reinará en vuestras vidas y serán bienaventurados en vida, ejemplo fiel del Amor de Dios sobre la Tierra.

Mis pequeños amados, que hoy están de rodillas frente a Mí como Mis niños, sepan que estos breves momentos en los que puedo acariciar vuestras almas, son momentos preciosos para Mí, porque en este tiempo estos instantes son únicos en el universo. En estos momentos de unión de vuestros corazones con el Mío, en donde puedo acercarme para cubrirlos con Mi manto de luz, Mi Corazón de Madre reboza de amor y alegría.

Perciban, Mis amados, cómo Mi Corazón Inmaculado los llena de luz, de esa luz que Dios me ha permitido traer al mundo. Sientan pequeñitos, cómo Mi Amor de Madre, el amor de vuestra Madrecita ingresa en cada uno de ustedes.

Yo siempre los cuidaré, los acariciaré con Mis santas manos, como hice con Jesús, para que nunca se desanimen.

Sepan, hijos queridos, que el camino que falta será intenso y difícil para algunos, pero si todos levantan sus espadas y sus voces para jurar fidelidad al Redentor, la Luz de Dios descenderá sobre ustedes y los cubrirá de protección divina.

Tengan siempre presente que son Sus Amados y Pequeños Hijos, los que Él eligió para acompañar a Su Primogénito, el Salvador.

Estoy con ustedes, dentro de vuestros corazones. Soy vuestra Madre, la Reina del Cielo y de la Tierra.

Gracias por estar hoy Conmigo.

Los amo,

María, vuestra Madre