Jueves, 22 de septiembre de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy Mi voz es escuchada, al igual que la voz de Mi Hijo, en los cuatro puntos de la Tierra. Son las voces que provienen del Verbo divino y que revelan ciertas verdades que traen, según los hombres, consecuencias divisorias dentro y fuera de la Santa Iglesia.

Como en Guadalupe, Lourdes, Fátima, Medjugorje y en Aurora durante Mi primera aparición, en aquel momento, nadie pudo reconocer quién era Yo.

El espíritu de sobriedad de la Iglesia ha llevado a proteger la fe de los fieles. Pero en verdad muy pocos consiguieron, a lo largo de los tiempos y sin milagros confirmatorios venidos del Cielo, creer desde la primera vez.

Ese tipo de fe está en muy pocos, porque es una fe que no rechaza pero tampoco acepta ni reclama; esa fe que está en muy pocos solo acompaña con sabiduría y sin repudio, porque en verdad ningún miembro de esta humanidad conoce el Plan de Dios.

Es así, queridos hijos, que Dios manifiesta Su Propósito de una forma que no todos aceptan, porque ese propósito lleva a la transformación y al cambio.

No estoy hablando, Mis hijos, que la Iglesia cambie o no ante la verídica presencia de la Madre de Dios. Yo he aparecido, a través de los tiempos, en donde el Padre Me ha pedido que entregue siempre un mensaje de paz y de advertencia que la mayoría no lo acoge con fervor.

Ya estaba escrito que la Mujer del Apocalipsis llegaría y estamos en ese momento; esto lleva a modificar ciertas acciones y pensamientos, porque todo tiene que estar a favor del Plan de Dios y no a favor del plan de los hombres.

Cuando llega un anuncio del Cielo, en alguna parte del mundo, y este es continuo y seguro, el primer paso de los hombres es omitir ese llamado y desmentirlo a todas las almas. Eso cierra el corazón de los fieles y hace perder la Gracia de ser directamente ayudados por el Cielo.

Ninguna de las apariciones de su Madre Celeste es aceptada antes de tiempo, es así que para preservar y proteger la confianza de los corazones, el Padre Me ha pedido en otras épocas que haga milagros, y en este ciclo el mayor milagro es que Yo esté entre ustedes, predicando y abriendo la consciencia a la verdad que muchos de Mis hijos quieren ocultar y así rechazarla.

Cada alma es libre y lo será hasta el fin de sus días, pero las gracias que Yo derramo en cada lugar son únicas y no se repiten.

Cada lugar en donde Yo aparezco recibe lo que necesita, según el Propósito que el Padre presenta para cada ciclo de la humanidad.

Mi faz se está presentando fuera de la Iglesia para que Mis hijos vean que el mensaje es que hay corazones necesitados de ayuda y la Iglesia no responde a ellos con el amor debido.

Quiero formar en las almas la verdadera unión con Dios y esa unión no tiene barreras, por eso estoy enseñando a todos a rezar, a adorar, a contemplar y a perdonar; la Gracia es para todos los que la buscan y aman a Cristo de todo corazón.

No sean ciegos y no cierren con su fuerza humana la puerta de salvación que Yo estoy abriendo para todas las almas; todas las almas merecen la salvación de Mi Hijo e iré hasta el final, hasta cumplir con lo que el Padre Me ha pedido.

Ya no me ofendan, únanse por amor y síganme. Recuerden, hijos sacerdotes, que ya una vez los llamé y no Me quisieron escuchar, nadie en este planeta tiene la responsabilidad por lo que pido, soy Yo, su Madre que viene para sacarlos del eterno sueño y de la comodidad.

Les agradezco por acompañar Mi obra de corazón.

Los reconcilia,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz