Jueves, 13 de junio de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS, LA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Como Ave Luminosa y Redentora Yo los bendigo hoy y siempre, sellando así el compromiso de todos Mis pequeños hijos con Mi Corazón.

Mis amados, con infinita alegría Mi Corazón desciende a la Tierra, porque en esta Casa bendita de Redención encuentro aliento para llevar a las almas que más lo necesitan.

Aquí, en esta Aurora del Corazón de Dios, quiero que el mundo encuentre la Paz que no existe en las naciones. Que entre vuestros corazones reine una Fraternidad que se fortalezca por medio del Amor y de la Unidad.

Abran los brazos para recibir a todos los que se aproximen a esta Casa; no teman recibir al más perdido de Mis hijos, porque Yo lo encontraré y lo haré retornar a Dios a través de vuestros corazones.

Quiero que aquí, en esta Casa de Redención para el mundo, se viva una Caridad Sagrada que actúe por sobre todas las cosas. Aprendan a vivir en eterno servicio unos con otros, porque de esta forma despertarán unos en los otros los Sagrados Dones del Espíritu Santo.

Pedí que esta Casa fuese construida de ladrillo y paja para que supiesen vivir lo Sagrado mediante la simplicidad. Quiero que descubran el Reino de los Cielos en la vida simple, como fue con la Sagrada Familia de Nazaret.

Sean todos castísimos, serviciales y puros como José. Sean amorosos, acogedores y orantes como María. Sean fieles a Dios y a Su Plan Sagrado sobre cualquier circunstancia que se presente en vuestras vidas y, como Jesús, jamás teman cargar la Cruz que el Señor les envíe; por el contrario, abracen esa Santa Cruz como lo hizo el Maestro que les mostró el camino para la Redención.

Pequeños hijos, aunque Mi Verbo se recoja en estos meses en vuestra Casa, Mis ojos recorren cada espacio de este lugar y conocen la necesidad de cada uno de vuestros corazones. Como Madre Bendita Yo los observo en silencio y en la primera oportunidad que Me abran las puertas del corazón, responderé al llamado de vuestros corazones.

Quiero en este día agradecer a Mis pequeños, que perseveran en el calor de esta Nueva Aurora, que se unen a Mi Corazón y al Corazón de Mi Hijo diariamente. Sepan, Mis pequeños, que están respondiendo a Mi Llamado y que están correspondiendo a la Voluntad de Dios.

Cuando Mi Corazón se encuentra con todo el dolor que existe en el mundo, no se desanima; sabe que hay un pequeño lugar de ladrillo y paja al cual retornará y encontrará preparados, a los pocos pero fieles soldados de Mi Corazón.

No se desanimen delante de las pruebas, pues el Señor permite que las vivan para que estén fortalecidos para lo que vendrá. Jamás olviden que el Rey del Universo alcanzó la Gloria de los Cielos por medio de la Cruz, por medio del Amor que perseveró en cuanto Su cuerpo pendía de la Cruz por toda la miseria del mundo.

Vengo para fortalecerlos, para protegerlos del frío que llega, para que encuentren siempre en el Fuego de Mi Corazón un espacio seguro donde reconfortar vuestros pequeños corazones.

Vengan sin demora a Mis brazos pues, en este día estoy como Su Madre Divina y Sagrada, como una Madre que viene de muy lejos para estar con Sus hijos, pues sabe cuánto necesitan de Su presencia.

Los amo profundamente y les agradeceré siempre por aguardar Mi Corazón y por responder a Mi Llamado.

Que el Santo Espíritu esté en vuestros corazones.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Nuestra Señora de Aurora


Cuando terminó de transmitir el Mensaje, María se quedó un tiempo con nosotros y comenzó a orar la siguiente oración:

 

Oración de Unión al Espíritu Santo

Espíritu de Redención y Vida,
Espíritu Santo que todo restaura e ilumina,
desciende sobre los corazones que Te aguardan,
colma los corazones que Te llaman,
renueva las esencias de los que padecen en el mundo.

Despierta Tus Dones en los que aspiran a servir eternamente a Dios.

Despierta Tu Espíritu en los corazones del mundo
y en todos ellos encuentra Tu Eterna Morada,
para que la Gloria de Dios se manifieste en la Tierra
y lo Sagrado retorne a vivir en este mundo.

Amén