Lunes, 23 de mayo de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Como Madre de Jesús, perdí a Mi Hijo, amado y glorificado por Dios, durante Su Pasión y Muerte.

Mi pesar era el pesar de Dios por ver tanta indiferencia humana. Esa indiferencia humana que Mi Hijo y Yo, como Su Madre, tuvimos que transmutar desde el momento en que Él fue entregado a los fariseos.

Así, en un profundo y pesado dolor de Madre, tuve que entregar a Dios lo que más amaba y había gestado en Mi vientre de Luz.

En ese momento, su Madre del Cielo, como mujer y sierva de Dios, confió en lo que estaba sucediendo y en ningún momento Dios nos abandonó, aunque la Pasión de Cristo haya sido extremadamente dura y difícil de soportar.

Cuando una madre pierde a un hijo, es como perder una parte de sí, algo que la propia madre humana engendró en su interior, en su corazón.

Cuando un lazo materno se quiebra por la pérdida de un hijo amado, sea físicamente o espiritualmente, existe un momento que vive la consciencia de una profunda soledad y vacío, más aún cuando ese hijo es indiferente a todo.

Por eso, Cristo aún sufriendo la Cruz del mundo, Me entregó a la humanidad como hijo, para que nuevas consciencias tuvieran la Gracia de ser redimidas por Dios.

Dios envía nuevas consciencias a los brazos de una madre, para que puedan ser atendidas y a partir de allí un nuevo ciclo se presenta a la vida de las almas, y los hijos que no dieron el paso o se mantuvieron  indiferentes pasan a otra escuela de amor y de perdón hasta que consigan alcanzar la verdadera unidad.

Hay muchos hijos que se sienten olvidados y que esperan amar y ser amados; por eso, el Padre los envía para renovar el tiempo y la vida de todos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En oración y fe,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz