Domingo, 17 de junio de 2018

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y SEÑORA DE CZESTOCHOWA, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE CRACOVIA, POLONIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Con alegría vengo al mundo y especialmente a Polonia, la tierra amada de San Juan Pablo II, para bendecirlos y llevarlos nuevamente hacia Mi Gracia, a fin de que por medio de estos encuentros de paz su Madre y Señora de Czestochowa pueda seguir obrando y reparando los corazones que más necesitan.

Con Amor Materno regreso a Polonia para infundir aún más la Misericordia de Mi Hijo e interceder por medio de la Fuente de Su Compasión.

La Madre de Dios llega a Polonia para hacer revivir los atributos de su cultura y de su pueblo, llevando cada uno de estos atributos a la sublimación de la consciencia y, así, recuperando los valores de la fe y de la unión con Dios.

En este día especialmente desciendo para establecer un poco más de paz y de perdón en las almas, almas que necesitan reencontrar el camino de la unión con Dios, para así poder vivir los principios de Su Gracia y de Su Misericordia.

Como Madre de todos vengo para testimoniar que es posible avanzar y vivir con la esperanza de poder reencontrar a Dios de tiempo en tiempo y estar en comunión con Él.

Como Madre y Patrona de Polonia vengo para derramarles la Sabiduría de Mi Corazón Maternal, un Don que, viviendo en ustedes, permitirá seguir restaurando y reparando toda la consciencia de su pueblo.

La Sabiduría de la Virgen de Czestochowa los ayudará a llevar adelante el Plan de Dios para su nación y su pueblo, mediante la devoción incalculable de sus corazones por los Nuestros y también por los santos que el Padre ha enviado a su patria para ayudarla, como fueron Santa Faustina y San Juan Pablo II.

Por medio del modelo de vida de estos santos que muchas más vocaciones puedan despertar en el seno de la Iglesia de Cristo y en la fe de todos los hijos de Polonia.

Como Madre de todos vengo para restablecer uno de los principios de los Designios de Dios para su patria, sabiendo que en este tiempo será imprescindible sostenerse con la fe y la confianza en Dios, para también restaurar a la Iglesia y a sus creyentes.

Por eso, como Madre y Señora de Czestochowa, regreso a Polonia a fin de reconstruir el espíritu de amor de su humanidad y así propagar, desde aquí hacia el mundo, la devoción de todos ustedes, hijos Míos, a Mi Inmaculado Corazón.

Mis Manos de servicio, caridad y bien, hoy vienen llenas de Gracias para derramarlas sobre ustedes, Mis queridos hijos, y para que estas mismas Gracias se propaguen en las naciones del mundo que necesitarán de su fe y de su oración para establecer la paz.

Yo los conduzco por este camino de sabiduría y de amor para que las almas sean ayudadas y contempladas en la Misericordia de Dios.

Aún hay tiempo para poder ingresar en esa Fuente de compasión y de alivio que ofrece Mi Amado Hijo para el mundo entero.

Por medio de esta renovación que hoy les traigo Yo los invito a vivir el nuevo tiempo, el tiempo de saber cumplir el Plan de Dios en ustedes mismos, para que después se cumpla en el mundo entero.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice y los renueva,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Czestochowa