Viernes, 11 de abril de 2014

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA AL VIDENTE FRAY ELÍAS 

Hace dos mil años, durante la semana anterior a Mi Pasión, Yo me encontraba todavía en Galilea, curando y haciendo milagros de vida para los que después me entregaron a la Cruz.

Antes de eso, el Señor me había confiado experimentar el sabor de la amargura y de la árida sed de la condición de esta humanidad. Ese fue el momento antes de Mi Pasión, cuando Mis células humanas se rindieron a la Voluntad de la Divinidad.

Mi Espíritu reconoció desde el primer momento de vida la tarea que realizaría por amor a los otros; así, en la oferta constante al Señor, Él me dio de beber del cáliz de Su Voluntad, para que en honra a Su Nombre cumpliera con Su Petición de redimir y salvar a la humanidad. Ante la crueldad del enemigo, el Señor Me inspiró para irradiar el espíritu de la serenidad y de la paz.

Si usted hijo Mío ve y percibe que todo a su alrededor parece estar vacío y sin vida divina, recuerde el compromiso que firmó Conmigo para este tiempo. Mi Gracia se derramará sobre los simples de corazón; pero Mis Peticiones, que a veces son amargas, también deben cumplirse en aquellos que caminan a Mi lado.

Esta es la realidad del servidor de Cristo, derramar hasta la última gota de su agua por amor a los otros, aunque encuentre rivales o barbaridades en sus semejantes; ese será el momento de ser misericordioso, de amar y de perdonar los errores que los demás cometen sin percibirlo.

Un verdadero ser misericordioso se arriesga hasta el punto de ser condenado a la muerte de su ego, así se enderezarán los caminos de los que siguen a Cristo.

Esta semana preparatoria a la vivencia de Mi Pasión, los invito a ser misericordiosos hasta en los mínimos detalles, porque de esta manera podrán cumplir con Mi Voluntad. Cuando Yo fui condenado, me silencié. Cuando Yo fui flagelado y lastimado me silencié. Cuando fui clavado en la Cruz, me entregué.

A veces Dios muestra Su Voluntad y Su Deseo de una forma que tal vez no la entendamos, pero en todo el Señor quiere decirles algo; es hora de confiar y de amar Su Gran Voluntad Universal.

El Espíritu de Dios siempre los nutrirá y los aliviará de todo, porque quien sirve a Dios nada le faltará en esta vida ni en la próxima vida en el Cielo.

Bajo la Gloria de Dios, sean bienaventurados.

¡Gracias por vivir en Mi Corazón!

Cristo Jesús, el Rey del Divino Amor