Domingo, 6 de octubre de 2013

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

3.ª Maratón de la Divina Misericordia – segundo día
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hoy, el encuentro con el Maestro fue verdaderamente especial para cada uno de nosotros, porque antes de Su llegada tuvimos la visita del Arcángel Miguel, que abrió una puerta al Universo Celestial para que el Maestro pasara.

La Presencia del Arcángel Miguel era verdaderamente impactante, Su Luz era muy brillante y Su Poder muy fuerte. Él, con todo Su Amor, nos fue envolviendo con Su aura azul, preparando la llegada del Maestro.

Nuestro Maestro pasó por una puerta de forma octogonal, abriendo el universo hacia la Tierra, hasta llegar a este lugar.

Él llegó como un gran Sol, un gran Sol de energía blanca que fue expandiendo Sus Rayos por cada provincia de Argentina. Esos rayos estaban impregnados de mucho Amor, de mucha Misericordia, y a pesar de que el Maestro mostraba la miseria del mundo, Su Compasión era más fuerte. Esos rayos transfiguraban, transformaban esas miserias que Él veía y las convertía en Amor.

Así, Él hoy nos transmitía Su Compasión y al mismo tiempo irradiaba mucha gratitud, algo muy nuevo que nos estaba entregando, una emanación de Su Corazón que era algo diferente para nosotros.

Pudimos comprender y sentir a la gratitud como algo profundo, sagrado, reverente, devocional y también podríamos decir como algo contemplativo que Él irradiaba.

Eran varios Rayos que Él expresaba en uno solo y todos esos Códigos de Luz los depositó sobre ustedes.  Él, en ese momento, confiaba en lo que les estaba entregando a cada uno. No sabemos qué era lo que le entregaba a cada uno, pero sí sabemos, por lo que nos mostró, que Él le entregó Sus Rayos. Es una tarea que iniciará con cada uno, tal vez un compromiso que cada uno renueva con Su Consciencia, en esa unidad perfecta con Cristo.

Comprendimos que, seguramente, Él nos pide algo a cambio, un paso a dar, según nos dijo.

 

Esta Tercera Maratón de la Misericordia despertó una especial alegría en Mi Sagrado Corazón, porque desde el principio quería demostrarles a todos Mis discípulos que es posible hacer cosas más grandes de las que Yo realicé en otros tiempos.

En verdad, hoy les agradezco porque esta ofrenda de oraciones ayudó espiritualmente en los siguientes puntos, que Yo quiero compartir con todos.

Primero, la Maratón en Argentina congregó almas sedientas de Mí, y esto ayudó para que todas ellas encontraran el camino de la fe y de la renovación.

Segundo, esta oración misericordiosa colaboró para que los Planes Celestiales en Argentina sean guiados por la Luz de Dios y no por la voluntad de los hombres.

Tercero, Mi principal agradecimiento se debe a la unión fraterna y ecuménica con el Santo Padre Francisco. Yo les aseguro que Argentina, el 13 de octubre de este año, será la primera nación consagrada en el Cielo al Inmaculado Corazón de María.

Yo los invito a descubrir los resultados de cada maratón en sus corazones.

Mi Esperanza Pastoral es unirlos cada día más hasta que sean finalmente uno entre ustedes y Uno Conmigo.

Será necesario que la Ley se cumpla en toda la humanidad; pero siempre será la fe en Mi Infinita Misericordia la que les permitirá ver la luz en el horizonte de la vida, en cada situación interior.

Queridas ovejas de Mi nuevo rebaño, Yo quiero tener cerca a los que se apartaron de Mi Amor, para eso recibiré día y noche la ofrenda simple de sus corazones para que Mi Plan Redentor se pueda cumplir.

Esta Tercera Maratón logró unir esencias con el Reino Sagrado de Mi Padre; problemas graves serán resueltos, asuntos confusos en sus vidas se disiparán porque han confiado en Mi Misericordia.

Como buenos apóstoles, les pido que oren por aquellos que no escuchan Mi Voz de amor, para que en el día de mañana estos hijos de Mi Padre encuentren un camino de luz y de esperanza.

Quisiera volver a la Argentina, si ustedes Me lo permiten, pues Mi Propósito es consagrar la nación a Mi Sagrado Corazón. Si esto fuera así, al igual que con el Uruguay y con el Brasil, estas tres naciones servirán de amparo y resguardo a las almas de otras naciones cuando lleguen los tiempos de la confirmación. 

Espero que depositen su fe en Mi Propósito, de esta forma, el Señor los bendecirá todos los días.

Es hora de unir los corazones y de llevarlos al Océano de Mi Divina Misericordia.

Aguardo en el silencio la permanente respuesta de ustedes; que este encuentro Conmigo, en el día de hoy, sea el motivo de vivir en la Alegría de Dios. Sean alegres, sigan adelante viendo en sus caminos Mis Sagradas Huellas de Luz. Quiero corazones pecadores para convertirlos en almas misericordiosas.

Gracias por haberse animado durante estos dos días a ingresar en Mi Océano de Piedad y Misericordia.

Bajo la Luz Infinita de Dios, sean todos bienaventurados.

Gracias por permanecer todos los días en Mi Corazón.

Cristo Jesús