Lunes, 4 de mayo de 2015

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN BRASILIA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 22.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Miren al cielo y vean desde ahora el glorioso descenso de vuestro Rey.

Miren a lo lejos el firmamento y vean cómo las estrellas irradian las primeras señales de Mi Regreso.

Miren dentro de vuestros mundos internos y perciban cómo Yo he hecho de vuestras vidas un presente para Dios.

Liberen vuestras dificultades y sonríanle a la vida que el universo les entregó.

Miren a vuestros hermanos y sientan cómo Dios obra y realiza Sus milagros de Amor y de Redención.

En este tiempo, mírenme a los Ojos y vean la esperanza y la fe que refleja Mi Rostro luminoso.

Ustedes saben que la humanidad está débil, pobre y carente. Por eso, miren a los cielos y vean los Rayos que combinan los universos para que, en este día, Yo esté aquí derramando Mi Misericordia en vez de derramar la soberana Justicia.

Hijos, he decidido venir a Brasilia en Gloria, porque así como en Maceió, Yo encontré apóstoles Míos despiertos a la suprema convocatoria por la paz y la liberación del mundo.

Hijos, cada parte de la Tierra, cada rincón de este preciado planeta necesita Mi insondable y purísima Misericordia para que, aunque no están preparados aún, al menos construyan el Cenáculo antes de Mi regreso al mundo.

En cada punto de la Tierra, Yo escucho las súplicas de piedad y de paz, y en vuestros corazones Yo encuentro el motivo para confiar y realizar Mis Obras preparatorias en los espíritus buenos que esperan Mi Retorno.

Que en esta sagrada Maratón todas las almas del mundo, especialmente Mis compañeros de Maceió y de Brasilia, al menos se sientan unidos en un mismo Propósito celestial. Así permitirán que no solo Mi omnipresencia sagrada trabaje en Maceió, sino también en todo Brasil.

Es tiempo de mayor oración y labor, por eso sigan los pasos que marcan Mis Designios, que son los divinos Designios del Creador y que, en este día, su meta para esta Maratón sea la renovación interna del compromiso que de voz y de corazón hicieron Conmigo.

Hoy entrego a todos Mi sublime y divina paciencia que los confortará ante una humanidad dividida, ignorante y perdida por las acciones del adversario.

Desde el Cielo, llamo a una parte de la humanidad para que, a través de cada Maratón, el esfuerzo de cada uno y la unión entre todos sea cada vez más fuerte, y eso los una cada vez más a la Voluntad de Mi Corazón.

Les entrego Mi Paz a todos Mis hijos de Brasil, porque también a través de ellos Mis Obras, las más importantes del fin del tiempo, se podrán cumplir.

Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.

Gracias, apóstoles Míos de Brasilia, por haber respondido y acogido a Mi Llamado.

Vuestro Señor, Quien les habla,

Cristo Jesús