Jueves, 8 de agosto de 2019

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN ANUAL DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Sea la paz en este lugar y en el mundo entero, en el nombre de Mi Hijo Jesús. Amén.

Con alegría, la Emperatriz del Universo los visita.

Y hoy no solo es coronada por el amor de Sus hijos, hoy Su manto es la bandera de Argentina. El Corazón de la Madre de Dios es el Sol de este país.

Eso es así, hijos Míos, para que puedan vivir el advenimiento del Retorno de Cristo, que hoy se anuncia en lo profundo de los corazones de los hombres y en los milagros de amor que muchos hijos Míos viven en este tiempo.

Como Madre de todos y Madre del Universo vengo a testimoniar, a través de Mi Presencia, esos hechos porque Mi Hijo Me lo ha pedido para poder llevar esa experiencia a los Tronos de Dios como testimonio verídico y verdadero de que los milagros existen en este tiempo, a pesar de ser un tiempo crucial.

Este manto que rodea Mi Cuerpo, que es la bandera de Argentina, es el que utilizaré, hijos Míos, hasta el fin de esta peregrinación porque no solo vengo a trabajar con sus mundos internos o con la consciencia de este país, sino que también vengo en la búsqueda de muchas más almas que, en los planos internos, necesitan de gran ayuda para poder salir de las prisiones de la vida y del terror que Mi adversario les impone, día a día.

Pero, hoy no solo soy coronada por el amor de Mis hijos y esto tiene más valor que cientos de flores en Mi altar, sino que también, hijos Míos, la Madre del Sol y la Madre del Universo pisa con Sus Pies la cabeza de la astuta serpiente para que Mis hijos se puedan liberar, en este momento, de la opresión que sienten en sus corazones y, en consecuencia, las naciones del mundo reciban Misericordia y Piedad.

Por eso, hijos Míos, hoy Yo estoy aquí para entregarles Mi testimonio de amor, no solo a través de Mi Palabra sino también a través de Mi Presencia, porque hoy les puedo decir, hijos Míos, que siento el amor de Mis hijos en Mi Corazón. Y es ese amor el que Dios Me pide que derrame sobre el mundo todo el tiempo, especialmente en aquellos que más lo necesitan y que están en la oscuridad.

Hoy les vuelvo a repasar, hijos Míos, como les dije esta mañana, el valor importante de proteger a la familia, a la familia universal que está constituida por todos ustedes. Eso es lo que Dios necesita en este tiempo, que los hombres y mujeres de la Tierra se vuelvan una única familia sin diferencias ni patrones, sin posiciones ni valores humanos que no sean los valores espirituales de Dios, Sus Divinos Atributos, que los hagan ver a todos que todos son iguales ante los Ojos de Dios. Y si hacen eso, hijos Míos, la célula de la familia se protegerá, Mi Consciencia la amparará de todo lo que aún sucederá en el mundo en estos tiempos.

Hoy no solo vengo por ustedes, sino también por toda la Argentina. Mi Consciencia, de forma omnipresente, no solo está aquí con ustedes sino también con toda la humanidad. Mi Consciencia se expande, especialmente, desde Ushuaia hasta La Quiaca, desde lo alto de las montañas de Los Andes hasta el Río de la Plata. Y así, la poderosa e invencible Cruz de Mi Hijo se establece para que el destino incierto de este país sea protegido y amparado por el Dios, sabiendo que el propio Padre Universal deja y permite que Sus hijos puedan aprender lo que escogieron.

Pero la fuerza del amor en sus oraciones y corazones permite que muchas cosas no sucedan y que a tiempo todo se pueda revertir, sabiendo que Dios espera el bien para todos Sus hijos y un mayor amor para toda la Creación.

Por eso, estoy también aquí como Testigo de Dios y como Su Sierva para abrirles el camino hacia el Amor, para que se animen a recorrerlo y a vivirlo porque es importante en este tiempo, hijos Míos, que ese Amor los pueda curar profundamente más allá de su consciencia material o mental, más allá de su aspecto espiritual o divino. Es ese Amor el que reconstruirá a toda la humanidad y traerá esperanza a los hombres y mujeres de la Tierra.

Por eso, Me toca anunciar, como Sierva de Dios, el advenimiento de Mi Hijo, el Retorno tan esperado por toda la humanidad. Pero primero Mi Hijo debe retornar en sus corazones. Deben abrir la puerta para que puedan vivir experiencias crísticas, para que sus vidas se puedan transformar completamente conforme Dios lo necesita, porque de esa forma estarán viviendo en Su Voluntad y en Su Amor y eso se espejará y se irradiará a toda la Argentina y al mundo entero. Los valores de Dios los protegerán y estarán libres de muchas, de muchas opresiones.

Por eso comiencen, hijos Míos, a proteger a sus familias y a sus seres queridos, a todos los que tienen a su alrededor día a día, viviendo el principio de la reconciliación y de la fe, de la hermandad y de la fraternidad para que el amor no desaparezca de las familias del mundo sino que sea el motor que todo lo transforma, que amplía sus consciencias y corazones, que los hará algún día alcanzar liberarse de esta prisión planetaria que los hombres crearon sobre la superficie de la Tierra.

Por eso, vengo bajo la Voluntad de Dios y a Su pedido, porque dentro de ustedes, hijos Míos, existe algo infinito e inmaterial que espera mostrarse ante sus ojos, ante sus mundos internos y consciencias. Es ese aspecto divino que ha venido a cumplir una misión especial a la Tierra a pedido de los Padres Creadores. Y esa misión deberá cumplirse en este tiempo, no solo con su despertar sino también con su caridad.

Estoy aquí, hijos Míos, para ayudarlos y guiarlos, para ampararlos y protegerlos, para que esa esencia divina que está dentro de ustedes tenga su misión fundamental en este tiempo y, en primer lugar, en sus vidas porque así todo sufrimiento se disolverá, el dolor desaparecerá, la cura del alma llegará y el espíritu se regocijará por la presencia del Amor de Dios Vivo, que estará dentro de ustedes y ustedes lo podrán dar al mundo entero por medio de su servicio y entrega a Dios.

Es en las cosas simples que Dios podrá reconsagrar al planeta, transfigurar la consciencia humana de todos los errores que ha cometido hasta los días de hoy, saliendo de las Leyes y de los Mandamientos.

Dios los colocará sobre Su Mano para que puedan sentir Su protección y se sientan apoyados de una forma incondicional por los Sagrados Corazones, para animarse a vivir esa transformación que repercutirá en el mundo entero y en sus familias, principalmente.

Es en lo simple en donde se verá la verdad. En lo simple y humilde es donde retornará Mi Hijo y podrá estar entre ustedes volviendo a predicar Su Palabra de salvación y de redención, de alegría y de júbilo para todas las almas.

En verdad, hijos Míos, es a Él a quien le debemos todo lo que ha sucedido hasta los días de hoy porque Él es el gran Intercesor ante el Padre Celestial, es el gran Mediador y Consolador de los corazones. Yo soy Su Sierva y Su Esclava y los invito, hijos Míos, a que muchos más sean sus servidores y apóstoles porque en Jesús, el Cristo, está su salvación; y eso permitirá que su Cristo interno pueda despertar y puedan sentirse en el camino del Padre Celestial, puedan reencontrar el sentido de estar aquí, en este tiempo tan crítico y difícil de la humanidad; porque su verdadera misión va más allá de lo material y eso siempre lo deberán percibir, hijos Míos.

Todo lo que les envía el Universo para aprender lo deben agradecer profundamente y sin reclamos porque así crecerán interiormente y sus consciencias se expandirán en grados de amor cuando todos los días se animen a amar sin condiciones ni reglas, así como los amó y los ama Mi Hijo, por toda la eternidad.

Hoy consagro a muchas almas en el Universo espiritual y todas esas almas estarán ante Dios en algún momento y tomarán consciencia de lo que han venido a hacer aquí, en este tiempo. Por esta razón, hoy estoy aquí en Argentina, para traer esa oportunidad a los corazones que aún no despertaron y que en su mundo interior claman por redención, así como todos ustedes hoy clamaron al Padre Celestial.

Yo soy ese puente que siempre los llevará a Dios y que los protegerá en el camino del espíritu porque, hijos Míos, es su espíritu el que deberá estar consciente y despierto en este tiempo para que sus mentes y corazones estén disponibles al servicio de Dios a fin de poder sostener a esta humanidad que ha perdido el sentido de la verdad por tantas influencias que vive día a día.

Yo necesito, hijos Míos, que después de estos doce años ustedes se sigan transformando en Mis rosas de luz, para que el centro de su pureza original sea quien gobierne sus consciencias y lleve a sus corazones a la devoción por Dios y a la búsqueda incesante de la verdad que les mostrará el camino que deberán seguir para el próximo tiempo.

Si sus vidas se convierten, sus corazones serán pacificadores y representarán a Cristo en la Tierra, y Él podrá venir a llamarlos cuando retorne físicamente al mundo para que, bajo la compañía de todas las tribus de Israel, Él repueble esta Tierra de nuevos principios y códigos que la humanidad perdió desde el Génesis.

Por eso, son sacramentados y bendecidos en este tiempo final para que sus almas estén prontas ante Su próximo advenimiento y así no pierdan el sentido de todo lo que Él les quiere señalar e indicar en este ciclo.

Así, hijos Míos, Mi Amado Hijo contará con ustedes porque estarán con una madurez espiritual que Él necesita ver, presente en este tiempo, por todo lo que sucederá, por todo lo que llegará y se mostrará de una forma sorprendente a la humanidad.

Tendrá pilares; tendrá soldados, servidores y colaboradores; tendrá columnas de luz, vivas y disponibles que puedan conformar sus ejércitos y comandos para que cuando Él llegue, de una forma inesperada ante la manifestación de la realidad del Cosmos y de algo que todavía la humanidad nunca vio, existan corazones y almas que sostengan ese movimiento universal que el propio Rey Universal, Mi Amado Hijo, realizará en compañía de los Padres Creadores, los Arcángeles.

Todos, en esa hora, verán su propia realidad. La mayoría se arrepentirá, pero muchos más se alegrarán por vivir ese reencuentro con Cristo. Tendrán recuerdo de Su pasaje al lado de Jesús, Mi Amado Hijo, y sentirán un impulso tan fuerte y tan inextinguible que los colocará, como guerreros de la luz, en las filas de Sus ejércitos para anunciar y pronunciar la redención de Luzbel.

Y así todo terminará. El Universo será reconstruido como lo fue en el tiempo pasado, convertido en lo que era en los tiempos más antiguos. El Origen del origen de lo que Dios pensó, meditó, contempló y deseó profundamente, retornará al presente, a este tiempo actual para que en la Presencia de Su Hijo, el Cristo, surja la nueva humanidad que ya no tendrá religión porque su propia religión y su propia fe será el Amor de Cristo que todo unirá y que nada más separará, porque todos se verán y se reconocerán como dignos Hijos de Dios; y todo volverá a comenzar y el Proyecto se cumplirá.

Por eso, Argentina tiene una misión muy importante ante este acontecimiento. Dios nos pidió estar más presentes aquí en los próximos tiempos, porque ahora y después de estos últimos tiempos, todo lo que ha sucedido, hasta este momento, ha sido solamente una pequeña preparación.

A partir de este 8 de agosto de 2019 comienza su verdadera misión. Que así sea.

Detrás de Mí, hijos Míos, hoy está el Universo que los conduce a Dios, que los lleva a Su infinita Presencia.

En gratitud y en júbilo por Él haberme permitido estar aquí hasta ahora, durante doce años, enviaremos nuestro amor a la Fuente Suprema por medio del canto y de la voz.

Nos colocamos de pie y llevamos nuestras manos hacia el corazón, para sentir a Dios dentro de nosotros en este compromiso de renovación y de fe del día 8 de agosto de 2019.

Y junto a su Madre Celeste, para cerrar este encuentro, en la presencia de Su Iglesia Celestial y de Su Creación, a través de Mi Corazón, hijos Míos, ustedes invocarán los Atributos del Padre por medio de “Adom, Adom, Olam”.

Colocamos nuestras manos ahora en señal de recepción para que la Luz de Sus Atributos desciendan sobre ustedes y, en consecuencia, en Argentina y en el mundo entero, para que la decisión tan definitiva que tomará esta nación, en el mes de octubre, beneficie y ampare a los que más necesitan y claman por justicia. Amén.

Los escucho.

Llevamos nuestras manos al corazón y agradecemos sintiendo esa unión con Dios bien fuerte, bien sincera y verdadera. Y así renovamos nuestra fe, nuestra alegría y confianza en el Padre, en el Padre Eterno.

Y vamos a agradecer delante de la Madre de Dios que por Su intercesión y mediación como Abogada nuestra, como Madre nuestra, el Padre nos haya llamado, así imperfectos como somos, para animarnos a seguir a Su Hijo en esa trayectoria por el camino del Amor y hacia el Infinito.

Queridos hijos, en el nombre de Cristo les dejo la Paz, para recuerden siempre la Paz y esté en sus corazones. Que estos momentos les sirvan de auxilio y de amparo, de ánimo y de ímpetu para vivir las pruebas de estos tiempos, sabiendo que por detrás de cada aprendizaje, escuela o experiencia está Dios con Sus Brazos abiertos y con Su Corazón expandido para recibirlos.

Que en este día, las almas puedan gestar en Argentina la venida del Reino de Dios.

Y este altar que hoy han ofrecido a Mí amorosamente, el que los ha llevado al Gran Portal del Universo, en donde Mi Consciencia y Espíritu habita, para cada día elevarlos más a Dios. He usado este escenario para traerles la Presencia del Padre y el testimonio de Su Amor.

He aquí Su Sierva y Esclava, la Corredentora, Madre del Salvador y Madre de Dios, la Abogada Celestial de los que claman y la Mediadora de los que piden de corazón por ayuda y Misericordia.

Que este altar quede establecido aquí hasta el día 13 de agosto para que su Madre Celeste, a pedido del Padre, siga profundizando Su tarea aquí en Argentina y para que Mis hijos, que el 13 de agosto se consagrarán, también puedan vivir el camino seguro y confiable de su profundo despertar.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y les agradezco por responder, en este día tan importante, a Mi llamado, porque en el fin de sus días antes de partir a las Escuelas del Infinito, antes de caminar hacia el Paraíso y hacia donde Dios los necesite, en algún punto de esta Manifestación Creadora, comprenderán este día y lo recordarán como si fuera hoy. Amén.

A pedido de Nuestra Señora María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, vamos a escuchar una canción que es sentida en el corazón de todos Sus hijos que confían en Su Presencia y en Su intercesión. Una canción que María dice que nació de una gran discípula de Ella, seguidora de Cristo.

Unidos a través de la melodía y de la voz, vamos a escuchar “Mirarte a Ti”.