Domingo, 24 de junio de 2018

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES EN ZÚRICH, SUIZA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Por Dios traigo el Amor del Cielo para derramarlo en este lugar, sobre este planeta. Les traigo el Amor que necesitan, el Amor que tanto buscan, el Amor que tanto aspiran penetrar para poder encontrar a Dios.

Les traigo el Amor que los liberará para que puedan dar un nuevo paso, sabiendo que es necesario aprender a escuchar a Dios de la misma forma que la Madre de Dios escuchó el llamado del Arcángel Gabriel.

Los invito, queridos hijos, a seguir el ejemplo de la Madre de Dios, en una obediencia incondicional, con inmensa alegría de poder seguir los pasos del Señor, así como Dios lo necesita en este tiempo.

Todo lo que Yo les digo, hijos Míos, no es para herirlos, ni tampoco para lastimarlos, es para abrir sus consciencias, es para penetrar con el Amor de Dios en sus corazones, para que heridas tan profundas que aún están presentes en sus vidas, se puedan cerrar y disolver.

Esa es la razón por la cual estoy en Europa, hijos Míos, presentándoles a ustedes Mis diferentes Faces, para que conozcan la Omnipresencia de la Madre de Dios, para que sepan comprenderla y escucharla, de la mejor forma que ustedes puedan; por eso vengo como la Madre y Virgen de Schoenstatt. 

Pero hoy no traigo a Mi Hijo en brazos, hoy traigo a un niño africano, entre tantos que quisieran estar en Mis brazos. 

Hoy traigo el niño más enfermo y hambriento, el niño más dolorido, el niño más angustiado que necesita de la atención de la humanidad y de su pueblo.

De esa forma, hijos Míos, Yo los invito a la solidaridad, a la cooperación y al bien que debe despertar en sus corazones, para que el mundo y especialmente su humanidad, su sufrimiento y dolor, que deben ser aliviados, puedan entrar en ustedes para que sientan como siente la Madre de Dios cuando hay falta de consciencia, falta de amor y especialmente de fraternidad. 

Si ustedes dan el paso, les aseguro hijos Míos, que muchos más lo darán.

Por eso hoy he decidido venir a decirles esto, para que puedan escuchar Mi Llamado, para que puedan sentir Mi Maternidad, para que se puedan servir de Mi Corazón, un Corazón noble que clama al mundo, un Corazón que acoge las miserias de la humanidad y especialmente de los que más sufren.

Los invito, hijos Míos, a imitar Mi Espíritu de Maternidad, de servicio y de solidaridad, eso transformará su pueblo completamente y hará de su pueblo una Tierra Prometida sabiendo que aún Dios desea manifestar aquí Su Divina Voluntad.

Con Amor materno Yo los llamo, hijos Míos, a tomar consciencia de esto, a colocarle importancia en sus vidas, para que también sus vidas se puedan transformar mediante la respuesta a Mi Sagrado Llamado.

Siempre desearé el bien para ustedes, por eso no solo estoy aquí por ustedes, estoy aquí también por todas las naciones del mundo, por todos los que han concedido esta peregrinación por la Paz, por todos los que sinceramente de alguna forma u otra hicieron su esfuerzo amoroso e incondicional para que hoy Yo esté aquí por Suiza, así como también estaré en poco tiempo por Alemania.

Es así que Yo los invito a esa Unidad, la Unidad que Dios gestó desde el principio en el Universo, la Unidad que los llevará a la Paz, porque es una Unidad Divina que el mundo ha olvidado completamente.

También esa es la razón por la cual todavía peregrinamos, salimos de los Centros Marianos a la búsqueda de los corazones más necesitados y carentes, en búsqueda del despertar de la consciencia de la humanidad, a fin de que los designios de Dios se puedan cumplir.

Como Madre del Amor y Virgen de Shoenstatt, no deseo que Mis hijos sufran, ni que acepten vivir el camino del sufrimiento, porque la humanidad ya ha demostrado al mundo como sabe autodestruirse; quiero cambiar ese patrón humano por medio de sus oraciones y de sus súplicas, por medio de la apertura de su mundo interior a Mi Llamado.

Así Yo no solo podré seguir trabajando por Suiza, sino también por el mundo que Me necesita y podré llegar a otras naciones del mundo así como he llegado aquí de forma extraordinaria por la respuesta de Mis hijos.

Hoy les transmito hijos Míos, con toda la Verdad de Mi Corazón, la aflicción de Mi Corazón Materno por la sordera de Mis hijos.

Por eso vengo del Cielo como he venido en Fátima y en Medjugorje, para traer un mensaje a la humanidad, para demostrarle al mundo que Soy única y que Soy la Madre de todas las naciones y de todos los hijos que existen en este planeta; que Soy la Madre sin religión, porque Mi religión es el Amor de Dios, el que el Arcángel Gabriel me ha enseñado cuando tenía a Jesús en Mi Vientre.

El Amor de Dios se gestó en Mí para que naciera en el mundo la redención. Hoy Mi Vientre de Luz se dona al mundo, para que sus vidas puedan renacer algún día con la esperanza de vivir en la Fe y de alcanzar la redención del corazón.

Los invito a redoblar los esfuerzos por Mi Llamado, y hoy agradezco a Mis hijas que viven aquí en Suiza, por haber sido precursoras de Mi Llamado en Zurich, por haberse esforzado y dedicado, para que el cumplimiento Divino de Mi Misión Espiritual en Suiza, se pueda cumplir.

Hoy me iré de aquí con una esperanza, porque han demostrado que es posible difundir Mi Llamado, sabiendo que es urgente que las almas salgan del infierno terrestre para ingresar en el Universo de Mi Corazón, en donde hay un lugar especial, hay un refugio en el Corazón de la Madre de Shoenstatt para cada uno de Mis hijos. 

Es el amor de ustedes, es la dedicación de ustedes, es la ofrenda de ustedes, lo que Me permite una y otra vez volver al mundo.

Yo les agradezco por responder a esta convocatoria y los bendigo con la Llama Sagrada de la Esperanza de Dios, la que nunca se extinguirá porque es eterna.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Martes, 12 de junio de 2018

Vigilias de Oración
APARICIÓN DA LA VIRGEM MARÍA DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EM LAS NACIONES EN OURÉM, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Como hace ciento un años atrás, el Sol de Dios vuelve a brillar en Fátima trayendo la paz para el mundo y la Misericordia del Redentor para las almas.

Este es el mayor testimonio de Amor del Dios vivo para con toda la humanidad y el planeta.

Hoy traigo a Mis Pies, queridos hijos, las banderas de dos naciones del mundo: la de Nicaragua y la de Eritrea, para que con este símbolo, sus corazones comprendan en dónde está la Madre de Dios buscando el amor de Sus hijos, intentando proteger a los heridos y socorrer a los que más lo necesitan.

Hoy, uno a las dos naciones en un solo corazón y en una misma sintonía, para que la Gracia de Dios descienda sobre ellas y se establezca la paz, el fin de la guerra y la persecución entre los hombres, porque así, Mi Inmaculado Corazón triunfará.

Hoy, con la oración de su pueblo pude realizar muchas cosas en el mundo. Ustedes saben, hijos Míos, de la gran necesidad planetaria, de la necesidad de amor, de misericordia, de perdón, de cura y de redención.

Por medio del camino de su oración diaria, Yo les puedo conceder todas esas Gracias y muchas Gracias más, las que ni siquiera podrían imaginar.

Mi Corazón está con el corazón de Mis hijos. La Señora de Nicaragua está con el pueblo que clama, y a través de las oraciones de Mis hijos Yo tejo el Manto oculto de la Paz, en donde coloco a todos los que necesitan estar en Dios, resguardándolos del mal y del peligro.

Aunque su pueblo esté agitado, no pierdan la fe. Confíen en el poder de Mi Corazón Inmaculado y la Sabiduría de Dios estará en sus mentes y en sus corazones, para que puedan ser guiados por el camino del Bien y de la Luz, para que esa guía beneficie a muchas almas más, especialmente a las que están en peligro y que corren gran persecución.

Hoy traigo a Mis Pies también la bandera de Eritrea, porque amo a ese pueblo sufrido que aspira, algún día, a encontrar la paz.

Así como oran por las naciones del mundo y para que los graves acontecimientos no devengan, Yo también les pido, hijos Míos, que coloquen en su corazón a Eritrea, a fin de que ese pueblo se pueda recuperar y alcanzar la paz, vivir la esperanza de Mi Hijo y estar inmersos en Su Divina Misericordia, sin necesidad de refugiarse en otros países para escapar del horror.

Pero aunque esto sucede, hijos Míos, también Mi Corazón Inmaculado está en África, está en el corazón de los de Eritrea, para que puedan promover la paz por medio de la oración, de la súplica y especialmente, de la comunión con Mi Hijo; para que el Sacramento de la Eucaristía conceda discernimiento y sabiduría a los líderes de esas naciones, para que se den cuenta que ya no es necesario sufrir, sino amar, amar con todo el corazón y toda el alma, así como Yo los amo, hijos Míos.

Porque ese Amor que Yo les tengo es lo que Me permite estar aquí en este día, anunciando al mundo y a la humanidad que la Madre de Dios, la Señora de la Paz, está con Nicaragua y con Eritrea, así como está con todas las naciones del mundo, especialmente con aquellas que toman decisiones equivocadas y que comprometen la vida espiritual de millones de almas en el mundo.

Vengo a desatar los nudos de la consciencia humana por medio de sus súplicas y de sus oraciones.

Hoy, la ofrenda de todos los orantes del mundo en esta vigilia de oración ha permitido detener grandes desastres; especialmente graves decisiones que condenarían al resto de la humanidad.

Con esto, queridos hijos, Yo les hago ver la importancia de la vida de oración, de la vida constante de oración y de la perseverancia en la oración, para que sus labios no se cansen de pedir a Dios por Misericordia, porque la Misericordia salvará al mundo, y así, la Justicia Divina se detendrá y el mundo no deberá volver a sufrir, como en el siglo pasado.

Vengo como Madre de la Luz a conceder la cura a las profundas heridas humanas y todos los que responden a Mi llamado en las diferentes naciones del mundo; dejen que sea una sola consciencia.

Esto abre la puerta, queridos hijos, para que la Gracia de Dios pueda entrar en las naciones, especialmente en aquellas que más necesitan de misericordia y de perdón.

En este día, en esta noche de Gracia, vengo a hablarles nuevamente del compromiso de la vigilia de oración por la paz en las naciones, la que será fundamental y primordial para los próximos tiempos, a fin de mantener la estabilidad en el planeta, y sobre todo el equilibrio del psíquico de la humanidad.

Cada oración que sea ofrecida y que será ofrecida, será bien recibida por el Reino de los Cielos. Y no solo sus vidas se irán transformando, sino que el mundo se seguirá convirtiendo para reconocer la Voluntad de Dios y algún día, por la Gracia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, establecer los mil años de paz.

Algún día retornaré a Centroamérica a restablecer el Reino de Dios, que quiere ser removido por Mis enemigos. Pero no se amedrenten; recuerden que Mi Inmaculado Corazón triunfará, le traerá al mundo la Paz, aunque él se purifique, aunque él atraviese este agudo tiempo final.

Esta noche Me despediré de ustedes, hijos Míos, concediéndoles una Gracia espiritual por su esfuerzo, sacrificio y empeño para llevar adelante esta Obra de Paz en el mundo, siguiendo los pasos de los Mensajeros Divinos en esta importante Red de Oración que es gestada por sus corazones, para generar más paz en el planeta, alivio y cura a todas las almas de la Tierra.

Eritrea es un país que debe ser considerado por todas las naciones del mundo, porque allí existen almas que son merecedoras de la Misericordia de Dios y que a través de la cooperación, caridad y fraternidad, de los demás países, puedan recibir una oportunidad de ser alguien en la vida.

Por eso, hijos Míos de las demás naciones del mundo, Yo los invito a abrir aún más el corazón para acoger en sí la verdadera necesidad espiritual de ese pueblo, que necesita del auxilio de todos, no solo para poder establecer la paz, la dignidad social, el bien y la cooperación, sino también para restablecer el Reino de Dios, como una vez lo estuvo en los principios de la vida de Moisés.

Así podrán hacer valorar los Mandamientos, que nacieron en esa región del mundo por pedido de Dios y que enseñaron a la humanidad, y siguen enseñando, los primeros pasos en la vida espiritual, a fin de convertirse en dignos hijos de Dios, siguiendo los pasos de la Ley y de la Voluntad Divina.

Eritrea es un país que debe ser curado, no solo por el servicio humanitario, sino también por las oraciones de todos Mis hijos, especialmente por el acogimiento que los corazones de las demás naciones puedan hacer por aquellos que más lo necesitan, así como por el resto de África, que espera por más compasión, solidaridad y ayuda humanitaria.

Esta ayuda que Yo les pido no nacerá de las grandes naciones del planeta, sino de las simples naciones del mundo que aún no han perdido el espíritu de la solidaridad y que podrán entender lo que Yo les pido.

Así, les pido que no teman abrir las puertas de sus hogares para refugiar a aquellos que más necesitan de esperanza y de paz, porque algún día, ustedes también podrían necesitar de esa paz y de esa esperanza.

Invito a los adultos en la vida del espíritu a tomar consciencia de esto y a postularse para ayudar a esas naciones, que esperan por solidaridad. Así estarán consolando a Mi Inmaculado y Materno Corazón y concediendo al mundo una Gracia que tal vez muchos no merecerían, pero que será posible por su espíritu de incondicionalidad y de servicio.

Eritrea debe ser un país repoblado de esperanza, que transmita la alegría de vivir en Dios como una vez lo transmitió, para que el espíritu consolador, que es el Espíritu Santo, colme con Sus Dones esa tierra y ese pueblo, trayendo la renovación y la cura para todas esas consciencias.

Es así, queridos hijos, que a partir de este día, en la oración semanal por África, Yo les pido que coloquen en sus corazones a Eritrea, para que Mi Obra pueda llegar allí, para que la Voluntad de Dios se cumpla con la ayuda de todos y en ese país se alcance la Paz.

Mi alegría es infinita al tener presente un representante de ese pueblo.

Mi dulzura Maternal está en esos corazones necesitados, cicatrizando profundas heridas, purificando profundas secuelas, concediendo paz en el mundo interno de Mis hijos de Eritrea.

Yo Soy la Madre de los refugiados, la Consoladora de la Paz, el Ave de la esperanza, la cura para las esencias, el consuelo eterno para los corazones.

Yo Soy la Reina de la Paz y la Gran Madre de África, la que tiene Su Corazón en el centro de ese continente haciendo palpitar en ese lugar y en todas las naciones del África, la esperanza y la alegría de reencontrar, de ciclo en ciclo, a Dios.

Hoy concedo a este hijo de Eritrea la bendición del Padre Celestial para su nueva tarea.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que el Espíritu de la Paz esté contigo y este Espíritu de Paz se propague en Eritrea y en el mundo, trayendo esperanza y renovación a las vidas que más han sufrido por la injusticia social y por la indiferencia.

Es misión de los europeos asumir Eritrea. Es su deber y su compromiso, así como a las demás naciones de África, para que la expiación sea concedida a ambos continentes y se cierre el ciclo de la persecución y de la esclavitud, y así, se abra el ciclo de la Luz y de la Esperanza, de la Misericordia y de la Redención.

Hoy deseo que desde este corazón africano, parta el Amor para todos los corazones del África, al igual que de todos los corazones que están aquí presentes y que están acompañando este momento con la Madre de Dios.

Quisiera escuchar de nuevo esa canción que recuerda, que trae a la memoria la Presencia de la Señora de Kibeho, Patrona de Ruanda y de toda África.

Les agradezco en esta noche por haber respondido a este importante llamado.

Dios los bendiga y les conceda la Paz. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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