Sábado, 13 de agosto de 2016

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

El mal no ganará la batalla. Yo, junto con Mi Hijo, triunfaremos en todas las almas que se abran para recibir este llamado.

Hoy, estoy ante almas que se consagrarán a Mí. Después de mucho tiempo retornan a Mis caminos, al camino de la Luz, al camino del Reino Celestial para encontrarse con Dios, a través de la puerta de Mi Inmaculado Corazón.

Por eso, en este día he venido aquí, no solo para glorificarme en Mis hijos, sino para que Mis hijos glorifiquen a Dios en esa perfecta comunión con Su Espíritu.

Hoy, vengo a traerles algo nuevo, queridos hijos, lo que Yo llamo esperanza, una esperanza renovadora, una esperanza que pacifica, que trae la mansedumbre y el equilibrio interior a los corazones. 

Confirmen en sus vidas que el triunfo de Mi Corazón, en ustedes, está próximo, así sus caminos se liberarán de las cadenas del mal y las puertas a la redención se abrirán para que sean conducidos al Corazón de Dios.

Hoy, los tengo a todos en Mi Aurora para que vivan la cura interior e irradien esa cura a sus semejantes, la cura para todo el planeta, para todos los continentes y los Reinos.

Queridos hijos, sean precursores de esa cura interior y a medida que se vayan transformando día a día, abran sus corazones, sus espíritus y consciencias, para que esa Cura Mayor los cure completamente y definitivamente.

Hoy, les traigo el Don de la Cura, porque es lo que más necesitan en este momento. 

La Cura les trae la paz, la paz les trae la alegría y la alegría les trae la convicción de ser dignos hijos de Dios. 

No hay nada que esté fuera de lugar, queridos hijos. Sus corazones oran a Mi Corazón y Mi Corazón ora por ustedes, intercediendo a través de todas las fuentes de las Gracias. 

Yo les traigo esa Fuente Mayor que se llama Creador, el Creador que los ama desde el principio, que los contempla, que los motiva a seguir adelante.

Queridos hijos, viviendo esa cura interior podrán asumir el fin de los tiempos y, sin percibirlo, estarán en las primeras filas de Mis ejércitos, sirviendo por este principio de paz al mundo.

Quiero que Me escuchen, queridos hijos, con los oídos de vuestros corazones y almas. Allí, Yo deposito la Gracia de Dios y Sus Dones, toda Su Misericordia, para que transformen sus vidas y hagan de ellas un instrumento de Mi Paz. 

En esta hora aguda del planeta, en la que muchas almas enfermas decaen espiritualmente; otras, como ustedes, despiertan a la Consciencia Mayor del universo y se aproximan cada día más al Plan de Dios para aprender a amarlo, a sentirlo y a respetarlo en esta etapa final del planeta. 

A través de sus corazones toda Mi Obra se prolonga en el mundo y a través de sus espíritus Mis bases de paz se establecen en la humanidad.

Yo les traigo, queridos hijos, esta cura tan infinita del universo para que sus espíritus se puedan rehabilitar. 

Les traigo esta consciencia para que cada día, salgan más de la ignorancia y, con sus corazones despiertos y sus almas encendidas en fervor, puedan caminar por los caminos de Cristo como los nuevos apóstoles de Su Sagrado Corazón.

De esta Aurora del Amor saldrán apóstoles definidos, a través del impulso de Mi Espíritu de Paz y de todo lo que la Jerarquía Celeste ha realizado en estos días.

Les traigo así, queridos hijos, la oportunidad de asumir su tarea final, su misión principal en estos tiempos finales. 

A medida que se unan al Plan de Dios y que pidan con todo su corazón saber qué es lo que tienen que hacer en este tiempo, Mis ángeles celestiales les enseñarán los caminos de la Luz y descubrirán los tesoros del Cielo, descubrirán su tarea, su misión personal y grupal.

Hasta ahora, queridos hijos, por todo lo que la Red-Luz está realizando en este tiempo, siguiendo los fundamentos que Yo instauré hace muchos años atrás, puedo decir que Mi Obra está siendo realizada. 

Aún es necesario, queridos hijos, que den un paso más hacia adelante, cada uno en su tiempo y con su ritmo interior.

Yo los llamo a esta verdad, a esta realidad y a este servicio, porque sé que sus corazones lo pueden realizar. 

Así como ustedes Me lo dan todo, cada uno según su grado y consciencia, Yo les traigo todas las Gracias del Cielo, no solo para curar sus vidas, sino para curar la vida planetaria que sufre las consecuencias del caos y de Mi adversario. 

Aún la batalla no ha terminado. Habrá mucho por hacer, queridos hijos, mucho por asumir en esta era, mucho por realizar por esta humanidad y por este planeta. 

El campo del servicio se ampliará en sus vidas y podrán abrazar el Propósito de Dios cuando sus corazones den los pasos que hoy Yo les pido dar, porque sé que lo podrán hacer. Cuentan con Mi apoyo maternal y espiritual en estos tiempos.

Estoy viendo en sus corazones, finalmente, rosas de luz. Los talentos están floreciendo en sus espíritus y es algo que Mi Hijo vendrá a buscar en poco tiempo. 

Yo los conduzco de Mi mano hacia ese Propósito Mayor, que no solo se circunscribe a este planeta, sino a todo este universo local, del cual nosotros también formamos parte desde que estuvimos aquí, en este planeta con ustedes, compartiendo la Palabra de Dios y Su Sabiduría; conociendo el Amor del Reino de Dios que habita en cada uno de ustedes, queridos hijos, para que todas las Obras de Dios y especialmente Su Divina Voluntad, se cumplan.

Hoy extiendo Mis brazos hacia ustedes, queridos hijos, acaricio sus rostros, abrazo sus almas, consuelo sus corazones para que puedan seguir adelante por este camino, camino de redención y de liberación de sí.

Yo les traigo, queridos hijos, la oportunidad de conocer los misterios de Dios y si están unidos a Mí en oración todo el tiempo, les aseguro, hijos amados, que sabrán qué hacer y dónde estar cuando el mundo se purifique en su fase más aguda del fin de los tiempos.

Queridos hijos, abriéndoles Mis brazos, extendiéndoles Mis manos, les dono nuevamente Mi Corazón Inmaculado, porque en Él encontrarán la fuerza para seguir adelante, la consolación cuando crucen sus desiertos, cuando vean los abismos de la consciencia que Yo pude conocer profundamente en la Pasión de Mi Hijo, Pasión que Él vivió por ustedes para liberarlos del mal y hacer triunfar el Plan de Dios.

Ustedes, queridos hijos, recuerden que son parte de Mi Anunciación y también de la Visitación a Mi prima Isabel. Son parte de ese misterio, de las futuras generaciones que se comprometerían a honrarme y a seguirme en esta Obra corredentora junto a Mi Hijo. 

Eso se está cumpliendo en este ciclo y sus corazones son partícipes de esa verdad. Así como Yo entré en la casa de Isabel para revelarles a todos los presentes que el triunfo de Mi Corazón estaba próximo, así Yo entro a esta casa de Aurora, a la Aurora de Mi Corazón, para hacer triunfar en sus vidas los Designios de Dios.

Les pido, les ruego, les imploro, queridos hijos, que no pierdan el tiempo. El tiempo es precioso en esta última era. El reloj del universo marca los próximos acontecimientos en la humanidad y ustedes, que son más conscientes y despiertos, deben seguirlos, deben acompañar los acontecimientos mundiales para que así la Obra Celestial se cumpla no solo en ustedes, sino también en sus hermanos.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Sé que, en esta noche, congregados en Mi Espíritu de Paz, están viviendo una intensa transformación interior, porque el Creador los colocó delante de verdades que desde hace mucho tiempo ignoran y que para la consciencia humana no son verdades fáciles de comprender.

Hijos, no les pido que comprendan o que acepten todas las cosas, porque conozco la limitación de la mente humana. Pero les pido que confíen en el Conocimiento Universal que, a través de Mis hijos, aquellos que les envié para instruirlos, le estoy trayendo al mundo. 

Forma parte de la cura de la humanidad que no solo se curen en espíritu, sino también en consciencia; porque la consciencia humana debe vivir no solo una rehabilitación interior, sino debe retornar al origen, reconocer la Fuente, la Vida Universal, reconocer a los Mayores, Aquellos que nos acompañan desde el principio y que en silencio observan a las criaturas de Dios, observan el triunfo del Creador en cada consciencia humana.

Hijos, mucho ignoran sobre la Verdad Celestial y Universal, Verdad de la cual forman parte y que en estos tiempos deben comenzar a develar.

En estos días, en los cuales los congregué aquí para que vivieran un profundo despertar, aspiro a que este conocimiento dé frutos en el interior de cada uno de ustedes para que, en la vivencia de la sabiduría, puedan inspirar a otros a buscar la Vida Universal y que, poco a poco, hijos Míos, la humanidad pueda ir saliendo de la ignorancia en la cual se encuentra y que el tiempo del universo, al ingresar en el tiempo de este mundo, no los encuentre tan perdidos, tan distraídos y tan distantes de la realidad.

Sé que para muchos es difícil unir Mi Consciencia con la Vida Universal, porque la humanidad, hijos Míos, no buscó mucho revelar los misterios del Universo, porque eso los llevaría a ser otros, les exigiría a todos ustedes una transformación que muchos no quieren vivir. Los valores humanos estuvieron muy distantes de los valores divinos. La humanidad no quería perder el propio poder, para reconocer que un Poder Universal debería guiarla.

La humanidad, hijos, no quiso entregar la propia voluntad para vivir en la Voluntad Superior. Pero ahora, llegó el tiempo de que abran el corazón, de que abran los brazos, la consciencia, para reconocer esta Voluntad Mayor, reconocer la pequeñez de las aspiraciones humanas y qué gran propósito aguarda su rendición.

No les pido, hijos, que abandonen sus vidas, sus familias o sus hogares. 

Apenas les pido que reconozcan la verdad y que den un paso interior en la consciencia; que transformen este viejo patrón humano de competencia, de ira, de falta de fraternidad para que, poco a poco, los atributos de Mi Inmaculado Corazón se puedan tornar una realidad en la consciencia planetaria. 

A algunos de ustedes, sí, les pediré que me entreguen todo, porque está en la Voluntad del Señor que vivan una renuncia absoluta y que sean parte de los Nuevos Cristos aquellos hijos que no solo renunciarán a las cosas del mundo, sino que entregarán también la propia vida, la propia individualidad, para unirse perfectamente a la Consciencia de Dios, así como lo hizo Mi Hijo.

De esa forma, sentirán y expresarán un amor absoluto, muy poco conocido para los corazones humanos y que, al mismo tiempo, se guarda en la esencia interior de todos ustedes.

Gran misterio, hijos Míos, es esta humanidad, esta Creación perfecta de Dios que, a pesar de guardar dentro de sí todos los Atributos Divinos, y este amor que ni en el universo se conoce, está tan distantes de la verdad. 

Porque deben aprender, hijos, a conocer el propio interior, a develar el verdadero potencial y a vivirlo como la mayor aspiración de sus vidas, para que se manifieste en este mundo el Plan Divino del Creador, el verdadero arquetipo de la humanidad.

Es para eso que consagro Hijos de María, que son consciencias que reciben una Gracia Especial cuando Me dicen sí. 

Si su consagración es verdadera, poco a poco, hijos, escucharán en su interior Mi Santa Voz, que los conduce a nuevos principios, a nuevos patrones de vida. El viejo hombre ya no tendrá espacio dentro de sus seres. No intenten aferrarse a algo que debe pasar, que fue un aprendizaje que la humanidad ya debería haber trascendido. 

Dejen florecer esas rosas que hoy veo en sus corazones. Que ellas den nuevos brotes, nuevas flores, para que sean multiplicadas y repartidas en las esencias de aquellos que no Me conocen.

Permítanse, hijos Míos, que sus consciencias vivan este aprendizaje: abandonen lo viejo y arrójense a la vivencia de lo nuevo que Yo les enseño día a día. Su ejemplo podrá despertar Nuevos Cristos, nuevos Hijos de María, nuevos hijos de Dios, así como lo fue Su Hijo Primogénito.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

La Gracia de la consagración es la oportunidad de fortalecerse internamente para asumir la tarea que cada alma vino a cumplir en este mundo. Esa Gracia impulsa a las consciencias para que realicen la Obra de Dios, así como cada uno la debe cumplir según lo ha pensado Dios en Su Corazón y Consciencia.

En esta noche, en la que Aurora brilla especialmente, quiero que se aproximen aquellos que se consagrarán y que traerán para Mí la flor de sus corazones, donándola al mundo por esta humanidad, para que se cumpla el Plan de Dios.

Vengan aquí, que los bendeciré.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Mientras los Hijos de María se aproximan, vamos a orar, el Ave María en latín, a pedido de la Virgen María.

 

Oración: Ave María (en latín).

Un Hijo de María representa una flor que nace en Mi jardín, a la cual Yo riego todos los días con Mi oración y Mis Gracias para que el alma pueda hacer florecer los Dones preciosos de Dios, pueda descubrir la Misericordia del Altísimo, así como Yo la descubrí por ustedes.

Fue esa Divina Misericordia de Dios que Me ha hecho, queridos hijos, asumir a cada uno de ustedes, asumir a este planeta y a esta humanidad hasta que finalmente surja la Nueva Humanidad.

Queridos hijos, extendiendo Mis brazos hacia ustedes, ofertando Mis manos de Luz a sus corazones, derramándoles los Rayos de la Gracia de Dios, Yo los constituyo y los bendigo como dignos hijos de Dios, en esta nueva sagrada tarea de hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón.

Los amo y los bendigo, por la autoridad que el Padre Me concedió para esta humanidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a orar, los Hijos de María que se consagran, una Madre Universal, agradeciendo a Nuestra Señora.

 

Oración: Madre Universal.

Recuerden, queridos hijos, que Yo Soy vuestra Madrecita, la Estrella de Luz en sus caminos que siempre los llevará a la Paz y a la Misericordia de Mi Hijo, el Redentor.

A ustedes, especialmente, los esperaré en el Encuentro Anual de los Hijos de María el próximo año. Allí nos encontraremos para fortalecer en cada ser el Plan de Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Me elevo al Cielo, al lugar en donde siempre tendrán una morada, escuchando sus voces en este himno de consagración. 

Vayan en paz y sean la paz en el final de los tiempos. ¡Aleluya!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jueves, 25 de agosto de 2016

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Vengo vestida de Gracia para derramarles Mi Luz, para que en este día santo descansen en Mis brazos y solo puedan estar en Dios.

Vengo vestida de Gracia para derramarles Mi Paz, y para que sus corazones y los corazones del mundo encuentren la Misericordia de Dios.

Vengo vestida de Gracia para derramar, sobre ustedes y el mundo, los Rayos de Mi Gracia, que son tan necesarios para estos tiempos, especialmente para las almas que deben comenzar de nuevo sus caminos, los caminos que le ha propuesto Mi Hijo a cada uno de sus corazones.

Vengo vestida de Gracia para que puedan conocer la Compasión de Dios, aquella compasión que el mundo ha olvidado completamente debido a los errores de los hombres, al producir dolor y cometer ultrajes e indiferencias al Corazón del Padre Celestial.

También vengo vestida de Gracia para irradiar Mi Espejo de Luz sobre ustedes; para reencender las esencias que están caídas y que aún no han encontrado el camino de la salvación.

Que el hombre de superficie reconozca la Gracia de la Madre de Dios. Es esa Gracia suprema e infinita, queridos hijos, que siempre los mantendrá en el camino de Mi Hijo, el camino de la paz y del bien.

Y así, como Yo les he dicho esta mañana: la Unidad a todos los salvará. Si sus corazones están unidos en Cristo, no deberán temer por nada, queridos hijos. Cristo es esa Llama de Unidad incandescente que brilla en todo el Universo Celestial.

Nuestros Corazones, llenos de Gracia, se aproximan nuevamente al mundo para decretar la paz y el fin de la guerra, la guerra que viven interiormente muchos corazones, la guerra que se expresa sobre la superficie del planeta como consecuencia del caos y de la adversidad. Pero si sus corazones están unidos a Mi Gracia, ¿creen que ustedes se transformarán?

Mi Gracia todo lo permite, porque de la Gracia nace la Misericordia de Dios, la Misericordia que todo transforma y redime a través de los tiempos.

Busquen en ustedes, queridos hijos, la esencia de la Gracia de Dios, la llama de la Gracia de Mi Hijo, que viene descendiendo desde el universo en estos tiempos, para poder formar a los nuevos rebaños del Creador.

A lo largo de los tiempos vengo acompañándolos a través de la llama de Mi Gracia, para que siempre puedan estar en el camino correcto, para que nunca olviden lo importante que es amarse los unos a los otros, para siempre poder gestar la unidad del corazón.

La Unidad de Dios es invencible, así como Yo les he dicho. Todos los ángeles del Cielo se sirven de esa Sagrada Unidad para poder vivificar al Padre Eterno.

Yo los invito queridos hijos, de esa forma, a buscar su Gracia interior, la esencia del amor y de la unidad entre los corazones. Si ustedes buscan todos los días la unidad entre sus semejantes, el mundo no sufrirá tanto. Pero mientras las almas se aparten de la Gracia de Dios, sufrirán y no habrá remedio que pueda sosegar a esos corazones.

Por eso, les pido, queridos hijos, mantengan firme en ustedes la Gracia de Dios, para que puedan estar con sus semejantes en unidad. Así, sabrán siempre qué deben hacer. Aun en los tiempos del caos la llama de Mi Gracia los conducirá, iluminará sus caminos para que puedan ver el propósito que viene emergiendo en el horizonte.

Yo soy esa Estrella de Gracia para todo el universo y quisiera, queridos hijos, que en cada momento de oración pudieran contemplar la Gracia de Mi Corazón. En Mi Gracia no hay error, no hay dolor, no hay sufrimiento. En Mi Gracia hay Amor, Piedad y Misericordia para las almas del mundo.

Coloquen en Mi Corazón lleno de Gracia a toda esta creación del planeta que tanto sufre las consecuencias de la humanidad.

Coloquen en Mi Corazón de Gracia a los Reinos de la Naturaleza, para que ellos puedan ser reparados por Mi Luz, por la gran consciencia Madre de la Naturaleza.

Coloquen a sus semejantes en Mi Corazón de Gracia, para que sus desiertos y las pruebas que hoy viven puedan pasar pronto y todos puedan vivir, en Mi Hijo, el Sagrado Propósito que con tanto Amor materno vine a depositar en sus vidas.

No vengo a ver su imperfección, queridos hijos. Vengo a buscar, en ustedes, que pueda despertar la llama de la Gracia de Dios, para que nunca olviden que la unidad es algo imprescindible en este tiempo.

Hoy vengo vestida de Gracia. Vengo como la Señora de la Gracia para derramar sobre el mundo lo que él necesita; para que la humanidad pueda soportar su purificación a través de la corriente poderosa de la oración.

Queridos hijos, les pido con Mi Corazón materno que no se cansen de escuchar Mi voz. En Mis Palabras está Dios presente y todos Sus códigos de Luz, así como los códigos de Luz de Mi Hijo y los del Espíritu Santo.

Así, Yo Soy la Madre de la Santísima Trinidad, que quiere verlos en paz para poder soportar el fin de los tiempos.

Únanse los unos a los otros para que la Gracia de Dios esté presente en sus vidas. Esta Obra, que Yo vivo con ustedes en estos años, es una Obra generada por la Gracia de Mi Corazón. Si Mi Gracia no hubiera tocado sus esencias, esto no sería posible.

Mediten en lo que les pido.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque Mi Gracia es infinita.

Así como el Creador que creó todos los universos, era en Sí una Fuente de Vida, Yo, hijos Míos, Soy una Fuente de Gracia para todo el cosmos, para todas las criaturas. Es de Mi Inmaculado Corazón que provienen todas las oportunidades de redención y de cura para aquellos que no las merecen.

Con Mi Maternidad, Amor y Misericordia, derramo sobre cada esencia de este mundo y de muchos otros, la Gracia que necesitan para retornar a Dios. 

Cada una de Mis Palabras, hijos Míos, trae en sí una Gracia Especial, una Gracia Única. Aquellos que Me escuchan con atención y que dejan que ellas penetren en lo profundo de sus seres transforman esa Gracia en vida, transforman la propia consciencia, la propia esencia, en una esencia redimida por Mi Gracia.

Cada vez que vengo a su encuentro, les traigo nuevas oportunidades de crecer, de seguir Mis pasos. Cuando les hablo, hijos, no estoy solo corrigiendo sus caminos, les estoy trayendo una Gracia para que puedan despertar, mientras todavía hay tiempo, y cumplir con aquel compromiso que hicieron con Dios en el principio de todo, antes aun de que llegaran a este mundo.

Aquellos que se reúnen bajo Mi Manto y que vienen a Mi encuentro para escuchar Mi Voz fueron llamados y atraídos por la Luz de Mi Gracia. 

Por eso, en esta noche, delante de esta Fuente que Yo represento frente a sus ojos, a sus corazones, déjense permear por esta Gracia que se expresa en Mi Divina Luz, que los cura, redime y transforma, para que finalmente expresen lo que es perfecto, que hace tanto tiempo está escondido en sus corazones.

Hijos, para que la Gracia que Yo les traigo se exprese en sus vidas, no bastará que Mis manos sean impuestas sobre sus seres. Necesitan esforzarse para que esta Gracia crezca, dé sus frutos y puedan ir más allá de sus seres; que puedan llegar a aquellos que más lo necesitan, porque para eso les entrego estas Gracias, para que representen a esta Fuente en el mundo, multipliquen las Gracias que Yo les entregué a través del ejemplo, de la vivencia de la unidad, de la fraternidad, del amor, del perdón. 

Cuando perdonan los errores de sus semejantes, así como Yo los perdoné cuando los llamé a Mi encuentro, están multiplicando la Gracia que Yo les entregué y están anunciando, no solo a la humanidad, sino a todo el universo, que existe una esperanza de que el corazón humano exprese aquel Pensamiento Divino que surgió del Creador al manifestar la humanidad.

Quiero que contemplen hoy, hijos, la inmensidad de Mi Gracia y las infinitas posibilidades de que ella se multiplique en sus vidas. 

Una Gracia, hijos Míos, cuando la reciben del Corazón Divino, de esta Fuente Sublime de la Creación, es algo único y aún incomprensible para sus pequeñas mentes humanas.

Por eso, solo sientan el poder de Mi Gracia y no duden en dejar que ella se multiplique y los transforme completamente.

Hoy, deseo que sientan Mi Paz, que estén entre Mis brazos y que, amparados por Mi Gracia, reciban un poco de aliento, porque no solo de batallas deben vivir Mis soldados. Recuerden, hijos, que este ejército existe para proclamar la paz, primero dentro de cada uno de ustedes, en sus familias, en sus hogares y después en el mundo entero.

Hoy, entren en el manantial de Mi Gracia y dejen que Yo los abrace, los cure y con el poder celestial de Mi Amor Materno pueda transformar todo aquello que hasta hoy les impide conocer Mi Infinita Paz. 

Hoy, vengo a curarlos, redimirlos y ampararlos en Mi Inmaculado Corazón, porque el mundo necesita de la paz que ustedes le deberán llevar.

No solo, hijos Míos, sobrevivan en este mundo; no solo luchen por la vida, en su día a día, en sus hogares. Contemplen un Propósito Superior y, bajo el amparo de Mi Gracia, atraigan hacia el planeta este Propósito Divino, que les trae una nueva esperanza, un nuevo sentido a sus vidas.

Hoy, hijos Míos, quiero llamar hasta aquí a dos Hijos de María que comprendieron, con su limitación humana, el propósito de Mi Gracia, que poco a poco están permitiendo que Yo los transforme, para que se tornen dignos soldados de Mi Inmaculado Corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Quien está en este camino de Luz, alcanzará la sanación, la cura y la redención; porque la Gracia Divina siempre está disponible al alma que abre su corazón para poder reconocerla.

En esta consagración, queridos hijos, a través de estos Hijos, les muestro el poder de la Gracia y de la Unidad; dos vertientes de Luz que siempre podrán contemplar en sus espíritus, uniéndose a la Fuente de Adonai.

Que esta Gracia Divina, que hoy está presente en Aurora, también se pueda expandir al mundo, especialmente a Mis hijos de Venezuela, que necesitan mucho de sus oraciones.

Les digo, a todos Mis hijos de Venezuela, que la Gracia de Dios está con cada uno para que puedan trascender los abismos, las pruebas y las decisiones caóticas que son tomadas. Pero no dejen de perseverar. Mi Inmaculado Corazón triunfará en cada uno de ellos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a escuchar, a pedido de María para esta consagración, “Ave María de Aurora”.

Abrimos nuestras manos para recibir la Gracia de Dios.

Vamos a repetir la oración que María Santísima nos está enseñando, frase por frase, hasta que consigamos hacerla todos juntos:

 

Bendita Gracia de Dios,
que colmas los universos,
hazme digno de vivir Tu Divina Voluntad.
Amén.

 

Lleven las manos hacia sus corazones.

Vivan la Gracia de Dios todo el tiempo, en una aspiración ardiente de poder encontrarla en cada espacio de este mundo y en cada uno de sus hermanos en perfecta unidad.

¡Les agradezco, por responder a Mi llamado!

Les agradezco a los presentes, a Mis queridos hijos, por haberme acompañado aquí, en Aurora, en esta Sagrada Fuente de Cura.

Y ahora, abro los caminos, como un Águila de Luz, para peregrinar hacia el Brasil. Y allá, esperaré a todos Mis hijos de esa nación, en devoción y amor por el Plan de Dios.

¡Aleluya! Que Dios sea en ustedes.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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