Domingo, 25 de mayo de 2014

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE OSLO, NORUEGA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

He venido del Cielo con un pedido especial: reunirlos a todos alrededor de Mi Corazón Inmaculado. 

Hoy, estoy llamando a todas las consciencias a un encuentro mayor. Mi Luz Universal bendice, en esta tarde, a los cielos de Noruega y traigo para ustedes una Gracia Mayor: estoy abriendo puertas nuevas para las almas y esto es posible por su sí interior. 

Esta Gracia llegará a todos y podrá expandirse hacia aquellos que no la merecerían. Por eso, Yo los llamo a una tarea mayor; y así, podré reunirlos a todos en el Corazón de Dios, porque Dios está en todo lo que fue creado aquí. 

Deben abrirse para sentir el amor que irradia la naturaleza. Así, estarán en comunión con los Reinos Celestiales, podrán renacer a la vida y a la esperanza.

Dios desea que en Noruega, a través de Mi Corazón, el que les oferto, Corazón Puro e Inmaculado, ustedes puedan dar los pasos hacia los Universos Mayores.

Yo Soy la Estrella del Universo, la primera Estrella que nace en el amanecer, la cual todos pueden ver en cada nuevo día. 

Yo Soy la Señal visible para el fin de los tiempos. 

Soy la Revelación para sus corazones heridos. 

Soy la Cura Suprema que los puede sanar. 

Soy la Fuente del Amor de Dios. 

Mi Consciencia Luminosa reenciende los corazones. 

Yo vengo a pedido de Cristo, su Salvador y Redentor. Él Me ha pedido que Yo estuviera hoy aquí, con ustedes, porque ustedes guardan en sus corazones una Célula de Cristo, que deberá activarse en este momento planetario para que estén al servicio de Dios. Yo Soy la Mediadora que permitirá que eso suceda. 

Yo vengo a entregarme en Amor a ustedes. Cristo Me confió que sea la Madre de todos. Yo estuve al lado de la Gran Consciencia Redentora; así, Yo conozco la condición de la humanidad, condición que quiero liberar a través de ustedes, a través de sus oraciones y súplicas. Y eso será posible, queridos hijos, cuando se animen a caminar a Mi lado. Nada malo les pasará.

Yo Soy la Consciencia Maternal del Amor. Yo quiero llevarlos a la cura y a la reconciliación profunda de la consciencia. 

Quiero darles a conocer su universo interior, un mundo interior que aún no conocen, pero que existe dentro de ustedes. Es el Dios vivo y luminoso; es el Creador, el Supremo; es Aquel que los ha creado en el principio. Él quiere despertar en ustedes mediante la Comunión y la oración, a través de esa Luz Crística que existe en ustedes y que aguarda despertar.

Pido a aquellos que Me acompañan, desde hace tanto tiempo, que estén Conmigo en este instante, porque también los necesito en esta Obra. Ustedes abrieron las puertas a los que hoy están aquí. Su ayuda, donación y entrega han permitido que Mi Espíritu Divino esté aquí con ustedes, dándoles una oportunidad, guiando sus corazones, llevándolos hacia el Reino de la Luz, de la redención y de la conversión.

Y así, estoy aquí con ustedes, llamándolos para estar Conmigo; abriendo un nuevo camino para sus espíritus, para sus consciencias supremas que deben retornar a la Casa del Padre.

En este momento de bendición, les entrego Mis Gracias y les hablo, en este día, a través de este hijo Mío, para que sus corazones se fortalezcan, no se cansen de escucharme, sino que se alegren por esta Gracia Mayor.

Este es Mi Mensaje para ustedes: estaré con ustedes en el silencio, con sus familias, en esta nación amada que manifiesta la belleza de la Creación del Padre.

Así, queridos hijos, los guardo a todos en Mi Corazón Maternal, en Mi Corazón Solar, en Mi Espíritu Universal.

Bendigo también, en esta tarde, a los Hijos de María que se acercaron a Mi Corazón para confortarlo y unirse a Mi Misión.

Que la bendición del Sagrado Padre y del Divino Hijo, en unión perfecta con el Espíritu Santo, esté entre ustedes, los guíe y los ilumine.

Sepan, queridos hijos, que, cuando Me llamen en la oración o en sagrada invocación, Yo estaré en sus vidas. Yo Soy su Madre, la Madre de Dios, la Madre del Cielo y de la Tierra, la Madre de la Naturaleza, la Madre y Estrella del Mundo.

Bajo Mi bendición inmaculada, guarden en ustedes Mi Pureza Virginal.

Por este momento y por los que vendrán, sagrada Noruega, hijos del Supremo, Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.

Agradezco la fidelidad de los que Me seguirán en adelante, y agradezco profundamente a los que hicieron posible, en este Universo Material, esta peregrinación espiritual, esta Gracia del fin de los tiempos.

Gracias por traducir Mis Palabras, eso es también importante para Dios, que Mi Mensaje de Paz pueda llegar al mundo.

Les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Después de este momento, tan íntimo que vivimos con Nuestra Señora, en el que, a pesar de las pocas palabras, pudimos sentir Su Amor tan perfecto y esa majestuosa ternura que tiene Nuestra Señora, con la cual abraza a todos Sus hijos, queremos que recuerden lo que Ella dijo, porque Ella quiere estar aquí entre Sus hijos de Noruega. 

Ella quiere que aprendan a conocerla como la Suprema Madre Universal, Aquella que nos trae la perfecta paz, la gran protección y que nos enseña a descubrir la fe para que podamos estar unidos al Corazón de Dios y que nada nos pueda confundir, que nada nos pueda mover internamente, pase lo que pase a nuestro alrededor.

Ella quiere estar a nuestro lado para que podamos sentirnos protegidos y comenzar a aprender cosas nuevas que tienen que ver con los misterios del universo. Cuando nosotros podamos abrir la puerta de nuestro corazón, vamos a saber muchas cosas.

Nosotros, los que peregrinamos junto con Nuestra Señora, hemos conocido una nación muy bella. Si bien todos los pueblos dejan algo en nuestro corazón, estos hermanos que parecían tan distantes y que a veces parecen un poco diferentes, han llenado nuestro corazón.

Agradecemos mucho la oportunidad que tuvimos, en la mañana de hoy, de compartir con algunos hermanos, aquí en esta ciudad de Oslo, la Comunión con Cristo y eso nos muestra que Cristo es el mismo en todas partes y que nuestro amor por Él nos va a unir siempre.

Muchas gracias por habernos recibido en esta nación. Les dejamos todo nuestro amor y toda nuestra gratitud. Ojalá que Dios permita que algún día podamos volver y podamos orar a la vera de esos hermosos lagos que ustedes tienen, donde se guardan grandes misterios espirituales.