Viernes, 19 de enero de 2018

El Sagrado Llamado
Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay; transmitido al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Si vives dificultades dentro de Mi Plan, es señal de que él se está cumpliendo.

Ten siempre una mente madura y un corazón fuerte, para aprender a superarte a tí mismo todos los días, sabiendo que por detrás de cada prueba y de cada desafío, está Mi Corazón y se proyecta Mi Voluntad sobre tu vida: en todos tus sentidos, en cada respiración, así como también en cada nuevo sueño.

No pierdas tus expectativas. Eso también se lo dije a Mis apóstoles en el pasado. Mantén tu espíritu ardiente y el gozo de Dios siempre te colmará.

No existe amarra ni lazo que no pueda ser desatado. No existe obstáculo ni prueba que no pueda ser superada. Porque si confías en Mí plenamente, Mi Corazón te protegerá y Yo siempre renovaré tu vida a través de los aprendizajes, de las enseñanzas y de las pruebas, que en este próximo tiempo deberás vivir por Mí.

Pero no te desanimes. Si Yo Soy tu Señor y tu Dios, nada te faltará. Tengo grandes tesoros especiales para entregarte, cuando tus pasos se dirijan solo hacia Mí y puedas encontrar la libertad en Mi Camino.

No tengas miedo de saber lo que te espera a la vuelta del camino. No tengas miedo de sentir el poder y el rigor de Mi Voluntad, porque si Yo, que Soy tu Esposo y tu Compañero, estoy a tu lado, nada te pasará. Solo necesito que crezcas en los grados de amor, de la entrega y del servicio.

Muchas almas necesitan aprender por medio de tu ejemplo, sincero y verdadero, para Conmigo.

Cuando estés a punto de caer en el abismo o en una gran dificultad, te sorprenderás, porque Yo te tendré entre Mis Brazos, para consolarte y darte la fuerza del espíritu.

A Mis más preciados soldados, a los que Yo he convocado y he escogido para Mi tarea planetaria, les exigiré grandes cosas. Y sé que tal vez, podrán ser grandes para ellos, pero Yo siempre los socorreré, siempre los auxiliaré. Y a pesar de que Mi Consciencia esté en silencio, no perderé un momento, ni la oportunidad de poder acompañarlos en los pasos hacia la transformación y de la redención.

Apóstol Mío: vierte tus aspiraciones sobre Mí, porque Yo también deseo ser consolado por tu entrega, por tu dedicación y por tu gran perseverancia. Solo deseo el bien para ti, pues Yo, el que te habla, que Soy tu Dios, estoy aquí; confía en Mí y tómate de Mi Mano, para poder llegar hasta el fin, a lo que más deseo para ti, a lo que he pensado y he diseñado en la meditación de Mi Corazón y de Mi Espíritu.

Yo solo seré tu refugio y no existirá otro. El mundo es una ilusión y se sumerge en sí mismo, en la perdición. Por eso Yo ofrezco grandes sacrificios para los que he escogido con Mi propia Mano. Y aunque tú no comprendas completamente Mi Voluntad, Yo te ayudaré a sustentar la cruz que Mi Padre te ha entregado. Y seré el nuevo Cirineo, Aquel que viene a ayudarte para alcanzar la libertad y el perdón de todas tus penas.

¡Vacíate, vacíate, solo vacíate !

Anímate a hacerlo por Mí y Yo haré muchas cosas a través de ti, porque Mis designios son muy desconocidos; Mis Voluntades son inexplicables. Pero Mi Propósito para tu vida es muy claro y nunca lo cambiaré, porque lo que está escrito en el Corazón de Mi Padre se cumplirá.

Por eso, Yo te llamo. ¡Sígueme y no te canses de hacerlo!

No vengo a mirar tus pecados. No vengo a contemplar tus imperfecciones, tus dudas, ni tampoco tus fracasos. Solo necesito que confíes en Mí y que Me esperes todo el tiempo en la adoración, en la oración, en el silencio, en la comunión con la Naturaleza. Y de la nada, todo se disolverá, porque Mi enemigo no conoce el amor, ni el poder que él tiene.

Tú eres una chispa de Dios. Eres una célula inmaterial de Su Espíritu. Y Él una vez sopló y viajaste por el Universo para encarnar como espíritu, dentro de una gran experiencia que es el amor.

Sin amor nadie puede vivir, tampoco el mundo. Sin amor, las almas mueren. Sin amor, las almas enferman. Cuando no puedas estar en el amor, búscalo en Mí, que Yo te lo daré, te lo haré sentir como en el primer día en el que te decidiste a decirme sí. Y todo pasará. No existirá angustia ni temor que prevalezca, porque el Amor que Yo tengo por los que he escogido con Mi Mano es intransferible.

Reposa, en esta noche, tu espíritu sobre Mis Brazos y entrégate a Mi Amor renovador. Yo tengo la potestad de cambiar todas las cosas y todos los acontecimientos. Si por lo menos las almas del mundo miraran con sinceridad a Mi Corazón, ya no existiría el sufrimiento.

Por eso sufro por los que no se entregan. Sufro por los que Me abandonaron y no supieron confiar en Mi Amor; porque Mi Amor, hasta el fin de sus vidas, será desconocido y solamente lo conocerán en la Eternidad, en el Paraíso, en donde ya no existe ni vive el dolor, ni el sufrimiento.

Quisiera, apóstol Mío, que te rindieras a Mis Pies, que te postraras ante Mi Presencia cada vez que lo necesites; porque Yo te levantaré del suelo y te haré fuerte, tan fuerte como lo fueron los apóstoles y nadie perderá su camino, porque quien confía en Mí no perecerá. Podrá atravesar una gran prueba, pero en el mayor naufragio, en la mayor duda o en el mayor cautiverio, Yo estaré allí presente, esperando que Me busquen, que Me encuentren, que Me abracen y que sientan el Fuego Misericordioso de Mi Corazón.

Hoy entrego estas palabras a los que persisten y no se cansan; a los que se animan a amar todos los días más allá de sí mismos. Porque si en verdad amaran el misterio, él se conocería y las almas adquirirían sabiduría para realizar las Obras de Dios.

Hoy vengo a cicatrizar una herida espiritual imperceptible y a pasar Mi Mano sobre ella para poder curarla, sabiendo que la Voluntad de Mi Padre se cumplirá.

No desistas ni te canses. El soplo del Espíritu te auxiliará y se abrirán las puertas, se iluminarán los caminos y las tinieblas desaparecerán a tu alrededor. Solo necesito que te entregues a Mi Confianza, para poder dar el gran y último paso, el que te desposará Conmigo eternamente. Y viviremos una Alianza espiritual y amorosa, desconocida para tu alma. Porque quien se desposa Conmigo alcanza la libertad y es semejante a un ave en alto vuelo, libre para poder alabar a Dios por toda la eternidad y para estar algún día entre los santos y los bienaventurados, proclamando con los coros celestiales, el retorno de su humilde Maestro y Señor.


Padre, hoy Te imploro. Da fuerza a los que Te escuchan. Da ímpetu a los que Te siguen. Haz crecer la fe en los corazones que Te claman. Y Te aseguro, Adonai, que el mundo cambiará, porque la Tierra será repoblada de Nuevos Cristos, que serán como llamas semejantes al Espíritu Santo y que estarán entregadas a Ti, en adoración.

Padre, Amado Señor, fortalece la esperanza; obra en Tus criaturas por medio de la cura y de la redención, para que todos los autoconvocados y los que aún no se convocaron, estén a Mi lado, celebrando junto a Mí la ceremonia del Perdón y de la Reconciliación.

Da a conocer, Señor, Tu Infinita Voluntad. Da de beber a todos de la Fuente de Tu Amor, para que las heridas más profundas y desconocidas se cicatricen y se establezca, Señor, Tu Reino para siempre. Amén.


Deja tu corazón vacío para Mí, y Yo podré depositar Mis mayores tesoros, los que se revelarán con el tiempo por medio de tu servicio, de tu entrega y de tu caridad.

Que Mi Nombre resuene en los corazones del mundo, para que Mi Palabra se cumpla en todos los que he llamado en este tiempo, para servirme.

Quédate en Mis Brazos y siente Mi Paz.

Quédate en Mis Brazos y siente Mi Aliento.

Abrázame fuerte y escucha el latido de Mi Corazón, coloca tu cabeza sobre Mi Pecho, para que resuene en tu interior la flamante Llama de Mi eterno Amor.

Que tus faltas se disuelvan. Que tus pecados sean perdonados y que tu alma se consagre a Mí, para que en los últimos días de la vida, te unas en matrimonio espiritual Conmigo, para siempre.

Y así, los Jardines del Cielo florecerán. Y como una dulce esposa, caminarás entre las rosas hacia Mi encuentro, libre del pasado y de todo dolor. Y al final de los Jardines, Me encontrarás y colocaré en tus manos Mi Sagrada Alianza, para que seas Mi compañera de camino y así vivas, después de esta vida, Mi Voluntad en otros espacios del Infinito.

Y serás una estrella incandescente, que tendrá escrita en su interior la historia de la redención y del perdón. Y muchos seres del Universo conocerán esa historia, porque finalmente tu esencia será como un espejo que derramará de la Fuente, el Amor, que todo perdona, todo cura y todo redime.

Y reuniré a las estrellas del Universo para la ceremonia. Y todas las esencias que se han consagrado a Mí, se desposarán con su Rey y Señor. Y Yo, con el Cetro de la Luz de Dios, en compañía de María Santísima, bendeciré a todas las esencias, las consagraré y las desposaré con Dios, para siempre.

Y en esa hora ya no existirá el mal, porque todos los que hayan confiado en Mí, conocerán el verdadero Amor y la verdadera Sabiduría.

Pacifica tu corazón. Calma tu mente y entrégate a Mis Brazos, para que Yo pueda dejar en ti el Universo de Mi Amor y de Mi Misericordia.

Vean cuán grandioso es el Amor del Padre; Él, que es tan grande e infinito, se hizo pequeño entre Sus criaturas, y entregó lo más grande que tenía: a Su Hijo, para que Él, mediante el pan y el vino, diera de comer de Su Cuerpo y diera de beber de Su Sangre, a fin de establecer la Alianza entre las almas y el Creador.

Con especial gozo y alegría, hoy bendigo este pan. Y vuelvo a repetirles: tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que fue ultrajado por los hombres, para el perdón y la remisión de los pecados.

De la misma forma les digo: tomen y beban todos de él, porque este es Mi Cáliz, es Mi Sangre de la nueva y eterna Alianza entre los hombres y Dios, a fin de que se cumpla Su divino y magnífico Propósito.

Que los que hoy coman y beban de la Mesa del Señor se regocijen, porque sus pecados fueron perdonados, sus amarras fueron liberadas y el Amor del Glorificado y Sagrado Corazón de Jesús triunfó sobre los redimidos. Amén.

Y ahora, deja que Yo lave tus manos, tus pies y tu cabeza, con la Fuente Espiritual del Amor, para que todo sea renovado y no existan dudas de que este es el Camino que Yo te ofrezco para vivir todos los días, hasta que Yo pueda ver con Mis propios Ojos y sentir con Mi propio Corazón, que Me has superado en el Amor.

Y aunque no lo creas, eso es posible, porque quien de verdad ama, se dona; y quien se dona, se entrega a Dios incondicionalmente.

Establece entonces, para los días que vendrán, este matrimonio Conmigo y deja que te coloque el velo para desposarte Conmigo y te entregue Mi Alianza para que te unas a Mí. Porque Mi Corazón no solo guarda tesoros, sino también muchos misterios de amor, que en este tiempo deseo derramar sobre las almas que Me buscan y que deseo entregar a las almas que más Me necesitan.

¡Tengo tanto Amor para dar, pero muchos corazones lo rechazan y lo cambian por otras cosas, por otros deseos o por otras satisfacciones!

¡Necesito de Nuevos Cristos para poder seguir adelante con Mi Obra!

¡Sonríeme!, porque quiero ver tus ojos brillar y que tus lágrimas sean de gratitud y de esperanza por los que sufren, por los que lloran con desconsuelo y no tienen alivio. Y así, a través de ti, Yo podré llegar a cada una de ellas y te reafirmarás en tu camino, hasta que al final te encuentres Conmigo en el Cielo.

Quiero escuchar, en esta noche, una canción de una esposa Mía, canción que revela una historia de amor entre un alma y Mi Corazón. Y por la cual, todas las almas se podrán sentir unidas a Mí, por medio de ese canto tan simple.

Deseo que algún día, en su ardiente aspiración y compromiso Conmigo, nos veamos cara a cara. Porque por más que Mi trabajo y Mi deber sea muy grande para con el mundo, el Señor siempre tiene Su espacio para los que necesitan ser escuchados en la oración y en el silencio.

Yo los bendigo en nombre de todos los ángeles y arcángeles del Cielo, en nombre de la Fuente renovadora del Amor que cura y cicatriza las heridas.

Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estén entre ustedes, ahora y siempre. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Llevaré la súplica de esta canción, por todas las almas que no tienen la oportunidad de conocerme ni de escucharme. Eso habla de la importancia de difundir Mi Mensaje al mundo entero y en todas las lenguas posibles.

Les agradezco.