Viernes, 15 de julio de 2016

El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL PROGRAMA EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE FATIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra, 
y en reparación por los ultrajes, 
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido, 
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón 
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de  los pobres pecadores.

Amén.
 

Cuando Mi Corazón es flagelado, Él siente el horror del mundo y la persecución que viven las almas perdiendo la vida en este planeta.

Cuando Mi Corazón es flagelado, Él siente la indiferencia de los hombres después del propósito vivido por Mí, y por cada uno de ustedes.

Cuando Mi Corazón es flagelado, las almas deben consolarlo con buenas obras de amor y de caridad, recordando como importante, al prójimo.

Cuando Mi Corazón es flagelado, siente la transgresión de los hombres y la perdición que viven las almas por no venerar Mi Sagrado Corazón.

Hoy les revelo Mi Corazón flagelado, porque necesito que esté presente en sus vidas, para que el mundo totalmente no pierda la paz.

Este manso Corazón se ofreció a ustedes, para generar la salvación de los tiempos, la rendición de las almas, y la rehabilitación de los corazones perdidos a través de todos los tiempos y de todos los siglos.

Este manso Corazón se ofreció a ustedes, para vivir la indiferencia de los hombres, para soportar el pecado de la humanidad y todos los ultrajes que serían realizados hasta los días de hoy.

Vean entonces, compañeros, aún cuánto carga Mi Corazón flagelado el pecado del mundo, y la indiferencia de las almas, que es muy grande en estos tiempos. Por eso los invito a que Me vivan y a que Me consuelen, porque así consolarán a Dios, que cubre Sus Ojos con Sus Manos, para no ver lo que Sus criaturas están haciendo en este tiempos.

Los ángeles, postrados al  suelo, suplican a Dios por Su infinita Misericordia, y para que Su Ley no se precipite sobre los ingratos y en todos los que son indiferentes.

Yo vengo a mostrarles Mi Sagrado y Flagelado Corazón para que lo puedan contemplar.

En ustedes apoyo Mis Obras, los pilares de la nueva humanidad, en todos los miembros de Mi Iglesia, en todos Mis seguidores, en todos Mis nuevos apóstoles, que Yo invito a que retornen al camino que perdieron de vista, el camino hacia Mi flagelado Corazón.

Su amor puede ser el bálsamo para Mi Corazón. Dios les dio a cada uno de ustedes la esencia del amor y de la unidad, que está siendo gravemente transgredida por la condición humana en estos tiempos, así como en todos los Reinos de la Naturaleza.

Así la Jerarquía Celestial, expande Su Obra en el mundo, para que todos los corazones escuchen el clamor de los Sagrados Corazones que vienen a implorar por penitencia y arrepentimiento, por confesión y comunión, por cada una de las almas que no quiere mirar a Dios, ni Su Santa Bondad.

Hoy Mis ángeles no cantan aleluya, pero tampoco dejarán de cantarlo.

Hoy Mis ángeles están haciendo penitencia por cada uno de los hechos cometidos en este mundo, en cada una de las naciones, en cada uno de los pueblos que vive su propio terror y su propia indiferencia.

Entren en penitencia, al menos ofrézcanmelo un día; pero sepan que no estarán siendo castigados, sino vivirán esa penitencia por cada uno de los que no se arrepiente en este mundo.

Hoy les traigo esta revelación de Mi Corazón ultrajado para que me puedan acompañar, amados Míos, en esta transición que vive la Tierra y toda esta raza en omisión.

Quisiera que esta indiferencia fuera transmutada por cada uno de ustedes, en el ayuno, en la oración, en la comunión, en el ejemplo de una vida crística y en la búsqueda permanente de una alianza perfecta entre hermanos, tan diferentes los unos de los otros, pero que pueden estar unidos en una sola hermandad; esa hermandad que Yo los invito a vivir en estos tiempos, y que la humanidad ha olvidado completamente.

Viviendo esta penitencia Conmigo y ofreciéndola a Dios a través de Mi Corazón, muchas almas se salvarán y los Reinos de la Naturaleza también serán ayudados.

Hoy los invito a abrir la consciencia hacia este estado de Mi Consciencia Universal, pues Mi Corazón aún padece por cada uno de ustedes, especialmente por los que no Me escuchan ni me contemplan en la Adoración del Santísimo.

Dichosos de aquellos que lo hacen todos los días, porque Mi gracia estará cerca de ellos y no les faltará consuelo para sobrevivir en estos tiempos, en los tiempos finales que se aproximan.

Yo los invito a vivir la Ley y a no olvidarla, a ser justos los unos para con los otros, compasivos y misericordiosos entre sus semejantes; esa es la Ley primera, es la tónica de este tiempo para cada uno de ustedes, compañeros.

Los invito a hacer ese esfuerzo por aquellos que no lo hacen, por aquellos que niegan a Dios, por aquellos que hacen el mal a sus hermanos del planeta.

Si Yo di Mi Sangre por cada uno de ustedes en la perpetua flagelación de Mi Corazón, flagelación que Yo viví durante la pasión, ya no debería correr sangre en este mundo, y tampoco deberían haber muertes injustas que hicieran activar la Ira de Dios. No conocen compañeros lo que esto significa.

Pero Yo los invito a tener más conciencia en esta hora crucial, en donde la batalla está presente en el mundo, cumpliendo así el tiempo del Armagedón.

Que Mi Sangre no se derrame impropiamente, que Ella  sea contemplada por todos para que reciban los códigos de Mi Paz y sus vidas se transformen en el modelo perfecto que Yo tengo para cada uno de ustedes.

Hoy Mi Mensaje para el mundo es de contrición y de profunda penitencia.

Recuerden que estuve tres días en el sepulcro salvando a la humanidad, y cerrando los infiernos que la humanidad había creado, trayendo una nueva oportunidad divina, para aquellos que no la merecerían.

Por eso, con tres días de penitencia muchas cosas podría resolverse; cada uno sabe lo que me puede dar en esta hora en que Mi Corazón implora para que estén más despiertos y vigilando conmigo, así como lo dije a Mis apóstoles en el Huerto Getsemaní. 

En ese momento les quise decir a cada uno de ustedes, vigilen unidos a Mi siempre, orando para que no sean tentados, como es tentado el mundo en su materialismo, en su propiedad, en su falso poder que ejecuta a muchas almas del mundo.

Ese es también el flagelo de Mi Corazón, la Llaga principal de Mi Espíritu que aún no ha sido curado y que ofrezco a Dios por cada uno de Mis apóstoles y de Mis seguidores que está unido a Mí en este tiempo de purificación  y de gran tribulación para el mundo.

Recuerden todos los días a Mi Sagrado Corazón y no se olviden de orar Conmigo por todas las almas de la Tierra, más por aquellas que están alejadas de Dios y que son presas de Mi adversario.

Quien busca Mi Corazón solo tendrá paz y no se arrepentirá nunca más de vivir en Él, a pesar de lo que suceda en este tiempo. Quien confía en Mí se fortalecerá.

Quisiera decir a Mis consagrados que en esta hora, en donde Mi Corazón vive su gran martirio por el mundo, el gran flagelo interior que recibe de las almas ingratas, les pido que no Me abandonen, que no Me dejen solo en este momento en que la barca de Mi Luz, en una gran tormenta de desesperación y de dolor, intenta salvar a los corazones del mundo. Tomen los remos que Yo les entregue y no se cansen de remar.

La victoria de Mi Corazón en ustedes esta próxima, pero sus corazones deben estar limpios y deben aceptar la purificación.

Todos los consagrados del mundo a Mi vida de religiosidad, no pueden abandonarme en este momento. No quiero que ocasionen una herida en Mi Corazón. No estarían siendo justos después de tantas gracias recibidas.

Aférrense a Mi Manto, besen Mis Pies y permanezcan allí todo el tiempo, Yo les daré las fuerzas para seguir adelante, en medio de cualquier tribulación. Recuerden que ustedes, y todas las almas que siguen Mi Sagrado Corazón en este tiempo, tienen responsabilidad por muchas almas más del mundo.

¿Quién se justificara ante Mi Padre cuando suceda el juicio final?

Mi Sagrado Corazón es el mediador entre ustedes y Dios, es la potencia máxima del amor que ampara a cada uno de los corazones, cuando estos viven Mis Atributos Celestiales.

No quiero que sientan pena por lo que está sucediendo en este momento. No ingresen en el mar de la amargura del mundo. Bastante sufre Mi Corazón flagelado, por las almas que desesperan y aún no miran a Dios.

Cuánta grandeza hay en el Cielo, cuánta gracia y misericordia podría brotar en los corazones del mundo, cuánto poder y plenitud vivificaría a los corazones en esta Sagrada Misión que Yo los invito a vivir Conmigo, todo el tiempo.

En este día viernes compañeros, Me siento a la mesa de cada uno de los Monasterios de esta Orden que intenta cumplir Mi Propósito, y consagraré los elementos para que consuelen Mi Corazón flagelado, el Corazón de Mi Padre, por todos los horrores del mundo y todas las indiferencias que son cometidas en este tiempo.

Repitan a Mi Padre, la oración del Ángel de la Paz, la que Él les enseñó para que todo pueda ser restaurado a tiempo, antes de que la Ley se avecine al mundo.
 

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo,Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Amén
 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a cantar unidos a Cristo, “Vigilad unidos a Mi siempre orando”.

 

Cuando Mi Corazón los purifica, las puertas del Cielo se abren para que los corazones encuentren la Gracia de Dios; aquella Gracia que siempre deben buscar hasta el fin de sus días, para que Mi Proyecto se cumpla en cada uno de sus espíritus.

Y ahora en el nombre del Padre, de Su Amado Hijo y del Espíritu Santo, consagraré la Santa Comunión para cada uno de ustedes.

Recuerden compañeros, reparar Mi Sagrado Corazón.

En estos simples elementos se encuentra la vida para cada una de las almas, y así,  Yo constituyo la Obra de Mi Divina Misericordia en todos aquellos que, en verdadero arrepentimiento y en suprema penitencia, comulgan conmigo, estableciendo así los dones y los códigos de Mi Luz, en todos los corazones.

Padre Nuestro en arameo.

Así, Yo ofreceré por un alma los santos Sacramentos, para que en el nombre de ella muchas almas más, en esa dolorosa condición de estar perdidos en el mundo, solo por ella, al menos la mayoría reencuentre Mi camino, hacia la redención y hacia la paz.

Yo Soy el que sacio a los corazones. Soy la verdadera savia para sus vidas. Soy el Sagrado Corazón de Jesús y les dejo Mi Paz, les entrego Mi Corazón para que lo guarden,  lo adoren y lo contemplen.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.