Viernes, 21 de agosto de 2015

El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Traedme aquí incienso y nueve velas para honrarme, incienso para expurgar y purificar, las velas Yo la bendeciré y las entregaré para nueve madres de esta Orden constituida por Mi Espíritu.

Después de nueve días que hayan orado a Mi Corazón misericordioso, les diré qué más es lo que quiero.

He escogido a nueve madres para esa tarea.

Ahora les diré un secreto…

Ahora, escuchen Mi Mensaje para este tiempo.

Busquen Mi Corazón en este momento y que ese sea el motivo de estar aquí con el Hijo de Dios.

Agradezco la oferta que has hecho hija Mía pues le ha agradado a Mi Corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, hoy estuvimos delante de un aspecto de Cristo un poco diferente, diríamos que es un aspecto de más justicia, era esa Presencia de Cristo que está preparándose para venir en el tiempo del Juicio Final, así como Él lo decía.

Pero esa faz de Cristo venía colmada de un amor muy profundo, un amor que transformaba poco a poco. Hoy Él vino acompañado por muchos ángeles.

Y a medida que el Maestro iba bendiciendo cada uno de los elementos sagrados, nos traía un pasaje de los que Él vivió aquí en la Tierra. Traía esa Presencia, esa información que iba trabajando en nuestro inconsciente y así Él iba, poco a poco, renovando algo dentro de nosotros que no sabíamos qué era.

Y enseguida Él nos dio este mensaje, también Él pidió que comulgaran, de Su Cuerpo y de Su Sangre, los hermanos que estaban allí presentes en nombre de todos.

Sabíamos que ese acto que nos hacía realizar frente a Él, de comulgar y de beber del Cáliz de Cristo, era por una situación planetaria.

Y ahora vamos a compartir con todos este mensaje que Él trajo hoy.

 

Enseguida Fray Elías del Sagrado Corazón comparte el Mensaje mensual de Cristo Jesús Glorificado recibido el 21 de agosto de 2015, transmitido durante la Aparición al vidente.

 

Los ángeles presenciaron Mi Muerte y las mujeres de la compasión rodearon Mi sepulcro con un incienso suave, perfumado y verdadero que glorificaba Mi Corazón. Este es el incienso de la pureza, de la humildad y de la liberación, para los corazones que creen que Dios está presente en las cosas simples.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Miren estas velas que alumbraron Mi sepulcro, llevadas por las manos de las devotas mujeres de Jerusalén que, fieles hasta el final, creyeron en Mi Presencia y en Mi Resurrección. Dichosos aquellos que reciben la Luz de Cristo entre sus manos, pues les aseguro que nada ni nadie cegará vuestros ojos porque siempre verán Mi rostro Glorificado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y así como los doce, hoy beban Mi Sangre y celebren Conmigo este ministerio, este ministerio sacerdotal que Yo les traigo del universo, a través de la fusión interna de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.

Pero hoy quiero dedicar especial atención a este Cáliz, porque así deben ser vuestros corazones, cálices, receptáculos de Mis Códigos Divinos.

Algunos de vuestros cálices deben ser purificados, otros deben ser restaurados, mas pocos están preparados, a través de la fortaleza de la oración, para recibir a Mi Espíritu en el templo sagrado del corazón. 

Yo hago posible todas las cosas imposibles. Dichosos aquellos que creen en la Presencia de Mi Sangre dentro del Cáliz Sagrado.

Beban y participen Conmigo de esta unión perfecta con el Universo de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En la Santa Comunión se encuentra la alianza con Mi Divinidad y todos los espíritus son congregados por Mi Gran Espíritu, porque a través de Mi Espíritu divinizado todo se torna posible en la vida de las almas.

Dichosos de aquellos que comulgan de corazón Conmigo y traen a la memoria Mi primera Comunión con ustedes, aquí en este planeta.

Después de haber cumplido con todo Mi ministerio, que es el ministerio de Mi Corazón y de Mi Paz. Hoy Yo Me podré ir de aquí en regocijo, porque vuestras almas se abrieron para responder a Mi Llamado y a través de este Sacramento han aceptado Mi Voluntad, cueste lo que cueste.

Les agradezco y los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Es importante repasar el Mensaje de Cristo, en otro momento y con tranquilidad.

Porque seguramente Él nos quiere mandar un impulso para que nosotros podamos despertar cada día más, un poco más.

Vamos a agradecer la presencia de todos aquí y de los que nos acompañaron en este encuentro por Misericordia María TV.

¡Gracias Señor por cuanto nos das!