Viernes, 18 de junio de 2021

El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO 

El mundo necesita encontrar el Amor para salir definitivamente del sufrimiento.

Esto es lo único que espero: ver corazones que aman, corazones que viven por amor lo que Yo vivo por ustedes, aunque esté en los Cielos.

Hoy vengo a su encuentro para recordarles esta regla primera; porque los corazones que están desesperados, rendidos y entregados al sufrimiento y al dolor del mundo pierden la esperanza día a día.

Pero no olviden que por encima de todo está Mi Amor, un Amor que los fortalece para las pruebas, un Amor que los lleva al vacío, al encuentro predilecto con el Creador.

Ustedes, seres de la superficie de la Tierra, vienen de una Fuente de Amor, pero también de una Fuente de Sabiduría. No permitan que el Amor se apague en sus corazones, no permitan que la llama del Amor deje de arder dentro de ustedes, porque aquí está Mi Corazón que fue traspasado para que ustedes, en este tiempo, encontraran la Fuente verdadera del Amor.

Es este Amor de Mi Corazón que los convoca a amar y a servir, el Amor que reconstruirá a las familias del mundo.

Es el Amor que Yo los llamo a vivir, el que permitirá, en este ciclo, dar alivio a los que sufren y a los que emigran de sus naciones.

Hoy, sobre las palmas de Mis Manos, les traigo el Sagrado Corazón del Amor como una llama ardiente y divina que viene a ofrecerse por el mundo para poder sanarlo y convertirlo.

Ustedes saben que nunca les pediré nada que no Me puedan dar. Yo les pediré lo más simple, pero lo más verdadero, les pediré aquello que algún día les hará comprender absolutamente el Plan de Dios.

Hoy, a Mis Pies, contemplo y observo las grandes necesidades del mundo, las súplicas de los corazones por sí mismos y por sus familias, por sus naciones y por sus pueblos, necesidades que intento suplir una a una.

Pero ustedes, compañeros Míos, ¿se decidirán a ser el puente hacia Mi Sagrado Corazón?, esos puentes que se pueden extender en el mundo por medio del amor y del servicio incansable que ustedes le pueden dar a Mi Sagrado Corazón.

En este bendito mes del Sagrado Corazón de Jesús, Yo vengo a recordarles esto, porque la mayoría lo está olvidando fácilmente.

Sabemos que el mundo no está preparado para enfrentar lo que hoy vive. Pero desde los tiempos más remotos, cuando Yo estuve en la Tierra, les enseñé la regla primera del Amor, porque es la esencia pero también es la base de toda su vida espiritual y humana.

¿Cómo entenderán al que sufre, si no aman?

¿Cómo soportarán al mal, si no aman?

¿Cómo ampliarán su consciencia, si no aman?

Yo vengo a enseñarles primero el Amor en lo más simple, en lo más profundo pero en lo más verdadero, en lo que nadie puede ver ni percibir.

Es en ese Amor en el que necesito que hoy trabajen; en el Amor que se entrega sin condiciones, en el Amor que se entrega sin aspiraciones, en el Amor silencioso que no es percibido, en el Amor que siempre dice sí.

Por medio de Mi Mensaje, les derramo los Rayos de Mi Misericordia e ilumino a toda la Tierra para que las fuerzas que la aprisionan, que la condenan y la perturban sean disueltas por Mi Luz.

Reciban esta Gracia de Mi Corazón, la Luz de los Rayos de Mi Misericordia, para que la humanidad se cure y se redima, para que se alcance la paz y el fin de las guerras como también de todos los conflictos humanitarios.

Lleven esa Luz hacia el corazón y comulguen de Mi Sagrado Corazón para que se cumpla Mi gran Promesa ante el Padre, de que esta Tierra sea repoblada de Nuevos Cristos, de los que irán hasta el final diciendo sí.

Que sus corazones y mentes se vacíen en este momento, para que el gran misterio del Amor de Dios se revele a los corazones simples y humildes, a los que han despojado de su vida las tentaciones del mundo y toda distracción.

Hoy, deseo que contemplen Mi Corazón resucitado, el Corazón Eucarístico del Hijo de Dios, que como un Sagrario abre sus puertas al mundo para que todos puedan contemplar la Verdad, la Verdad que está más allá de todo mal y de toda adversidad, la Verdad que los llevará a la paz y a la unión perpetua con Mi Corazón Eucarístico.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestro Señor está mostrando, en este momento, de un forma clara y nítida, Su Sagrado Corazón con tres llamas de fuego que representan al Amor, a la Compasión y a la Luz; que, a través de un gesto de Amor paternal, Él ofrece Su Corazón al mundo, para que las almas más sedientas del Amor consolador de Jesús se reconsagren ante Su Presencia misericordiosa. En el silencio de Sus Palabras, Él ofrece este, Su Corazón.

Ahora, volvió a guardar Su Corazón en Su Pecho, pero Su Corazón aún está expuesto.

 

Para aquellos que tienen dudas, Yo retornaré.

Para aquellos que han perdido la fe, Yo retornaré.

Para aquellos que ya no creen en Mí, por ellos, Yo retornaré.

Para los que viven en el sufrimiento, Yo retornaré.

Para los que han muerto injustamente, Yo retornaré.

Y a todos resucitaré en espíritu, mente y cuerpo, para que estén Conmigo en Mi Reino, cumpliendo la promesa de una Nueva Humanidad, libre de las cadenas de la opresión, de la tristeza y de la angustia; una humanidad que será renovada por el Sagrado Espíritu de la Voluntad suprema de Dios.

Sobre el Altar de Mi Iglesia Celestial, tengo cientos de Cálices para ser entregados a las almas que se ofrezcan a beber de la Divina Sangre del sacrificio; a fin de que, por medio de la entrega y de la renuncia, reparen el Corazón del Hijo de Dios de los graves ultrajes que Él recibe diariamente, por todas las situaciones que hoy vive el mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestro Señor está mostrando Su Altar en la Iglesia Celestial, con ciento treinta y tres Cálices que guardan Su preciosa Sangre, la Sangre de la Transubstanciación. Él nos ofrece estos Cálices para que, espiritualmente, sean bebidos por nuestras almas, para los que se ofrezcan en consciencia y con discernimiento a asumir lo que hoy Él nos ofrece, como servicio espiritual y humano.

Para esto, los ángeles que rodean al Sagrado Corazón de Jesús, en este momento, toman los Cálices del Altar para llevarlos a las almas que los han aceptado, en los cuatro puntos de la Tierra.

Aquellos, que se ofrecieron a asumir un sacrificio especial, beban de ese Cáliz que los ángeles hoy nos ofrecen.

 

Mi noble Corazón quiere transformarlos en algo nuevo, en algo que desconocen, en algo en lo que no pueden tener control ni el más mínimo poder para poder cambiarlo.

Por eso, después de este Sacramento del Sagrado Cáliz, que algunos se ofrecieron a beber sin saber lo que eso significa ni lo que representa en sus vidas; Yo les pregunto, compañeros, ¿se decidieron a venir a vivir a Mi Corazón y a acompañarme en esta tarea planetaria, en este rescate silencioso e imperceptible de toda la humanidad, sea en las llanuras o en los valles, en los desiertos o en los océanos, en cualquier lugar del mundo?

¿Sus corazones están prontos?

¿Han meditado en lo que les dije en la última Sagrada Semana?

Mis Palabras no solo pueden quedar registradas; Mis Palabras deben ser vividas por cada uno de ustedes, porque cuando vivan Mi Mensaje, comprenderán la razón de estar aquí y la razón de vivir por Mí.

Eso es todo lo que hoy quiero decirles, porque necesito que, algún día, comprendan el misterio de Mi Amor y la razón de venir a su encuentro para instruirlos pero también para impulsarlos, porque quien está en Mí no perecerá, aunque pase su prueba más dura y difícil.

A las almas que aún no se animaron, las invito a vivir en Mi Corazón, a entrar en la escuela de Mi Amor eterno.

Antes de dejarlos con la solemnidad de la Sagrada Eucaristía, la cual volverá a palpitar a través del corazón de Aurora, en donde esa celebración estará siendo ofrecida para todos, quiero despedirme escuchando una canción que ayuda en su reconsagración a Mi Sagrado Corazón.

La oración al Sagrado Corazón de Jesús, hoy la ofrecerán con una solemne canción para que la alianza de las almas Conmigo sea más profunda y todo sea renovado.

Al final de la sagrada celebración eucarística, realizarán su síntesis de este trabajo de los impulsos de Mi Corazón misericordioso, por medio de una segunda canción que cerrará el ejercicio de todo este Mensaje que hoy, por Amor, les he traído.

Para eso, cantarán, al final de esta transmisión, “Corazón traspasado".

Escucho la canción al Sagrado Corazón de Jesús, y Yo los bendigo para que se levanten de donde han caído, para que siempre encuentren la paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jueves, 3 de junio de 2021

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 92.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Postrados a Mis Pies, reconozcan el Sol de Dios que viene en su auxilio, el Sol de la Redención y de la Eucaristía que viene a iluminar y a disipar la oscuridad del mundo.

Postrados a Mis Pies, reconozcan el Legado que recibieron, del que desde siempre participaron y se alimentaron en espíritu.

Postrados a Mis Pies, reconozcan los atributos, los dones y las virtudes que, en confianza, Yo he depositado en cada uno de ustedes, para hacer nueva toda su vida, para que sus consciencias se rediman y se transformen.

Postrados a los Pies del Sol de Dios, reconozcan este momento planetario; la importancia de la expresión de los nuevos apóstoles, de los que mantienen la antorcha de la fe encendida, más allá de las circunstancias.

Hoy, vengan y colóquense a Mis Pies para que sus vidas sean bendecidas y reconsagradas, para que sus consciencias superiores sean depositarias de los impulsos crísticos que hoy les traigo.

En esta alianza perfecta con el Sol Eucarístico de Dios, ustedes podrán reparar el Corazón de Cristo de todas las ofensas que Él recibe diariamente, de todo lo que le hacen día y noche por medio de los ultrajes e indiferencias, de las omisiones y de las faltas.

A través del Sol Eucarístico de Dios, Yo vengo a retirarlos de las tinieblas de la consciencia y de la superstición del ego; vengo a abrirles los ojos de sus almas, para que puedan ver en este horizonte interior la Presencia del Hijo de Dios, que aún espera que cada una de sus vidas sea el testimonio de Su Palabra y de Su Legado.

Vuelvo a traerles este Sol de Dios para que sus caminos sean guiados y reciban en este momento lo que cada uno necesita, lejos de los deseos y de las aspiraciones propias.

Este es el Sol de Dios que ilumina el fin de los tiempos, pero que también reconstruye la vida espiritual de aquellos que se postran a Sus Pies para reconocer a un único Dios, a una única Presencia universal, cósmica e interna; para participar de esta comunión perpetua con el Sagrado Corazón de Jesús, que en este tiempo se vuelve a ofrecer en sacrificio por las almas y, especialmente, por los más pecadores, por las naciones, por la humanidad.

Que los tesoros espirituales, que Yo les he entregado a través de los tiempos, no se pierdan, no se desvanezcan ni se borren de sus corazones.

Hagan parte de sí cada una de Mis Palabras y que sus vidas se conviertan, algún día, en afluentes de Mi Fuente de Misericordia y de Piedad. Porque, hoy, algunos se distraen con otros caminos, colocan su mente en otros caminos y así, oscurecen el corazón, perdiendo la verdadera sintonía Conmigo, con Mi Voluntad. 

Este es el tiempo en el que cada uno debe enfrentar su propio Armagedón, debe conocer, de sí mismo, lo que hasta ahora nunca ha visto, porque un velo se retira de sus ojos para que puedan ver y reconocer este momento.

Hoy, acepto los sacrificios de los que persisten. Hoy, reconozco la valentía de los que se transforman y de los que nunca dejan de seguir adelante, más allá de todo. Es allí, en donde se concreta internamente la Obra de la Redención y de la Misericordia. Es en esa constancia y en esa fe, en donde las sagradas semillas de la Luz dan sus primeros brotes para, algún día, dar los frutos que Yo necesito para preparar Mi Retorno, a través de ustedes.

Hoy, veo con Ojos de compasión los errores que, algunos compañeros Míos, cometieron por imprudencia, por falta de atención, por falta de generosidad y por falta de consciencia. Pero hoy, no vengo aquí a señalar esos errores, sino a recordarles los Mandamientos que, en esencia, deben profundizar para entender su sentido oculto, sentido que los llevará a vivir en las Leyes Universales en estos tiempos críticos, en los que muchos ofrecimientos serán presentados a ustedes como si fueran mejores ofrecimientos que los que Yo les entrego. 

¿Comprenden lo que esto significa en este ciclo planetario?

Yo vengo a ungir nuevamente con Mi Espírito a aquellos que Me dijeron sí y que, más allá de sí mismos, intentan comprender Mi Voluntad y Mi Obra. El Redentor, su Señor, seguirá dando pasos firmes hacia el Propósito y Él llevará Consigo a todos aquellos que, despojados de sí mismos, seguirán Sus pasos de la misma forma para encontrar la meta, la meta interior.

Este es un tiempo en el que deben ser conscientes de que lucharán contra esa dualidad interior. Dualidad que les mostrará con tanta fuerza lo que ustedes desconocen, con una fuerza opuesta y paralela a la fuerza y el poder que Yo les entrego con Mi Palabra y Mi Presencia.

¿Esto es una batalla? Sí, es una batalla espiritual. Es el momento en el que, ante ustedes mismos, definirán el próximo ciclo, bajo la Mirada de Dios. Y ese ciclo que se definirá, indicará la posibilidad o no de que su Maestro retorne pronto al mundo. Pero recuerden, siempre recuerden, que no dependo de nadie para volver a esta humanidad, así como está escrito.

Sus almas deben tener presente, en la consciencia, que pueden participar o no de este gran acontecimiento del Retorno de Cristo. Porque para que ese Retorno sea posible, en cierta proporción, primero Mi Divinidad, Mi Espíritu, debe morar en ustedes para que, después, Yo pueda volver al mundo en su momento más difícil y doloroso.

Quiero que sepan, compañeros, que están ante el Libro de las Sagradas Escrituras, están ante el capítulo y el signo de este gran momento planetario, en el que los últimos Cristos del fin de los tiempos serán los que marcarán el próximo destino. Y eso va más allá de sus consciencias, de sus ideales o aun de su parecer.

Quiero que sepan que estar Conmigo no es algo momentáneo, sino que es estar bajo una estricta fidelidad a la obediencia divina y a la Voluntad suprema. Pero sepan que no hay otras consciencias u otros hermanos que lo pueden hacer, que puedan preparar Mi Retorno al corazón de los hombres. Si primero eso no sucede, en esta densidad y caos planetario, ¿cómo Yo podría venir aquí, al mundo, a través del poder y de la autoridad que Me ha dado Dios, desde el principio y por toda la eternidad?

Necesito que sus moradas internas sean Mis moradas; y aún, sigo esperando por esto. Hagan su examen de consciencia no para amedrentarse ni para juzgarse a sí mismos, sino para crecer interiormente en oferta y en servicio.

Porque en los próximos meses verán cosas inimaginables, y ustedes como Mis compañeros, que dicen ser Mis compañeros, tienen que estar preparados para lo que llegará; y esto ya no son solo palabras, sino serán hechos, serán acontecimientos en el mundo entero.

En estos últimos años, aprendieron a amarme y aún lo están haciendo; aprendieron a confiar en estas, Mis Apariciones, y aprendieron a beber de la Fuente de Mi Palabra por medio de los Mensajes, pero sé que alguna vez dudaron sobre Quién en verdad les está hablando.

Yo no vengo aquí solamente por ustedes, vengo aquí por un Propósito Mayor. Ese mismo Propósito que Mi Madre, la Virgen María, ya presentó en otros tiempos y en otras humanidades; para que la mayor cantidad de almas y de corazones alcanzaran la vida del espíritu y la unión con la Consciencia Trina.

Hoy no vengo a hacerles ver sus miserias, vengo a hacerles ver lo que en verdad sucede, para que lo reconozcan y lo acepten en humildad y en profunda gratitud.

No Me detendré por nadie más. Su planeta está en llamas. 

¿Quién cruzará Conmigo los umbrales del infierno para interrumpir la pérdida de cientos de almas consagradas y laicas? 

¿Quién irá Conmigo hasta lo más profundo de los abismos para encender su propia luz crística?, y así, poder vencer en el Amor a la oscuridad, como Yo lo hice por medio de cada gota de Mi Sangre y aún más, hasta el momento de Mi entrega en la Cruz.

Yo no vengo a colocarlos bajo una presión desconocida e insoportable.

En el nombre del Amor y de la Misericordia, que aún desconocen profundamente, Yo vengo a colocarlos ante la realidad, que es tiempo de aceptar y de vivir porque muchos de ustedes vinieron para ser Mis apóstoles. Y esto no es una ideología ni tampoco una teoría, menos es un sentimiento o una emoción pasajera, es un compromiso irrefutable que sus espíritus firmaron en el universo, y ese compromiso para cada uno tiene un tiempo, tiene una duración que solo Dios sabe.

Cuando las almas buscan otras enseñanzas que no son las Mías; piensen qué es lo que Yo puedo sentir delante de todo lo que amorosamente y en confianza les he dado, año tras año, día tras día, semana tras semana y mes a mes.

No pueden perder el objetivo de su Propósito, no se pueden dejar engañar ni tampoco pueden mentir; están ante el Rey del Universo, no ante un juez, sino ante el Corazón sacrificado del Cordero de Dios que se inmoló por ustedes para salvarlos, hasta el fin de los tiempos.

Recuerden que su camino de conversión y de redención está en los Sacramentos y no en otros libros. Que su verdadera espiritualidad se base en la fe del cristianismo y en la confianza absoluta de poder estar cumpliendo la Voluntad de Dios.

Como podrán percibir, compañeros, Yo vengo con un Mensaje de advertencia; pero de profunda compasión y solidaridad con los que se pierden, día a día, en el camino y dejan de ver, en sus propios caminos, las Huellas del Maestro.

Que está Maratón sea un paso más hacia la definición y, sobre todo, un paso para poder valorar y reconocer lo que fue recibido con tanto sacrificio y esfuerzo, para que nada sea en vano.

Los bendigo, en este tiempo de crisis interna y planetaria. Sepan que, más allá del sufrimiento y del dolor, está la Luz del Cristo Vivo, de Aquel que murió por ustedes para que tuvieran vida en Mí y así, tuvieran vida en el Padre Eterno.

Que las oraciones de Misericordia en este encuentro no solo sean palabras repetidas, sino afirmaciones sentidas en lo profundo del corazón.

Les agradezco por ser valientes y animarse a escucharme en el espíritu de la fe.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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