Viernes, 21 de octubre de 2016

El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE  CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi silencio proclama la victoria y la renovación de las almas.

Es en el triunfo de vuestro Rey en el silencio de Su Corazón Sagrado, en donde se guarda el Misterio de Dios para todas las consciencias de la Tierra.

A través de Mi Corazón encontrarán el Portal que los dirigirá hacia Dios, para que estén en Él y en perfecta reconciliación.

Es el silencio de Mi Corazón que renueva todas las consciencias, que trae la paz, el amor y la luz para todos los seres que se rinden ante Mí.

He venido aquí para pedirles colaboración, siguiendo los pasos de Mi Santa Madre y de Mi Padre San José, en perfecta Trinidad con el Todopoderoso.

Derramamos nuestras Gracias sobre aquellos que no las merecerían, porque son todos mis seguidores que han permitido esta Gracia mayor y extraordinaria sobre este pueblo del Brasil y más allá de él.

Vean entonces, compañeros, cómo es que trabaja la Consciencia divina donde no tiene límites ni fronteras, donde se abren nuevas puertas para todos los corazones que buscan una oportunidad de redención y conversión.

Les pido, compañeros, no endurezcan el corazón, pues Mi Corazón Todopoderoso les viene a traer la transformación y la paz.

Vuestro Maestro del Amor está moliendo el grano duro, los aspectos más difíciles de las consciencias de este planeta. ¿Qué resultará de todo esto? Si ustedes se dejan moldear por Mi Espíritu, nada malo les pasará.

Yo Soy el Sagrado e Invencible Corazón de Jesús, que viene a unir las consciencias y las naciones, en este Espíritu Universal de la Paz, que viene al mundo para poder rescatarlo de su profunda ilusión e indiferencia.

Yo les traigo, compañeros, el último chance, momentos antes de Mi Glorioso Retorno.

Yo les traigo, compañeros, la posibilidad de amar y de perdonarse a sí mismos y a sus semejantes.

Ya no esperen más, compañeros, amen y perdonen, y así alcanzarán la liberación.

Las dudas y todas las confusiones se disiparán de sus corazones y mentes; porque podrá ingresar Mi Divina Misericordia, que viene a desterrar el viejo ser para que nazca el nuevo hombre, la nueva consciencia, al alma que aún está dormida.

A través de Mi Presencia Yo les traigo la Pacificación.

Les pido que crean en Mi Mensaje, en Mi Nuevo Evangelio que vengo a dictar para los corazones simples; porque si sus corazones viven en la simplicidad, no sufrirán, tendrán fuerza, fuerza interior y fe para superar todas las barreras de esta gran inercia planetaria.

Nuevamente, como hace ya dos mil años atrás, vengo a traerles la Palabra de Dios, la salvación de sus consciencias y de todos los Reinos de este Planeta, que también sufren por ustedes  en este tiempo que cambia.

Quiero de sus vidas un ejemplo verdadero de amor.

Moldeen sus corazones en Mi Corazón. Sentirán la verdad y el alivio que tanto buscan.

No vengo a traerles los milagros de hace dos mil años atrás y de todos los tiempos, que fueron realizados por Mi Consciencia Divina para demostrar al mundo que Yo estoy presente en la Eucaristía, en la eterna comunión que pueden vivir las almas Conmigo.

Dichosos son los que comulgan de Mí, a través del Cuerpo Vivo, de la Preciosa Sangre de vuestro Señor. En este Sacramento está su renovación y la justificación ante el Padre, delante de todos los pecados que comete el mundo sin detenerse.

A través de Mis Llagas, las Llagas de Mis Manos, Yo los vengo a bendecir, y así a revelarles que Soy el mismo Jesús de Nazaret, el Hijo del Dios Vivo que viene al mundo para conducirlo hacia la vida eterna,  para sacarlo de la perdición, de la profunda indiferencia y la falta del amor, de la caridad y de la hermandad.

Primero debe comenzar en ustedes esa gran experiencia de amor, que es interno y no humano.

Debe comenzar primero en ustedes la hermandad y la caridad, el servicio que cura y abre las almas para que encuentren la Fuente del Amor de Dios.

En nuestros Sagrados Corazones están las llaves para su liberación y redención.

Hoy vengo en la quietud del Espíritu y no de la batalla. Vengo a pacificar a las consciencias que deben despertar a Mi Amor Misericordioso y aceptarlo  como una tabla de salvación ante  la Justicia de Dios.

No pierdan esta oportunidad de reencontrar todos los días el Amor de Dios. No pierdan esta Gracia de salir renovados y vivificados en la fe, en la fe que les trae Mi Corazón, con toda Su Gloria.

Oren por el mundo que está agonizando.

Oren por la Madre Tierra que está sufriendo las acciones de sus hijos en la superficie.

Oren por las almas que se están perdiendo, por los olvidados, por los que están perdidos sin poder ver la luz.

Oren por los que están enfermos y los que sufren.

Es la oferta de Mi Corazón de que puedan salir de sí, para ver la verdadera necesidad de estos tiempos.

Oren por los Reinos que se están perdiendo por las manos de los hombres de esta humanidad, que destruyen la Creación de Dios si ningún gramo de consciencia.

Oren por los que, verdaderamente, necesitan encontrar la salida hacia Mi Corazón, la cura de sus consciencias y la redención  de sus espíritus.

Oren por los que padecen la guerra, las consecuencias de la tribulación .

Oren por los continentes y las  naciones, que enfrentan el caos de estos tiempos, generado por la propia humanidad que no mira para Dios sino para sí mismo.

Oren por los que claman por Misericordia.

Por los que sufren el hambre y la enfermedad.

Oren por los que mueren solos.

Por los que no tienen padres ni madres.

Oren por los niños que lloran sin consuelo.

Oren por los animales que son sacrificados y por el perdón que necesitan los hombres, al no ver en ellos, el amor semejante de Dios que se vivifica en cada Reino de la Naturaleza.

Oren por los mares que están contaminados y por los grandes Espejos que son afectados, que traen la armonía a este Planeta y la consciencia humana los lastima, sin saber lo que están haciendo.

Oren por el desequilibrio mundial, por la falta de igualdad en todos los pueblos.

Oren por los que tienen mucho y no dan nada.

Oren por los que no tienen nada y reciben poco, porque ellos están sufriendo la consecuencia de estos tiempos.

Oren por las esencias que se están perdiendo.

Oren por los que ignoran la realidad superior y que no tienen interés de conocerla y pierden su filiación con Dios.

Oren por los que se sumergen en la vida material, por los que son vendidos y traficados, como animales del fin de los tiempos.

Oren por los que no viven la paz en su interior y en el planeta.

Oren por los que no conocen Mi Divina Misericordia.

Salgan de sí por un momento y vean todo así como Yo lo veo, con profunda piedad y compasión.

Oren por los ángeles que están caídos y que son llevados a la perdición, por las fuerzas contrarias a Dios.

Oren por los que no oran por sus Ángeles de la Guarda, que no tienen conocimiento ni consciencia de esa Presencia divina.

Oren por los que no creen que Yo estoy aquí presente, pero Mi Verbo es más profundo que toda falta de fe.

Oren por la Justicia que se aproxima y para que el mundo se corrija y vuelva a ser un pueblo sagrado, la esperanza de una Nueva Humanidad, unida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Únanse a los arcángeles que están trabajando en toda esta consciencia planetaria, únanse a sus ejércitos celestiales para que la paz no se disipe del planeta.

Sientan el sufrimiento de Mi Corazón, que trae el peso de este mundo que está agonizando.

Oren por Mis Llagas que están doliendo, al ver los horrores de este mundo que se aparta del amor y de la verdad, que no ama a su semejante así como Yo los amo a todos, sin mirar sus pecados, sino sus esencias divinas que aún deben descubrir en esta hora difícil del planeta.

Oren para que su Madre Santísima los pueda seguir ayudando y Ella derrame la Gracia de lo profundo de Su Corazón, sobre todo lo que es imposible y aún no se transforma en esta consciencia humana.

Oren por los que están padeciendo las injusticias de este mundo.

Oren por los que son perseguidos por las religiones.

Oren por los que son verdugos de este mundo y que traen el sufrimiento a las consciencias.

Oren a Mi Sagrado Corazón para que siempre los ilumine y encuentren, por encima de todo, Mi Eterna Paz. 

Oren por aquellos que no Me escuchan y que no abren su corazón a Mi Llamado.

Oren por los que ignoran Mi Presencia y que no se sirven de Mis prodigios.

Oren para que el Reino Celestial se aproxime sobre todo esta Tierra sufrida.

Oren para que el mundo no pierda el amor y este proyecto humano se cumpla con todos los que despierten. 

Este es el Llamado del Gran Maestro, que anuncia al mundo Su Segunda Venida.

Es la Segunda Persona de Dios quien les habla, el Hijo Primogénito del Padre, que encarnó en este mundo y vivió entre ustedes, para darles a conocer la Fuente del Amor y la Unidad Suprema.

Pero, hoy vengo a agradecer con Mi Corazón manso, que esta tarea en Centroamérica se cumplirá.

No saben lo que significa para nuestros Sagrados Corazones que las consciencias se abran para algo que es invisible y que es perpetuo en el Corazón de Dios.

Agradezco por aquellos que han colaborado para que los nuevos apóstoles despierten en Centroamérica, así estoy lanzando Mis redes, para atraer hacia Mí todos los corazones.

Esta es la victoria del fin de los tiempos, de todos los que se unen a su Rey, para llevar adelante el Plan de Dios entre todos los autoconvocados.

Quiero escuchar esa canción que resuena en Mi Corazón, pues es la súplica de vuestro Maestro para todos los que aún no Me han conocido en su interior.

Por toda esta causa, Yo los absuelvo, les doy Mi Paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

En todo el Planeta, derramo Mis Rayos  de Misericordia y congrego a las nuevas almas para que se sirvan de Mi Corazón en esta Comunión perfecta con Mi Santísimo Cuerpo y Mi Divina Sangre.

Como hace dos mil años atrás, parto el pan para ustedes y les vuelvo a decir:

"Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que hoy es entregado por muchos, por el sufrimiento de la consciencia humana".

"Les entrego Mi Cáliz y les doy de beber de Mis Dones espirituales, por todos los que derraman su sangre a través de la injusticia humana y que pierden la oportunidad de poder conocerme".

Los mando de dos en dos, como Mis Apóstoles, para que en estos tiempos prediquen Mi Amor y difundan Mi Paz; esto es obra de Mi Misericordia.

"Con todos los Ángeles reunidos y el Poder Celestial que todo gobierna, Yo transubstancio estos elementos, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén"

Gracias por cantarme y por pedir y orar por el mundo.

Vayan en paz y en confianza.

Jueves, 6 de octubre de 2016

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 39.ª Maratón de la Divina Misericordia, en la ciudad de San Pablo, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Yo les doy la paz y la liberación.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Adoren al Sagrado Corazón, Fuente de reparación y de Misericordia para aquellos que se rinden a Mí.

¡Rendición! Rendición es lo que les pido, para que puedan alcanzar la paz y también aquellos que no la merecen, al estar olvidados de Dios y de su despertar.

Hoy vengo con un silencio más profundo y cierro Mis Ojos ante ustedes, para que Mi serenidad pueda disipar el mal. Cerrando Mis Ojos contemplo el silencio del Universo, la Voz profunda de Dios, que los llama para la redención de este planeta.

Y es este Corazón misericordioso, el que aún sufre por el mundo.

Vean Mi Rostro con los ojos cerrados, en vigilia y oración.

El mundo no conoce lo que sucederá. Por eso Yo vengo a prepararlos, para retirarlos de la superficialidad que ciega a muchos.

Este es uno de Mis grandes sufrimientos. Es la indignación que siente el Padre: después de haberles dado todo, ¿qué le darán ustedes para que se cumpla Su Voluntad?

Yo no necesito de grandes cosas, compañeros, sino de sus vidas, para poder servir a Dios a través de cada uno de ustedes.

Contemplen Mi Rostro con sus ojos cerrados, en vigilia y oración, esperando por lo que sucederá en este mundo.

Mientras la puerta de Mi Misericordia está abierta, no demoren para poder entrar. Lleven hacia esa puerta a todos los que lo necesitan, porque ella ya esta cerrándose, para que se abra la puerta de la Justicia; la Justicia que ordenará al mundo de su desorden planetario.

Y eso no será un castigo de Dios, sino el resultado de lo que la humanidad ha sembrado después de tantas Gracias recibidas. Pero Yo tengo la llave de la gran expiación para aquellos que la quieran recibir en Mi Nombre. Es esta la llave que los salvará, ustedes abrirán la puerta correcta y sus caminos dejarán de ser laberintos, para poder ser caminos rectos hacia la Luz.

Yo les traigo el cumplimiento de la promesa que les ofrecí: ya estoy retornando. Dichosos de los que creen en eso, antes que todo se cumpla.

La gran noche se está acercando. El día está terminando y deben estar Conmigo en oración. Recuerden lo que les dije a los apóstoles en el huerto Getsemaní: “No duerman. ¡Despierten, despierten! La hora está llegando.”

Oren de corazón y no solo con palabras, para que estén libres de toda tentación y de toda adversidad. Este es el mensaje del fin de los tiempos, para una humanidad absolutamente dormida e indiferente.

Y si Nosotros no estamos aquí como portavoces del Cielo y de todo el Universo, ¿quién los salvará?

Confíen en Su Padre Celestial y aliviarán Su Corazón de todos los dolores que Él siente en el mundo.

Repito este mensaje porque no lo han escuchado. Es hora de unirse cada día más para soportar las corrientes que vendrán al mundo. Si están solos, no podrán hacer nada.

Por eso los invito a la fraternidad, a la colaboración y a la cooperación con el Plan de Dios. Así estarán libres de las ataduras del mundo y de los lazos con el mal. Sus almas se liberarán cuando se donen a los otros, por una justa causa de bien y de hermandad.

Libérense de la corrupción humana que el hombre de superficie ha creado a través de los tiempos. Crean en sus espíritus, que vinieron a este planeta para redimirse, para aprender a amar cada vez más, en honra al Padre Celestial.

Si no aman, compañeros, no podrán vivir los próximos pasos para ascender al Universo con sus almas y corazones. No podrán saltarse escalones de Luz.

Deben vivir cada etapa con cada nuevo paso que es dado, así estarán haciendo lo correcto y estarán dentro de un perfecto equilibrio.

Las puertas de Mi Reino están abiertas para los que se están redimiendo. Por eso les ofrezco Mi Corazón como la Llama guía para estos tiempos de oscuridad, en donde todo se pierde gradualmente.

Ayer les entregué la Pasión que Yo vivo por el mundo. Hoy les entrego la consciencia de dar un paso más grande hacia la Luz, para que sus vidas no estén estáticas, sino en el perfecto movimiento del Universo, en donde es necesario obrar y servir a Dios.

Vengo a retirarlos de la ilusión. Vengo a abrir sus ojos, porque aún hay mucho por hacer en esta humanidad. Vengo a retirarlos de la comodidad, de la televisión, de la distracción, para que vivan en el Universo de Mi Corazón.

Mi Corazón es la Verdad para el fin de los tiempos, porque así nadie los engañará.

Yo soy el Cristo del nuevo tiempo. El Hombre que predicó en Nazareth y en toda Tierra Santa. Soy el Gran Pescador de las almas, que los quiere llevar al Amor, a la Verdad y a la unión con Dios.

Reciban Mis Palabras con alegría. Mis códigos de Luz los santificarán, así como los santifica el Padre y el Espíritu Santo.

Saben compañeros, que estos encuentros con Mi Corazón Misericordioso y con Mi Sagrada Faz, tienen un tiempo. Y ellos culminarán cuando el Padre Me lo indique. Mientras tanto, no tomen cada encuentro Conmigo como algo normal; porque cuando ellos terminen, cada uno sabrá dónde habrán quedado Mis tesoros para el tiempo del Armagedón final, en donde todo estará permitido.

No pierdan la Gracia de encontrarme a través de cada nuevo encuentro, conscienticen en sus vidas Mi Sagrado Corazón y así no se desviarán del camino. A través de estos encuentros estoy construyendo nuevos templos; estoy manifestando Mi Iglesia celestial, en la morada de los puros y de los simples de corazón. Porque esos templos, que son inmateriales, acogerán a los que sufren y a los que sufrirán la transición planetaria; serán Mis códigos crísticos en ustedes, que Yo proporcionaré para las almas perdidas, para las que viven en el infierno de toda esta humanidad y que no encuentran a Dios, por su gran ignorancia, por no saber amar, porque nadie se los enseña.

Así, Yo los invito a ser Mis apóstoles, no solo en sus hogares, con los grupos de oración, si no que los invito a salir a la calle a buscar a las almas necesitadas de Mi divina e insondable Misericordia.

Ya no es tiempo compañeros, que solo Me miren por televisión. Es tiempo de entregar la vida por el Plan, cueste lo que cueste, para que la máxima Voluntad del Padre se cumpla.

Sé que lo que les estoy diciendo no lo comprenderán, porque son realidades para los próximos tiempos. Aún la escuela de la preparación no terminó. Aprovechen este momento y sírvanse de Mi Luz, en gratitud y amor, expresando desde ustedes, servicio, donación y caridad.

Quiero sacarlos a todos ustedes del plano mental. Vivan en el gran plano del corazón, porque allí se encuentra la Santísima Trinidad, que los aguarda para entregarles Sus Dones y vivificar sus espíritus en Gloria al Creador.

Mis Palabras no pueden quedar escritas solamente en textos. Cada impulso que Yo les entrego es para que lo realicen, es para que lo multipliquen, lo donen y lo entreguen a sus hermanos, a toda la necesidad planetaria, que está muy descompensada.

Así los invito a que no sean eruditos en sus mentes, en sus estructuras. Quiebren y rompan con el Rayo de Mi Misericordia, todo lo que se opone a Mi Plan de Luz dentro de ustedes. Así vencerán al adversario y la distracción que él les genera todo el tiempo.

Abran sus brazos, expandan sus corazones y donen el Amor de Dios.

Sirvan incondicionalmente y estarán en el lugar correcto, cuando todo suceda.

Sepan que en Mi Corazón hay un espacio guardado para ustedes, que siempre contemplo con mucho Amor, cuando se unen a Mí sinceramente y responden a Mi convocatoria, porque saben que es necesario cumplirla por la salvación de las almas y del planeta.

Todos sus hermanos que están allá afuera, también necesitan de la Misericordia, así como ustedes recibieron Mi Divina Misericordia.

Cada encuentro Conmigo es renovador y es una oportunidad única de dar un paso en esa escalera de Luz, que los lleva al Reino del Padre.

Santificados sean los que Me escuchan.

Santificados sean los que Me contemplan.

Santificados sean los que Me adoran.

Santificados sean los que sirven en Mi Nombre.

Santificados sean los que se despojan por Mí.

Santificados sean los que se redimen y los que buscan la paz.

Santificados sean los que despiertan y los que ven a Dios en todas Sus Obras.

Santificados sean los que viven la Unidad y los que se esfuerzan por vivir los Mandamientos.

Santificados sean los que comulgan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre y se rinden ante Mi Presencia, para que Yo los pueda transformar.

Santificados sean los que creen cada palabra que Yo dicto, porque santificados serán por el Padre, en el Universo de Su Amor y de Su Gloria, con el fin de expresar la nueva humanidad.

Consagrados: antes de orar Conmigo, vean el Propósito de Dios en Su Fuente Primordial, descendiendo desde el Universo Espiritual hacia este Universo Material, para que ese gran impulso de realización de la Obra de Dios, se cumpla en las almas y en toda la humanidad, con el fin de que triunfe Mi Sagrado Corazón.

Oremos.


Que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la Palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.

Amén.


Hoy les daré la renovación a través de los Sacramentos, para que sus almas cumplan el propósito que vinieron a realizar en este tiempo planetario.

Pidamos a Nuestro Padre, a Adonai, Su Gracia y Su Misericordia para estos tiempos finales.

Les dejo el mayor testimonio, que es Mi Amor.

Les dejo Mi Paz y les doy Mi Paz para que la vivan y la multipliquen por cada lugar donde vayan.

Les agradezco por escucharme con fe y amor, porque después de todo, Dios quiere lo mejor para ustedes. Crean que esto es así, en la Presencia de Su Amado Hijo.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (x3)

Miércoles, 5 de octubre de 2016

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 39a. Maratón de la Divina Misericordia, en la ciudad de San Pablo, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Mientras el mundo no se detiene, mira Mi Cuerpo llagado, cómo lo lastiman.

Mientras las almas no piensan ni reflexionan, mira Mi Cuerpo llagado, cómo lo lastiman.

Mientras la indiferencia de muchos es muy grande, mira Mi Cuerpo llagado, cómo lo lastiman.

Mientras muchos no escuchan Mi Voz y la rechazan, mira Mi Corazón flagelado, cómo lo lastiman.

Estoy atado a la columna de la flagelación del mundo, y nadie Me puede librar de eso.

Mira a las Santas Mujeres cómo Me contemplan mientras lastiman Mi Cuerpo.

Vean la Sangre que se derrama de Vuestro Preciosísimo Señor y Ella es vertida sobre los Cálices de Dios, mientras lastiman Mi Cuerpo, para ofrecerla al Padre por la salvación de las almas y de los corazones que se pierden.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo con tanta indiferencia, incluso aquellos que Me siguen no todos consiguen ser fieles.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo mientras estoy atado a esta columna de la injusticia humana.

Así como padecí en la plaza Mi flagelación, mira cómo lastiman Mi Cuerpo, en este tiempo final.

Este es el Corazón manso que lo ha dado todo. Esta es la Vida que los retiró de la muerte y los llevó a la inmortalidad.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo y nadie lo percibe.

¿Acaso compartirán Conmigo las ofensas del mundo, mientras el mundo no se detiene y no se da cuenta de su perdición?

Mira Mi Corazón cómo lo lastiman mientras Él les da la Paz.

Contemplen este escenario de sacrificio y entrega, mientras flagelan a Vuestro Rey con las ofensas del mundo de hoy.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo, mientras los oídos de Mis compañeros no Me escuchan.

Necesito de su sacrificio para sobrevivir, pues este es Mi Cuerpo que ya está en la Gloria, pero hoy sufre por ustedes la indiferencia total de la consciencia humana.

No lastimen más Mi Cuerpo porque Él está presente en todo, aun cuando escuchan Nuestros pedidos con la mente y no con el corazón.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo, lleno de Misericordia y de Piedad.

Este fue el Cuerpo que murió por ustedes, el Cuerpo del Hijo de Dios, que se hizo Comunión para ustedes, eternamente.

Comprendan con este símbolo Mi Mensaje y mediten en Él, en esta hora de Misericordia, cuando lastiman Mi Cuerpo con tanta indiferencia y tratan con desigualdad las Obras del Creador.

Cargo sobre Mí el peso de estos tiempos, las almas que se condenan y los corazones que se enceguecen en su vida material y en su soberbia espiritual.

Este es el Cuerpo que padece por ustedes, atado a la columna de la injusticia del mundo.

Vean cuántas llagas ya Me han hecho. Pero Mi Amor es más fuerte, y es el Amor que triunfará en las almas que estén Conmigo incondicionalmente.

Vean cómo lastiman Mi Cuerpo en este momento, con el caos de las ciudades y de los pueblos, de las almas que están lejos de Dios sin poder ver la Luz ni el Amor del Reino de Dios.

Este es el Cuerpo que padece por ustedes y que se presenta en sacrificio ante el Altar por medio del pan y del vino.

Los invito a estar en Mí para que salgan de ustedes y alivien Mi Corazón y todo Mi Cuerpo flagelado.

No conocen la Justicia. Ella es muy fuerte, pero más fuerte es Mi Divina Misericordia.

Les pido que renuncien a algo por Mí, por este Proyecto Humano. Escucho su ofrenda interior ante la Presencia de Dios en Su Hijo.

Sáquenme de esta columna de maldad y de indiferencia. Desaten a Vuestro Soberano Rey y libérenlo de los pecados del mundo, en el ofrecimiento de la Comunión en el Santo Altar.

Las llagas de Mis Manos, de Mi Costado y de Mis Pies aún están abiertas.

Contemplen los Cinco Misterios de la Redención:

El Misterio de la Mano derecha, del Amor Infinito por la salvación de los impuros.

El Misterio de la Mano izquierda, del Amor Infinito por la salvación de los injustos.

El Misterio de Mi Pie izquierdo, de la Redención Mayor de los deportados a la Tierra.

El Misterio de Mi Pie derecho, de la Liberación Mayor de los que han condenado a sus hermanos en la justicia terrenal y en las religiones.

El Misterio de la llaga de Mi Costado, de la Misericordia Infinita por los que se han unido a Mi adversario en este tiempo final.

Contemplen los Cinco Misterios del Rosario de la Redención, ofrézcanlos al Padre en reparación y penitencia para que Yo pueda, de una vez y para siempre, estar entre ustedes.

Ofrezcan este Misterio de la Redención durante este mes de octubre, para que Mi Santa Madre establezca en todo el mundo, y especialmente en Centroamérica, la Paz universal.

Contemplen Mi Cuerpo flagelado en estos días, sin miedo de reconocer en Él la injusticia del mundo, la cual pesa en el Corazón de Vuestro Pastor.

Hoy los santificaré y santificaré estos elementos, que se convertirán en fuente de Mi Misericordia para aquellos que los recibirán en nombre de toda la raza y por los mil Años de Paz.

Santísima agua creada por el Dios Todopoderoso, purifica a las consciencias y disuelve todo mal para que reine la Paz.

Sagrado incienso ofrecido en el altar, exorciza todo lo que toques y libera a la humanidad de la impureza.

Consagraré esta agua como a los pozos de Betsaida, para que lave las heridas espirituales de las almas y renueve el sacramento de su Fe.

En este símbolo del pan y del vino se encuentra la renovación, la oportunidad de alcanzar la Gracia y de poder vivirla.

Y ahora que están bendecidos, para ser sacramentados por cada uno de estos dones, repitamos, confirmando nuestros votos ante el Padre Celestial, la siguiente oración.1

Recuerden que Mi Cuerpo sigue siendo flagelado.

Finalmente, sean esa agua que cicatrice Mis heridas.

Sean esos paños que curan Mis heridas.

Sean para Dios la Gracia y la Misericordia.

Los quiero ver comprometidos Conmigo para que Me ayuden a cumplir los Designios de Dios, esta vez en Centroamérica.

Les agradezco y les dejo el símbolo de Mi flagelación, para que lo adoren, lo interioricen y lo contemplen con amor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

 

 

1. Todos oran el Padrenuestro en Arameo.

 

Martes, 4 de octubre de 2016

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 39.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Estamos en adoración al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Estoy orando por ustedes, para que Mis rebaños se fortalezcan y sean semillas de Luz para el nuevo tiempo.

Quiero que estén descalzos de todo para que puedan ver los nuevos tiempos y así los puedan enfrentar como el Universo lo prevé.

Hoy estoy aquí entre ustedes, pero también estoy con Mis compañeros de Centroamérica.

Mi Corazón también se entristece al no haber podido llegar a ese lugar, en donde Mi Misericordia es necesaria. Y esto demuestra, compañeros, que no sólo pienso en ustedes sino en el mundo, en el mundo que sufre y padece.

Recuerdan que meses atrás los llevé a un desierto para que todos pudieran ingresar y aprender a vivir la austeridad del corazón y del alma, soportando las corrientes que vienen al planeta para purificarlo y transformarlo.

En ese desierto Yo les di una llave para que pudieran abrir una nueva puerta, llave que aún no han encontrado, porque no saben dónde la han dejado.

La deposité en sus manos para que pudieran abrir la puerta hacia el sendero del corazón, para que sus corazones pudieran amar, aceptar cada día más y no querer comprender, sino abrazar con fe y fervor lo que el Universo les envía de tiempo en tiempo.

Yo Soy esa Consciencia que todo lo reconstruye, día y noche. Soy ese Espíritu que busca entre ustedes la igualdad y no la abundancia, sino lo justo, el equilibrio.

He decidido estar en esta ciudad de San Pablo para recordarles a Mis compañeros que Mi Proyecto debe cumplirse, al igual que el Proyecto de Mi Madre, porque son ideas profundas e íntimas del Padre Celestial.

Él, que está en los Cielos, a través de Nuestros Sagrados Corazones les proporciona la Verdad y transmite el Llamado.

No permitan que el Llamado no se cumpla. Esfuércense para que pueda cumplirse por encima de todo.

Ustedes deben sentirse parte de una sola hermandad. Y deben permitir que esa hermandad emerja a través de sus corazones y no de los lazos de la mente.

Necesito que sean verdaderos todo el tiempo para poder soportar lo que vendrá a sus vidas y a la humanidad.

No vengo aquí para hacerles perder su tiempo ni tampoco su trabajo. Yo estoy en todos los lugares y en todos los momentos cuando Me lo permiten y Me abren la puerta de sus corazones.

Yo vengo como esa Luz Infinita al mundo, para iluminarlo, para mostrar el camino que muchos no consiguen ver en el horizonte.

Por eso he decidido estar aquí con Mis más antiguos compañeros de esta ciudad de San Pablo, para que acepten vivir el nuevo tiempo y la nueva convocatoria que les trae el Universo a través de nuestras Sagradas Voces.

No duerman como Simón Pedro y los Apóstoles en el Monte Getsemaní.

Abran sus ojos y vean a Su Maestro en vigilia y oración, pues el tiempo más difícil se aproxima, y esto no es motivo para generar miedo, sino para que sean conscientes y puedan desactivar la ilusión que ciega a muchas consciencias, no solo en la vida material sino también en la vida espiritual.

Así vengo a disipar las tinieblas para que sus corazones estén iluminados y puedan sentirme y verme en ustedes todo el tiempo.

Quisiera que el paso que ustedes deben dar, antiguos compañeros de San Pablo, pueda ser el mismo que dieron Mis queridos compañeros de Belo Horizonte cuando ellos, sin pensar nada ni desear nada, Me recibieron en adoración y Gloria en la simplicidad del corazón y de la oración.

Les entregué Mi Corazón para que aprendieran a cuidarlo y a amarlo cada día más en el Santísimo. Les di una Casa para que siempre Me vinieran a adorar y a contemplar, para que encontraran consuelo, regocijo y alivio.

¿Cuántos de ustedes han venido a verme?, y cuánto tiempo Yo los he esperado en el silencio de la Casa de Adoración.

¿Cuándo, alguna vez, sus ojos y sus corazones desearon verme y no mirar otras cosas, las cosas que ofrece este mundo?

El trabajo no sólo se encuentra en la vida material, trabajo que los ocupa para que puedan sobrevivir, como el hombre que ara la tierra para sembrar y tener frutos.

Pero ustedes, compañeros, antiguos compañeros de San Pablo, ¿se han dado cuenta de que se detuvieron en el tiempo y dejaron de seguirme?

No vengo a reclamarles nada, pero sí a mostrarles la Verdad a través de Mi Corazón.

Ese Núcleo sagrado que les ha dado la Divinidad debe estar vivo para este tiempo final no solo en las obras, sino también en lo que el Universo les ofrece como espiritual.

Nuevamente abro Mis Brazos hacia ustedes y les ofrezco el abrazo de Mi Corazón Glorificado para que renueven sus votos en el nombre del amor y de la unidad, para que vivan en Mí y Me encuentren, y ya no pierdan tiempo, porque el tiempo se acaba.

Vengo a confiarles, junto a Mi Madre, el legado y la obra que Nuestros Sagrados Corazones deberán realizar en Centroamérica, y una vez más, les repetimos: abran su corazón y donen, donen con amor y no por obligación, porque el Padre todo lo ve.

Recuerden la parábola de la pobre y humilde mujer que fue al Templo y que no tenía nada, tan solo un centésimo y, con todo su corazón y su fe, lo entregó como ofrenda a Dios, que era más que aquello que los hombres, que se decían sabios y ricos, entregaban en joyas y dinero para vanagloriarse.

Entre estos dos, compañeros, ¿quién ha alcanzado la santidad y la salvación?

Los méritos no están en la vida material, sino en sus corazones. Es el corazón el que dona y se renueva todo el tiempo.

No venimos a pedirles cosas imposibles, mas sí lo que es posible para ustedes. No malinterpreten Nuestras Palabras, pero sí apelamos, compañeros, a que en esta Maratón se unan a Mi Verdad, para que puedan vivir en Ella y la adopten como un emblema de Luz.

Ustedes deben ser Mis columnas de Luz en el mundo, así como tantas otras consciencias.

Al igual que Mi Madre, pero en otro Cielo, Me encuentro orando por esta Sagrada Misión a Centroamérica. Y después de todo lo que les he dado, con tanta Misericordia y Amor sin restricciones, quiero sentir en Mi Corazón que sus vidas internas crecieron y no sus bienes.

Quien está Conmigo debe vivir en la fidelidad todo el tiempo. Cada uno en su grado y en su despertar.

Abracen esta cruz que hoy les traigo y cárguenla con valentía y coraje. Es esa cruz que pesa en el mundo, y la que Yo reparto entre Mis compañeros para que Me ayuden a aliviar a millones de almas, como las de Centroamérica, que necesitan de Mi Paz y de la paz de sus corazones.

Estoy en adoración a Dios, al Supremo, al Infinito y al Máximo. De la Fuente traigo estas Palabras y las transmito con Mi clara Voz para que las comprendan.

La hora indica un gran paso para todos. Conságrense a Mi Corazón misericordioso, y vivirán en Mi Paz.

Dichosos los que adoran y aman al Santísimo del Altar.

Bienaventurados los que viven Mi Misericordia y la difunden en el mundo con obras de paz y de caridad, con obras de bien y de hermandad.

En su donación se encuentra su liberación. En su entrega se encuentra su alivio y la unión Conmigo para siempre.

Les dejo Mi Sagrado Corazón como un símbolo de sacrificio.

Que Mi Corazón sea contemplado en esta Maratón como algo importante, como la Luz que guía las almas y a todas las vidas del planeta, como el escudo contra toda adversidad y prueba.

Este es el Corazón que renueva y trae la fe, la esperanza para todos, en este tiempo final.

No sientan pena por lo que les he dicho, sientan regocijo y gratitud todo el tiempo, porque así estarán creciendo en consciencia verdaderamente.

Alégrense y vívanme en esta Maratón.

Que su fuego interior les permita vivir la trascendencia y el despertar de sus consciencias a Mi Llamado.

Tómense de Mi Mano y síganme, aún hay mucho que hacer por esta humanidad y por este planeta.

Los bendigo y espero su respuesta para con esta Misión por las almas que sufren en Centroamérica.

Sean caritativos y misericordiosos, porque así el Padre Eterno se alegrará al ver a Sus hijos cumpliendo Sus Obras con esfuerzo y en unidad.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto