Viernes, 1 de diciembre de 2017

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos, enseguida escucharán Mi mensaje para hoy. Comprenderán el sentido y el propósito de este gran acontecimiento que abraza al planeta y a toda su humanidad.

Hoy vengo, por medio de la Gracia, a bendecir los pesebres, para que nunca les falte, en los tiempos que llegarán, el Espíritu de la Sagrada Familia, que los hará fuertes e invencibles. Les traerá coraje y voluntad, para que puedan enfrentar los tiempos y todos sus acontecimientos.

Hoy vengo a derrotar a Mi adversario, por medio del triunfo del Amor, de la Fe, de la Devoción y de la Misericordia que aún pueden brotar de sus corazones, que sus vidas aún pueden expresar en estos tiempos difíciles, en donde en grandes partes del mundo está muriendo el amor y la unidad en los corazones.

Por su “sí” en este día y a través de los sagrados pesebres, vengo a rescatar lo importante en todas las familias del mundo. Y por medio de este acto de amor, de una profunda compasión del Corazón de Dios, vengo también a consagrar sus vidas, para que constituyan una verdadera familia espiritual, que por encima de todo, deberá estar unida para poder vencer en Cristo, y por Cristo, Nuestro Señor.

Hoy pediré a un sacerdote que bendiga este agua, porque Mi Hijo le ha dado el poder y toda la autoridad para poder consagrarla ante Mi Presencia.

En ella he depositado los códigos para la Nueva Humanidad, códigos que se esparcirán como luces divinas en todos los pesebres que han traído hasta aquí, como en todos los pesebres que han colocado en el mundo dentro de sus hogares, en amor y veneración a la Sagrada Familia.

Por la autoridad que Me ha dado Mi Hijo, esparciremos en este momento la Luz de Dios, para que se expanda en el mundo y en los corazones que sufren, por la división de sus familias.

Hoy dedico esta consagración especial para todos los que son exiliados, para las grandes familias del mundo que no tienen un lugar en donde vivir, ni en donde encontrar la paz.

Que estos códigos divinos que provienen del Agua Victoriosa de Cristo, desciendan sobre el mundo como un bálsamo de luz, de cura y de reparación.

Bendecirán primero el pesebre de la Sagrada Familia de Figueira, y en segundo lugar, todos los pesebres que han traído hasta aquí, que están a los pies de Mi altar.

Que este Agua de Vida que proviene de Cristo, los purifique y los una, de forma invencible, a la Sagrada Familia.

¡Cuántas familias hoy son rescatadas por medio del símbolo de todos los pesebres que han traído al encuentro con su Madre Celeste, así como de aquellos que han colocado en todos sus hogares para venerar a Dios!

Guarden estos pesebres para las generaciones futuras. Así como las familias guardan reliquias, guarden este tesoro espiritual para sus hijos, para los hijos de sus hijos, para sus nietos y bisnietos, y para todos los que vendrán en el futuro, para crear y generar la Nueva Humanidad.

Nuestro Señor Me ha pedido, bajo Mi dignidad espiritual, consagrar estos elementos que compartiremos, espiritualmente, con todas las familias del mundo que en este momento se unen al Amor de Dios.

Le pido a Mis Ángeles Custodios que desciendan, para transubstanciar los elementos.

Que el Cuerpo de Cristo los vivifique, la Sangre de Cristo los renueve, y que se establezca en sus vidas el espíritu de la Sagrada Familia Universal. Que así sea. Amén.

Que la Gracia de Dios esté en sus corazones y que esta Gracia se multiplique en los corazones que más la necesitan, a fin de que se establezca en estos tiempos, el Sagrado Reino de Dios, por medio del nacimiento de Cristo, en su interior. Amén.

Canten ahora “La Estrella de Belén”, para que esa Sagrada Estrella, que solo una vez apareció y fue vista en la Tierra, irradie su Luz espiritual e interna, a todos los corazones del mundo, para que todos despierten al tiempo de la Redención. Que así sea.

Los bendigo y les agradezco por responder a este llamado.

En unión a la Santísima Trinidad, los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.