Viernes, 25 de septiembre de 2015

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Quietud, queridos hijos, quietud. 

Estoy presente, haciendo un trabajo con el mundo y sus corazones son partícipes de este. Un trabajo esencial por la Paz y por la victoria del Reino de Dios en la humanidad. 

Estoy tan agradecida, queridos hijos, por esta ofrenda a los pies de Mi Altar. Oferta de Mis hijos, de Mis más pequeños hijos; porque ante Mis ojos, queridos hijos, son los más pequeños en la esencia profunda de Mi Corazón.

Hoy, vengo como la Reina de la Paz, como la Señora del Universo, como la primera Portavoz del cosmos para el planeta. 

Hoy, quiero decirles, queridos hijos, que Dios escuchó sus ofertas, la oferta sincera de la oración por la paz. Y hoy, Jesús ha venido Conmigo, en el esplendor de Su Misericordia, para traerles una buena nueva: que la esperanza no se perdió en el mundo.

Esto alegra a Nuestros Corazones y al Corazón de Dios, en la profunda plenitud espiritual de saber que hay almas que corresponden a los Planes del Altísimo. 

Así, a través de los tiempos y de los siglos, he venido a traerles Mi Paz y a anunciarles Mis súplicas; porque Yo, queridos hijos, amorosamente soy parte de ustedes y ustedes son parte de Mí.

Jesús Me entregó a ustedes a los pies de la Cruz. Y ustedes, ¿se han entregado a Mí? Sé que muchos ya lo han hecho. 

Aunque la redención continúa en estos tiempos, Yo los invito, hijos Míos, a que no se cansen de ser portadores de Mi Paz Universal; porque ese espíritu profundo y verdadero, que proviene de Mi Corazón Inmaculado, viene a socorrer al mundo en estos tiempos. Y ustedes, Mis amados hijos, en la plenitud perfecta de Mi Corazón, podrán ser transmisores de esa Paz para el mundo.

Aún el dolor no ha terminado y la guerra continúa entre los corazones; pero, en esta parte de América del Sur, florecen las semillas de Luz, las que su Madre Santísima sembró hace ya algunos años.

Queridos hijos, ofrezcan estos frutos a Dios Altísimo, son frutos de la Gracia, del Amor y de la Unidad. Participen, hijos Míos, de esta Comunión Espiritual con Cristo presente, que derrama Sus Rayos de Misericordia sobre ustedes y principalmente sobre aquellos que más padecen por la falta de paz y de amor.

Que sus actos, queridos hijos, sean actos de amor y de compasión. Por el amor que ustedes Me tienen, hijos amados, que sus pensamientos y sentimientos ya no sean destructivos. Que su sentimiento verdadero sea el sentimiento profundo de Mi Hijo, que su pensamiento sea el Pensamiento Puro de Dios. 

Yo les traigo una posibilidad única: que sean Mis pacificadores, los pacificadores de Cristo Jesús. Así, a través del universo y de las estrellas, su Madre Celeste y Su Santísimo Hijo llegaron hasta aquí para hacerles esta petición espiritual, no solo a los que están presentes en este momento, sino también a los que escuchan a Mi Corazón y al Corazón de Mi Hijo Amado.

Hoy, abro Mi Manto ante ustedes; les muestro Mi Inmaculado Corazón, aliviado finalmente por el amor de Mis queridos hijos, pero aún tengo muchos pesares por el mundo. 

Quisiera, hijos amados, que ustedes no solo sean columnas de Mi Paz, sino que también sean portavoces de la Paz del Señor, para que muchos amados hijos perdidos puedan encontrar también la esencia y el espíritu de Mi Paz.

Hoy, no estoy sola aquí, estoy con las Presencias Sagradas de Jesús, del Padre y del Espíritu Santo. Hoy, están los coros celestiales congregados en este oratorio de Amor que se fusiona con el Plano espiritual de Dios para establecer esta comunicación infinita con los espejos esenciales de sus corazones. Así, las Puertas del Cielo se abren en momentos difíciles y caóticos. Pero sepan, queridos hijos, que el Verbo Divino de sus oraciones trae la mansedumbre para estos tiempos y la paz que muchos necesitan en esta era.

Hoy, estoy aquí, queridos hijos, nuevamente irradiándoles el amor de Lys-Fátima, porque la pureza original es posible en sus vidas. 

Ya no miren sus errores o sus problemas, miren sus corazones que están plenos en Mi Corazón de Luz. En la sagrada Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; ante los Cielos que los escuchan, sus voces cantarán: “Lys, María, Lys”.

Eleven sus velas por las almas inocentes, para que la pureza original se establezca nuevamente en las esencias que más necesitan de la Misericordia de Dios. Los escucho.

 

Canción: “Lys, María, Lys”.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Quiero que comprendan, queridos hijos, que todas las Palabras que les entregué en los últimos tiempos, sobre todo en los últimos días, les pueden haber parecido duras a muchos corazones, pero tuvieron la finalidad de despertar a sus almas para encontrarlos hoy en la plenitud de Mi Espíritu. Porque podrán comprender, por medio de todo lo que les mostré, que la única salida es aquella que los lleva en dirección a Mi Corazón Inmaculado.

Hoy, experimentan y conocen el poder de sus oraciones, cuando están absolutamente unidas a Mi Inmaculado Corazón. ¿Comprenden ahora, Mis amados, un poco de este amor que existe adentro de cada uno de ustedes?

Hoy, le traigo el Reino de Lys a este mundo, no solo a este lugar, sino sobre todo a aquellos espacios en el planeta en donde el adversario está intentando hacer desaparecer la pureza del corazón de Mis pequeños hijos. 

La fuente de la pureza de Lys es inagotable y, siempre que clamen por esta pureza en Mi Nombre, el Manantial de la Energía Divina se derramará sobre aquellas esencias que más lo necesitan, que se están apagando por el dolor y por el sufrimiento.

En esta noche, quiero que conozcan el brillo de los espejos de sus corazones, porque enciendo los Espejos de Lys, aquellos que hoy se proyectan en el interior de cada alma que escucha Mi llamado.

Queridos hijos, quiero que este día quede marcado en sus vidas y que esto, que sintieron en este momento en el que clamaron junto con Mi Corazón, solo crezca y promueva la transformación de sus vidas.

Todo lo que viven debe tener como base lo que sintieron en su corazón en este momento, porque lo que les hice sentir es lo que verdaderamente son: esencias divinas, que se funden en Dios a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Hoy, aquí, en omnipresencia y divinidad, quiero dejarles esta bendición para que la lleven a toda la humanidad; para que, por medio del ejemplo de vuestras vidas, den a conocer el potencial del corazón humano.

Hoy, les dejo Mi Amor en lo profundo de sus seres para que lo busquen siempre que lo necesiten y siempre que encuentren en sus caminos a alguien que necesite de este Pleno Amor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Abriendo las puertas de sus corazones, hijos Míos, las soluciones llegan y la verdad se manifiesta en la Sagrada Presencia de Dios que los reúne y los convoca para amar cada día más.

Mis pies seguirán peregrinando no solo por los conflictos del mundo, sino también en las naciones que necesitan de la Luz de Mi Inmaculado Corazón.

Por eso, en esta noche bendita, en la que los ángeles del Cielo se congregan, Yo los invito, queridos hijos, a peregrinar Conmigo hacia Colombia y Venezuela; naciones que deben pacificarse con todas las oraciones de Mis hijos amados. Queda este llamado a cada uno de ustedes para que sus corazones Me acompañen en esta misión espiritual.

Pero también, he venido aquí en esta noche, junto con Mi Hijo Jesús, para que los Sagrados Corazones, en nombre del Bien Mayor, consagren a estos nuevos hijos que elevarán sus aspiraciones a Mi Corazón materno para que Yo las pueda sentir y conocer como un verdadero sentimiento de buscar siempre la unión con el Reino de Dios.

Por eso, hijos Míos, hijos que hoy se consagrarán, colóquense de pie ante Mi Presencia e iré a bendecirlos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, aquellos que puedan, arrodíllense.

 

Oración: Ave María (portugués).

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mis muy queridos hijos, así como en Kibeho, cuando Me aparecí a los jóvenes para entregarle a África el espíritu de la Piedad de Dios; hoy, vengo a entregarles Mi Piedad Maternal, aquella que socorre a sus pequeños corazones y que va abriéndole las puertas a quien camina detrás de Mí.

Hoy, sus pasos se dirigen hacia Mis caminos de Luz. Hoy, sus almas retoman el compromiso con Mi Corazón Universal. Hoy, sus espíritus se funden en Dios Altísimo, para que Su Misericordia se establezca en los corazones y reine la paz en estos tiempos.

Mis muy queridos hijos, hoy los coloco, a cada uno de ustedes, cerca de Mi pecho, cerca de Mi Corazón Inmaculado, para que sientan la plenitud de Mi Luz y de Mi Verdad.

Hoy, los reúno adentro de Mi Manto sagrado para que sean espíritus de oración, instrumentos preciosos de Dios; Hijos de María que difundan la Voz de la Madre Celeste, que difundan el principio de la oración poderosa que Yo vengo enseñándoles, a través de los tiempos, por intercesión del Santo Arcángel Gabriel, pues el Arcángel Gabriel se anunció ante Mi Presencia.

Hoy, este Sagrado Padre Creador les trae el espíritu de la Piedad, la Reconciliación, la Paz, la Misericordia y el Amor.

Hoy, sus deudas son borradas para que nazcan en Mi Espíritu, en Mis brazos, así como Jesús; y así, estas bendiciones lleguen a sus familias. No pierdan, queridos hijos, el impulso que hoy les entrego. Sus espíritus se alegrarán en el regocijo de Mi Corazón materno, así como Isabel y las santas mujeres se alegraron en el Espíritu Santo de Dios.

Por la autoridad divina de la Gracia y de la Misericordia de Dios, en nombre de la paz de todo el universo celeste, Yo los consagro con la esperanza de una gran transformación.

Bajo la Luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo que sus corazones se alegren, pues están en el Reino de la Madre de Dios. Canten, Hijos de María, con lo profundo de sus corazones.

Yo les agradezco, hijos amados, por responder a Mi llamado; porque hoy, Mi Inmaculado Corazón tuvo su triunfo en el mundo.

Paz, shalom.