Lunes, 2 de enero de 2012

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Caminen Conmigo en la oración así todo mal se podrá vencer en los corazones solitarios que no tienen a Dios.

Queridos hijos, día a día, comulguen de la oración para que sus almas colaboren humildemente con Mis Planes de Paz y de Redención. Extiendan Sus brazos hacia los Cielos a través de la oración, Mis pequeños. El Señor, que es bueno y prodigioso, contestará las súplicas de todos los corazones. Hoy los invito, Mis queridos hijos, a que vivan en Mi Fe Maternal.

Queridos Míos, debemos ayudar para que la fe sea una llama en los corazones que fácilmente, en el día a día, se olvidan de Dios. Para eso, Mis pequeños, los llamo a convertirse en columnas de Mi oración para toda la Tierra. Dios, que es justo y misericordioso, quiere de nuevo ver nacer a todos los corazones que se han distanciado de Él.

Mis pequeños, muchas son las obras del Padre para todas las almas, pero estas obras se cumplirán si existen corazones entregados y colmados por la oración. La hora definitiva está llegando para muchos corazones que ya no podrán seguir viviendo en la ignorancia de lo que es la vida. Por eso, queridos Míos, Yo cuento con cada una de sus oraciones para que el Propósito de la Luz se cumpla victoriosamente sobre la Tierra.

Muchos corazones están siendo confundidos, perdidos y tentados por el enemigo porque los mismos le abren la puerta con la falta de oración.

Queridos hijos, les pido que oremos por todos ellos para que Mi Inmaculado Corazón pueda encender la conversión en todos los corazones. Existe, en muchos de Mis hijos, falta de verdadera fe, la cual se fortalece con la oración diaria.

Para que sus corazones sean como escudos delante de los acontecimientos del mundo, ustedes, Mis pequeños, deberán asumir la oración como único principio para cada una de sus vidas. Sin oración, queridos Míos, la vida no tiene camino hacia Dios.

Meditemos con el corazón.

Gracias por responder a Mi llamado.

Los adora con el Corazón,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad