Domingo, 24 de junio de 2012

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Después de treinta y un años de Mi presencia en el mundo junto a ustedes a través de las Apariciones en Medjugorje, hoy los invito, queridos hijos, a celebrar Conmigo la Gracia que Dios ha derramado sobre la humanidad a través de Mis anuncios y mensajes a lo largo de estos años.

Por eso, hijos Míos, que hoy sea un encuentro especial entre sus corazones y el Sagrado Corazón de Jesús porque Él está atento a la voz orante de todos Mis hijos, aún más de aquellos que aspiran a transitar por el camino del perdón y de la conversión.

Hoy, desde este lado del mundo, Mi Inmaculado Corazón reúne almas hermanas, en especial en Brasil, Uruguay y Argentina para prepararlas para el nuevo tiempo. Y lo más importante para Nuestro Señor es que vivan en la fraternidad.

Queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón ya está en sus vidas acompañándolos desde hace cinco años continuos, así como Mi Amor Maternal acompaña a Mis hijos de Europa a través de la devoción en Medjugorje.

Con esto quiero llamarlos a la reflexión del corazón para que sus consciencias puedan despertar verdaderamente a lo que Mi voz les está anunciando día a día en los mensajes.

Es la primera vez que en Mis Apariciones en el mundo Dios Me concedió la Gracia de dialogar y conversar con todos ustedes diariamente.

Mi Corazón Maternal espera que toda esta instrucción que hoy les entrego, se guarde en lo profundo de sus corazones para que, en oración, reciban con inmensa alegría la venida de Mi Hijo, el Redentor. Y es por Su Amor Misericordioso que todos ustedes podrán estar resguardados y así llevar la Luz de Cristo encendida en sus corazones.

Queridos y amados hijos, dejo a cada uno de ustedes esta maternal reflexión en este ciclo que está terminando y que trae la Buena Nueva del Reino de Dios para los que nunca han creído en el Creador.

Que la Luz Celestial de Mi Corazón los alumbre eternamente.

¡Les agradezco!

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad