Viernes, 27 de febrero de 2015

Mensajes mensuales
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DURANTE UNA ORACIÓN RESERVADA DE LOS CONSAGRADOS DE LA ORDEN GRACIA MISERICORDIA EN EL CENTRO MARIANO DEL NIÑO REY, TERESÓPOLIS, RÍO DE JANEIRO, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA, ROSA DE LA PAZ AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el mediodía del 27 de febrero de 2015 al término de una oración reservada en la sala de oración del Monasterio de la Divina Esperanza y en presencia de algunos hermanos de la Orden Gracia Misericordia, la Virgen María apareció para fray Elías del Sagrado Corazón, nombrándose como la Rosa de la Paz.

Nuestra Señora apareció vistiendo una túnica blanca, con un cinturón azul y un manto celeste, descalza. El manto que caía sobre el hombro derecho de la Virgen, estaba amarrado hacia el hombro izquierdo; Su presencia representaba una vestimenta de origen oriental.

Su mano izquierda posaba sobre Su Corazón, el que se manifestaba solamente irradiando rayos blancos en varias direcciones. Su mano derecha se extendía en dirección a nosotros en señal de donación, estaba con la palma hacia arriba y sus dedos sostenían un rosario de cristal, el cual tenía cuentas de color sangre en las decenas y cuentas blancas en la unión.

El rosario en su extremo tenía la Cruz de la Nueva Humanidad pero esta vez, en el centro de la misma, vimos un busto de Cristo de color plata. Por encima de Su mano derecha, en ese momento, se manifestó una rosa blanca y Ella dijo:

“Yo Soy María, la Rosa de la Paz...”

Momentos más tarde, Nuestra Señora muestra la siguiente visión:

Aparecieron tres ángeles de luz en un lugar del universo local; ellos tenían cabellos dorados y largos hasta sus hombros, llevaban túnicas blancas y holgadas, con ambas manos sostenían un rayo blanco zigzagueante. Estos ángeles dirigían los rayos en una sola dirección, hacia el planeta.

Más tarde, Nuestra Santísima Madre muestra que los ángeles estaban formando un círculo entre sí y debajo de ellos, en el centro, apareció la imagen del planeta en tamaño pequeño. Los ángeles señalaban con sus rayos toda la esfera del planeta; en él se veía claramente la imagen de algunos continentes, como por ejemplo de África.

Los ángeles demostraron que ellos estaban obedeciendo solamente a un pedido mayor de Dios, manifestando algunas expresiones de sus rostros, las que reflejaban preocupación y hasta espanto por lo que veían del planeta; sus rostros miraban hacia atrás, como no queriendo ver lo que estaba por ocurrir y era como si ocultaran sus rostros por todo lo que veían de la humanidad.

Pero antes de que los ángeles lanzaran los tres rayos hacia la Tierra, vi que se manifestaba una columna de luz circular mayor que el diámetro del planeta, la cual sorpresivamente descendió del universo celestial sobre el pequeño planeta Tierra. Minutos más tarde, vi en lo más alto de esa columna de luz la presencia de Nuestra Señora, como María, Rosa de la Paz.

En ese instante, Nuestra Madre estaba en el centro de esa columna de luz que descendía sobre nuestro planeta y los ángeles se detuvieron obedeciendo a la intercesión de la Virgen María. Enseguida, vi que la fuerza y el poder de esa columna de luz se emanaba desde el Inmaculado Corazón de María sobre todo el planeta, los continentes y la humanidad.

Después de esto, la Madre Divina me dijo:

“Hijo, el mundo está muy difícil; por esta razón Yo nuevamente les entregaré lo último que podrá ayudarlos: Mi Rosa de la Paz, que es Mi Inmaculado Corazón.

Para eso, Yo volveré a estar más cerca de ustedes, todos los días durante un año entero a partir del 1 de marzo de 2015, en el segundo ciclo de los mensajes diarios de María, Rosa de la Paz.

Quiero renovarlos y socorrerlos, pues deseo profundamente que Mis palabras sean escuchadas por todos, ya que estos serán Mis últimos mensajes de emergencia para la humanidad. Vendré del Cielo todos los días a las 12 horas; en ese horario se concentrará una ayuda espiritual y divina para el mundo entero.

Tú, hijo Mío, Me esperarás todos los días rezando el Rosario de las Lágrimas derramadas por Jesús, pues este rosario que hoy sostienen Mis manos es rezado por Mí misma para aliviar el llanto constante de Mi Amado Hijo”.

Después de esto, Nuestra Señora derramó sobre nosotros un aroma de rosas, que se emanaba desde la rosa blanca que sostenía con Su mano derecha. Una paz profunda, y al mismo tiempo desconocida, se instauró dentro de nosotros por un largo tiempo y entramos en un estado de silencio que María dejó grabado después de haber desaparecido de la sala de oración.