Viernes, 13 de junio de 2014

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN MENSUAL EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA, MADRE DE LA FIGUEIRA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

El enemigo no podrá vencer Mis planes, cuando tan solo ustedes Me sirvan de corazón y de alma. De esa forma, los planes que Yo deseo establecer sobre el mundo, primero serán reales en la vida de todos Mis hijos, para que después sean una realidad sobre el mundo entero.

Para que eso se pueda concretar en el espíritu de toda la Tierra, hoy les entrego las promesas que Mi Inmaculado Corazón realizará a los corazones que lleven la Medalla de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.


Las promesas de María: Sagrada medalla de la Trinidad

Quien lleve con amor y devoción esta Sagrada Medalla, será digno de ser visto por los ojos de Dios como un alma que aspira a vivir su conversión y redención.

Quien lleve la Sagrada Medalla, será ayudado en la hora importante de su muerte, pues Yo prometo interceder por esa alma, de la misma manera que intercedí en la Resurrección de Mi Hijo.

Quien vea a la Sagrada Medalla como un símbolo sagrado, Yo prometo desde ahora que será contemplado por la Divina Misericordia de Dios y sus deudas graves serán aliviadas de las cuentas de la vida, porque quien lleve la Sagrada Medalla será reconocido como un digno hijo de Dios.

Benditos serán aquellos que difundan la existencia de la Sagrada Medalla porque, en la hora de su elevación al Reino del Padre, recibirá los méritos de Mi Hijo, Cristo Jesús.

Para los que oren a Mi Corazón Inmaculado, sintiendo Mi presencia a través de la Sagrada Medalla, Yo les prometo que nunca les faltará la fe, y el amor de Dios colmará día y noche su corazón.

Quien lleve la Sagrada Medalla de la Trinidad debe saber que estará estableciendo, sobre la faz de la Tierra, la unidad que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; esto será contemplado como un acto de amor por parte de los hijos de Dios.

La Sagrada Medalla será el foco divino, el lucero de la noche que iluminará el camino del peregrino; ella establecerá, junto a la Medalla Milagrosa, el Reino de Dios en todos los buenos corazones.

La Sagrada Medalla es el signo visible para la redención de aquellos que dieron la espalda a Dios y principalmente quien la lleve cerca de su corazón, aun siendo el pecador más empedernido, recibirá la Gracia de Mi Corazón Sacratísimo de poder revertir su estado interior y espiritual.

La Sagrada Medalla será el pequeño, pero gran escudo de luz crística contra todo mal; ella servirá de unión y de recordatorio para los peregrinos. En ella he dejado la máxima expresión del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por eso ella manifiesta el símbolo de las tres estrellas que rodean a la Santísima Madre.

Dios desea profundamente que la Sagrada Medalla sea vista más que como un objeto, ya que ella podrá desterrar todo espíritu maligno, cuando tan solo el alma implore por la ayuda de Mi Corazón ante la majestad de la Santísima Trinidad.

El símbolo principal de la Sagrada Medalla se encuentra en la elevación espiritual e interior de todas las almas que hoy se encuentran sobre la faz de la Tierra; esta Sagrada Medalla de la Trinidad espera ser el Sagrado Sol que ilumine el caminar de los hijos de Dios, para que en el fin de este ciclo todos reencuentren el camino hacia Cristo.

En la Sagrada Medalla he depositado el signo de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Eso significa que quien lleve la Medalla para un enfermo, un moribundo, un solitario o incluso para un no creyente, esas almas serán tocadas en algún momento de sus vidas por la fuerza de Mi Corazón Inmaculado.

A través de la acción de aquellos que, en el espíritu de la paz y de la reverencia difundan Mi Sagrada Medalla, como Yo se lo pedí a Santa Catarina Labouré en 1830 en Francia, podrán ser evitados muchos desencuentros y pérdidas espirituales en las consciencias de Mis hijos.

Deseo instituir la devoción a la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad; sé que será necesario que vuestros corazones Me sientan cerca. Por esta razón y por muchas más, Yo les entrego el emblema espiritual que unirá a las almas con la Santísima Trinidad, así como una Figueira da frutos para alimentar a los hijos de Dios, hoy Yo les entrego estas promesas que deseo se cumplan en vuestras vidas.

Pero muchas promesas más podrán conocer cuando vuestros corazones sean difusores de las promesas de la Sagrada Medalla; así muchos milagros inexplicables y espirituales podrán suceder, porque todo cambio de vida comienza a través de la acción poderosa del Amor de Dios en las criaturas.

¡Agradezco amorosamente a todos los peregrinos que, en la fe y en la devoción, hoy vinieron a Mi encuentro!

¡Por todo esto, les agradezco por responder a Mi llamado!

Dios los bendiga,

María, Señora de la Sagrada Figueira