Sábado, 8 de diciembre de 2012

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridos hijos,

Mi Corazón Inmaculado hoy viene hasta ustedes para entregarles Mi bendita Paz. No teman abrir sus corazones, Mis pequeños, para que esa Paz reine en vuestros seres.

Hoy, traigo la Luz de Mi Corazón para iluminar los abismos de esta Tierra y llevo Luz a todos los corazones que viven en la oscuridad. Quiero enseñarles así, hijos Míos, por la pureza de sus corazones, a alejar toda la oscuridad que se aproxima y a iluminar a los corazones que se apagan.

Queridos hijos, vengo a pedirles que no pierdan el fervor en la oración y que jamás dejen de buscar, en lo profundo de sus seres, la pureza que Dios depositó en la esencia de cada uno de ustedes. Pues, será esa pureza la que los sostendrá en los tiempos que vendrán. No es necesario temer, solo perseverar y preparar el mundo interior por medio de la oración, del perdón y del silencio. Siempre que vuestros pequeños corazones llamen por Mi Corazón y pidan la Misericordia del Señor con sinceridad, ella vendrá y expandirá la Paz de Dios por el mundo, por medio de la intervención sincera de sus corazones.

Para que Mi Corazón pueda estar delante de Dios, queridos, para intervenir por Mis pequeños hijos, antes necesito la entrega total de sus corazones y la aspiración verdadera de cada uno de ser un instrumento de Mi Paz y de Mi Amor universal.

Si sus corazones oran y se consagran cada día un poco más al Plan de Dios, alejando de sus mentes el hostigamiento del enemigo, Yo podré protegerlos, guiarlos y conducirlos de la mano hasta el encuentro con el Creador. Pero si sus corazones son invadidos por la modernidad y por la vanidad, hijos Míos, olvidándose de que Mis ojos Inmaculados los observan, Yo solo los observaré y oraré día y noche para que sus pequeños seres perciban Mi presencia a su lado.

Mis queridos, los tiempos finales ya están en la puerta de este mundo. La Luz y la oscuridad están esperando para reinar en el interior y en lo profundo de cada uno. Es necesario escoger el camino por el cual sus pies transitarán. Mi Corazón los aguarda con Amor y está atento a cada oración que vuestros corazones hacen con sinceridad. Pero el enemigo también está atento y no pierde ni siquiera una distracción de sus corazones para invadirlos con la modernidad y con la sensualidad. Por eso, busquen la pureza, Mis hijos.

Busquen estar perpetuamente en Mi Corazón y, así, podré sustentarlos. No bajen un sólo minuto de Mis brazos, pues ya comencé a caminar, cargando a Mis pequeños hijos en dirección al Redentor.

Y a los que perseveren, Yo los entregaré a los pies del Señor en Su gran Templo en los Cielos.

Los amo y les agradezco eternamente.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad