Sábado, 23 de marzo de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR MARÍA, MADRE DE DIOS A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Queridos hijos:

Vengo como la Señora de sus vidas, para despertar y fortalecer los corazones valientes que se donan día a día en oración a Mi Corazón Inmaculado.

Hijos Mios, una vez más vengo a retirar de sus corazones el temor por los tiempos que ya llegan, el temor por transformarse, el temor al sacrifício y el temor en vivir la Voluntad de Dios. Porque es momento de que sus corazones sean alimentados por la Fe, por la devoción y por la entrega absoluta al Corazón Santísimo de Nuestro Señor.

Yo Soy la intercesora para sus corazones y para sus vidas. Si oran Conmigo, podré estar cada vez más cerca de sus corazones y podré estar eternamente delante de Dios, pidiendo por las almas del mundo.

Se que sus corazones no comprenden cuando se habla de sacrifício, y que sus corazones sufren al pensar en la entrega absoluta a Dios. Por eso vengo a develarles este misterio, pidiendoles que sólo oferten a las dificultades de la vida, que sólo sean agradecidos por la oportunidad de vivir día a día la transformación.

Oferten a Mi, a Dios y al Santísimo Corazón de Cristo todas las victorias y derrotas de la vida. Porque a los ojos de Dios la oferta es única.

Vivir en sacrifício, es vivir en gratitud; vivir en la alegría del espíritu, a pesar de todos los acontecimentos de la vida. Porque, Mis queridos, para muchos, realizar la Voluntad de Dios es un gran sacrifício y descubrirlo es un gran misterio.

Hoy les digo, que la Voluntad de Dios está en todo lo que viven y que la historia de sus vidas fue escrita por Nuestro Señor.

Vengo así a enseñarles, hijos Mios, a vivir en Paz las dificultades de la vida, porque el complemento de la oración es la oferta del espíritu, de la mente y del cuerpo, la oferta sincera de toda la vida, de todos los pensamentos y acciones.

Para encontrar el Camino del Señor, lean en los acontecimentos de la vida, actuen a partir del corazón, pidan por el auxílio del Espíritu Santo incansablemente y sean gratos, gratos siempre. Porque esta es la llave para mantenerse en Mi Paz.

Encuentren en Mis palabras la llave para caminar en Dios.

Les agradezco eternamente y los acompaño desde el Corazón, para que sus pasos jamás se alejen del camino del Señor.

Yo los amo profundamente a cada uno de sus corazones y espero incansablemente su verdadero despertar al Amor del Corazón, este que es irradiado por el Corazón de Mi Hijo.

Les agradezco por responder a Mi Llamado a la Consagración de la vida.

Alabado sea eternamente Jesús Cristo.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad