Queridos hijos:
Como el sol de invierno, cálido y acogedor, Yo llego a ustedes para derramarles, en la fe, todas Mis Gracias y para abrir las puertas hacia el camino de la profunda conversión.
Por eso, la Aurora del Amor hoy se reviste de luz y de cura, para recibir a los orantes que participarán de esta columna de oración planetaria por toda la humanidad.
Será de esa forma, queridos hijos, que Aurora podrá nuevamente trabajar con el planeta y con toda la humanidad dormida para que, al menos pueda despertar de su sueño profundo.
En este día, queridos hijos, los campanarios del Cielo estarán sonando para congregar a todos los ángeles, que acompañarán la ceremonia del Redentor durante el encuentro de oración.
Si las almas abrieran sus consciencias y aún más sus corazones, podrían comprender ampliamente qué es lo que sucede cuando se congregan para vivir el potentísimo canal de Oración por la paz, y así sus vidas cambiarían rápidamente.
Queridos hijos, les dejo las intenciones de un buen y victorioso trabajo. Esta Maratón los invitará al recogimiento, a la unidad y, sobre todo, a la confianza en Dios. Así, queridos hijos, podrán abrazar con mayor firmeza Su Propósito.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración con ustedes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz