Queridos hijos:
Agradezco vuestros sacrificios y esfuerzos, porque es a través de esa entrega que vuestra Madre Celeste puede ayudar al planeta, principalmente a la grave situación de la humanidad.
Enfrentando ahora la primera parte del final de un tiempo, Mi Corazón Luminoso viene para guiarlos y alejarlos de los caminos que crea Mi adversario para engañar a las almas buenas.
A través del acto de la renuncia se encuentra la liberación del yo inferior y, así, la consciencia se ve totalmente libre de equivocarse y de desviarse de la Voluntad de Dios.
Es por medio de los sacrificios que vuestra Madre Santísima puede reparar muchas cosas, como las causas que ocasionan la perdición de los corazones y de las almas del mundo. Por eso vengo a recordarles el acto de vuestro sacrificio y penitencia como una llave para la liberación de sí y para la cura profunda del mundo.
Es a través de la oración que las bases fundamentales del nuevo cristianismo se manifestarán. Y serán estas bases las que crearán la condición interior en las almas para alcanzar la redención y especialmente la preparación para la segunda venida de Cristo al mundo.
Queridos hijos, día y noche rezo por ustedes para que se animen, a pesar de las consecuencias, a ser fundadores de estas nuevas bases, las que se formarán a través del amor y de la donación interna de todos al Plan de Dios.
Ni se imaginan, hijos Míos, cuánto puede hacer vuestra Madre Celeste para ayudar a las almas y al Plan de Evolución en toda la humanidad. Por eso vuestra sinceridad ante Dios les permitirá caminar hacia ese Propósito y así Yo también podré contar con vuestra ayuda inmediata.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien los congrega para el apostolado de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz