Miércoles, 15 de abril de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Es el arrepentimiento desde el corazón el que los llevará a la cura y a la redención de los propios aspectos, aquellos que forman parte de la vida terrestre.

Mi principal llamado en Kibeho fue para hacer recapacitar a la humanidad a través del reconocimiento de sus pecados y del arrepentimiento consciente; esto no sucedió en Ruanda porque la soberbia y el considerar como propia la cultura de aquel lugar llevó a toda la nación a un destino sangriento.

Fui a Kibeho para intentar evitar esta grave tragedia, la que ya es historia, pero que aún no se ha curado en el corazón de Mis hijos ruandeses. Ellos no vivieron el amor, lo olvidaron y solo se encaminaron a defender la cultura y la realización de sus obras personales.

He aquí la gran falla de esta humanidad, llevar adelante sus propias ideas y principios modernos y después terminar en los abismos, llevando a millones de almas a la desesperación y al dolor.

Por eso, hijos, en Kibeho, la Señora del Verbo intentó hacer comprender que en la existencia de un Único Dios todos debían obedecer a la Voluntad Divina para que no reinara el caos y se manifestara el espíritu de la paz. Pero en aquellos momentos fue todo lo contrario, y la humanidad de aquel lugar prefirió hacer oídos sordos al llamado urgente que venía directamente de la Reina del Cielo.

Hoy, hijos Míos, les enseño a conocer los caminos desviados y confusos que recorre vuestra humanidad y cómo la arrogancia y la falta de humildad interior delante de la Voluntad Divina, modifica el destino y el porvenir espiritual de una nación entera.

Aunque en Kibeho las revelaciones transmitidas fueron bien claras y precisas, solo un pequeño grupo acompañó en fidelidad el llamado a la conversión, a la oración y al arrepentimiento.

En esta era, en la cual continúan sucediendo acciones graves de parte de la humanidad, y la vida de un hermano es quitada por las propias manos de otro hermano, el mundo se apaga y pierde su inocencia sin dar lugar para recibir una ayuda mayor.

Por eso Mi Hijo Me envía para estar entre ustedes, para que comiencen a vivir conscientemente el tiempo de vuestra purificación y para que todos los autoconvocados, por el Universo Misericordioso de Dios, se preparen para enfrentar el fin de un tiempo.

La constancia y la fidelidad absoluta del pueblo de Ruanda hubieran evitado la sangrienta tragedia. Ahora, aunque muy pocos en verdad escuchan el llamado de Dios, vuestra Madre Celeste los invita por última vez a vivir la fidelidad ante el Plan Mayor, que los llama a realizar todo lo posible en lo que parece imposible.

El espíritu de la oración y del perdón serán las llaves matrices para que, en el final de los tiempos, se concrete el Plan del Altísimo. Para eso vengo desde el Universo a ayudarlos, para redimirlos y colocarlos activos en el servicio inmediato por la paz.

¿Quién se animará a seguir a la Reina del Cielo?

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice y los unifica en el Corazón del Padre Celestial,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz