Lunes, 24 de febrero de 2014

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN EN LA CIUDAD DE CARACAS, VENEZUELA, TRANSMITIDO POR LA REINA DE LA PAZ Y DE LA ESPERANZA, LA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Hijos Míos:

En este día, un sol radiante cruzó el mundo, iluminó las vidas y los corazones, retiró las almas de la oscuridad y reposó sobre Venezuela. Este Sol que arde en Fuego Divino y proviene del Espíritu Santo, llega para encender los corazones de los Hijos de Dios, que se apagan por el miedo y por la falta de Fe y Esperanza.

Este Sol, vino a demostrar que, al que pide, siempre le será dado y al que llama con fervor a las puertas del Cielo y clama por el auxilio de Dios, Él siempre le enviará Su ayuda, escuchando con Amor las plegarias de Sus Hijos.

Mis amados: quiero invitarlos a la persistencia en el Espíritu de la Pacificación, porque aquel que busca la Paz y la vive, la irradia a sus hermanos y trae al mundo la posibilidad de que otros descubran el Poder de la Paz y puedan vivirla.

Confirmen día a día la unión Conmigo, pues Mi Corazón vigila día y noche este mundo, siempre atento a un llamado sincero, a una plegaria plena de fe.

Hijos Míos, son tiempos de caos en todo el mundo. Está permitido por Dios que la humanidad aprenda a través de las consecuencias de sus propios actos. Mas hoy les digo, que este aprendizaje no es para todos, porque existe la posibilidad de aprender a través del Amor y de la Paz; solo necesitan caminar hacia esta meta y en sus vidas sembrar acciones que generen frutos dignos para una vida de Paz.

La Paz se alcanza a través de la unión con Dios, porque si están unidos a Él, pueden comprender Sus Planes; si están unidos a Dios, pueden encontrar Su Voluntad en todos los acontecimientos de la vida y en todo, encontrarán la oferta perfecta para realizar al Señor, por todos aquellos que viven en el mundo y sufren aún más, pues sufren en la ignorancia y en la falta de Dios.

Mis amados, para encontrar el camino de Cristo, descubran la semejanza que hay entre sus vidas y la vida del Señor y pidan con fervor, que Él los ayude a descubrir esta unidad entre el calvario de Cristo y el calvario que vive el mundo entero.

Deben, en este tiempo en que el caos está creciendo, aprender a trascender los límites de los acontecimientos de la vida y, como les enseñó Mi Hijo, “estar en el mundo, sin ser del mundo”. Sepan que toda vivencia trae un aprendizaje y todo aprendizaje trae un fortalecimiento y una madurez interior.

Un soldado aprenderá a ser soldado, batalla tras batalla, y un soldado de Cristo, aprenderá a fundirse con Cristo, cuando batalla tras batalla, se venza a sí mismo y a sus enemigos, amándolos.

Mis queridos, son tiempos de descubrir el Amor y encontrarlo en todo, porque todas las dificultades de la vida les traen la oportunidad de Amar. Como Mi Hijo, abracen esta cruz que les está siendo entregada como humanidad y sepan, que también en la época de Cristo muchos cargaron una cruz, mas pocos supieron amarla y encontrar en ella la liberación del mundo.

¿Quien se ofrecerá para renovar el sacrificio de Cristo?

¿Quien encontrara en el dolor, la voluntad de aliviar el dolor del prójimo?

¿Quien sabrá olvidarse de sí mismo para amar verdaderamente a sus enemigos?

¿Quien será el sol del nuevo tiempo, que retirará de la oscuridad a los que no supieron encontrar la Luz?

¿Quién me acompañará hasta el final, proclamará la Paz y vivirá la Esperanza en un mundo que se autodestruye?

¿Quién traerá Mi Reino para la Tierra?

¿Quién se autoconvocará?

Estas son las preguntas que sus corazones deben saber responder en este tiempo. Y a todos los que digan sí, Yo les digo, que siempre estaré con ustedes y siempre los acompañaré.

Solo oren, oren mucho y vivan la Paz en sus corazones.

Este es Mi último llamado: Paz.

Yo los amo y los bendigo siempre.

María, Madre y Reina de la Paz