Martes, 24 de junio de 2014

Mensajes mensuales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE MARÍA, MADRE Y SEÑORA DE LA CARIDAD, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cuando estábamos en las últimas Ave Marías, apareció dentro de la sala una paloma de luz que descendió desde el universo en dirección a la casa.

Nos llamó la atención que la paloma actuara de manera inteligente, mientras descendía, hizo algunos movimientos. Por ejemplo, en el momento en el que se aproximaba a la casa, abrió una puerta de luz sobre el lugar donde nos encontrábamos.

La paloma aleteaba con gran fuerza y determinación, se mantuvo aleteando por mucho tiempo y de sus alas emanaban rayos blancos y los expandía por todo el lugar. Parecía que la casa estaba siendo purificada y otra nueva energía estaba ingresando, como si fuera un nuevo ciclo.

Vimos y sentimos que esa paloma representaba al Espíritu Santo. Cuando la paloma apareció, vimos que alguien la había hecho surgir de algún lugar; vimos unas delicadas manos que soltaron a esa paloma en el espacio y así, supimos que había sido la Madre Divina que la había hecho aparecer.

Luego, la paloma desapareció del espacio de la casa y Nuestra Señora se aproximó. Ella hoy se manifestó especialmente dentro de un canal de luz celeste, vimos que estaba descalza, Sus pies estaban rodeados por una nube blanca y Su rostro expresaba bondad.

Después, Ella nos dijo que escribiéramos Su Mensaje para este grupo de oración y al final agregó que transmitiría un Mensaje para cada grupo de oración que visitáramos durante estos días.

Ella estará haciendo una tarea especial con cada uno de los grupos de oración, como si fueran un solo grupo. Esta tarea que realizará durante estos días, en el estado de San Pablo, tiene un propósito mayor que ahora nosotros desconocemos.

Estará actuando a través de nosotros como Mediadora y hoy nos dijo que la Gracia de Su Hijo Jesús fue lo que le permitió realizar esta tarea aquí, en el estado de San Pablo.

La Madre María nos dijo que la Gracia que le permitió, por intermedio de Su Hijo Jesús, llegar hasta aquí, proviene de lo contemplado por Cristo; contemplación que realizó de los grupos de oración durante estos últimos años y los pasos que estos grupos dieron a través de la instrucción y del servicio.

La Virgen María dijo que para Cristo todo eso tenía un valor espiritual, que representaba una riqueza espiritual para todas las almas y que los Sagrados Corazones necesitan de esa riqueza espiritual para poder obrar.

 

Queridos hijos Míos:

Con alegría y bondad, en este día, Yo desciendo del Cielo, dando respuesta a su precioso llamado.

He venido con la misión espiritual de que esta sagrada casa, la que hoy Yo visito y he visitado dada la necesidad de muchos corazones pobres de espíritu, se consagre con su permiso y caridad como el nuevo núcleo de servicio para los más necesitados.

Ustedes, Mis hijos, abriendo las puertas de sus corazones, permitirán que su Maestro y Guía sea el Señor Jesucristo; Quien en el pasado dio la vida por ustedes y ahora, mediante Su Misericordia, Yo vengo a su encuentro para pedirles esta misión.

Desde el principio, deben saber con quiénes tratarán. Les pido que, a través de la fe de San José, aprendan a derramar caridad y bien a los que en verdad llegarán a su encuentro.

Quiero confesarles que el don de su grupo de almas es el servicio por medio de la cura, cura que descubrirán mediante el acto de la oración y de la unión confiada a Mi Corazón Inmaculado.

Como a tantas otras almas, Yo vengo a llamarlos para que den el paso con confianza. Años de instrucción y formación sirvieron de apoyo para la madurez de sus corazones. Ahora, a la puerta de sus vidas llegarán almas sufridas, solitarias y vacías, que hace mucho tiempo no encuentran al Dios del Amor.

Sepan, Mis amados hijos, que Cristo está entre ustedes. Él desea hacerse sentir más fuertemente cuando tan solo crucen el umbral del Universo Mayor. Esta misión tendrá un tiempo previsto y grande será la necesidad que ustedes verán en los rostros que vendrán a buscar un nuevo alimento espiritual para nutrirse y saciar la sed a través del Agua de Vida.

Su permiso abrirá las puertas que Yo deseo abrir desde hace tanto tiempo. La oración siempre será su gran consoladora.

¡Les agradezco por haberme recibido!

Los amo y los bendigo desde el principio!

Vuestra Madre María, Señora y Madre de la Caridad