Martes, 2 de febrero de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LOS REFUGIADOS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Hoy junto al Casto Corazón de San José, su Madre Celeste trae en Su regazo a muchas almas rescatadas, a consciencias que sufrieron la decapitación y la aniquilación de sus vidas.

Hoy, San José y su Madre Santísima cubren con Sus Mantos a los que por acciones del mundo quedaron desamparados y no recibieron ayuda humanitaria.

Es así, que les pido a Mis misioneros que aún soporten el fuego de este infierno planetario que se abre para sumergir a las pobres almas en la desesperación y el dolor continuo.

Su Madre les muestra esta realidad para que aprendan, queridos misioneros y servidores del Plan, que la Divinidad Celestial ingresa en los abismos más profundos del planeta para cerrarlos y establecer un tiempo más de paz.

La paz será una realidad cuando cada hijo Mío, en cada parte del planeta, trabaje y coopere con las obras de servicio y de ayuda humanitaria; porque será a través del camino de la entrega absoluta que la humanidad que no quiere la guerra ni el conflicto podrá equilibrar el desajuste físico y espiritual que ocasionan los enfrentamientos armados y las acciones mundiales de persecución.

La deuda actual de esta humanidad es impagable; pero, queridos hijos, el servicio humanitario, el olvido de sí por la atención al otro, el abandono de la comodidad de Mis orantes por el sacrificio y la donación por la humanidad harán descender, les aseguro, la Ley de la Misericordia que necesita el mundo entero. 

Es por eso, queridos hijos, que la misión en Turquía se prolongó para que la verdadera alianza de amor y de servicio entre las creencias y las culturas de Oriente y de Occidente, ocurriera espontáneamente.

En esta hora, su Madre necesita de la unión continua de los grupos de oración para que, a través de la poderosa fuente de la oración, los misioneros cuenten con el apoyo y la protección necesaria.

Queridos hijos, agradezco a todos los que abrieron sus corazones para ayudar a ambas misiones.

Es urgente que el mundo entero aprenda a servir al otro. Así, las raíces del mal serán quitadas del planeta y los infiernos se cerrarán cuando hayan corazones dispuestos a cumplir los Designios de los Mensajeros Celestiales.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los eleva a la Consciencia de Dios,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados