Domingo, 20 de octubre de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA  EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA MADRE MARÍA, REINA DEL ESPÍRITU SANTO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS

En este día de Gloria, vendré del Cielo con un simple pero amoroso propósito: que ustedes alcancen la Esencia de Mi Paz, porque el mundo como un todo está perdiendo la inocencia que Dios les concedió desde el principio.

Por eso hoy y para este tiempo de grandes cambios, Mi Corazón Materno intercede día y noche, para que a través de la Vigilia Orante de Mi Corazón, Mis hijos puedan recibir la Gracia infinita de reconciliarse con Dios.

Cuando el mundo no es puro ni inocente, él despierta en las mentes de los hombres la necesidad del conflicto y el amor se desvanece como una brisa de viento y así el enemigo estimula el corazón de Mis hijos para crear guerras o divisiones.

Por eso Mi Rayo Misericordioso desciende sobre el mundo, cuando tan solo el alma se dispone a ejercitar la simple oración del corazón: la oración diaria, constante y amorosa, será vuestro escudo contra todo mal que los quiera tentar o conducir por decisiones pocos luminosas.

Mi Gran Estrella Universal, aquella que brilla en el firmamento solar del Cosmos, es la que alumbrará a la humanidad cuando ella deba dar el gran paso hacia el Corazón de Dios Altísimo.

Con este fin, Mi Maternidad, que es inacabable para ustedes, despertará la pureza interior y la confianza absoluta de que en Dios Padre todo es perfecto. Quiero llevarlos a conocer el Amor Universal, el Amor que Mi Hijo Amado sembró una vez en la esencia de todos los que escucharon Su Palabra de Vida.

Yo los invito en este glorificado día a caminar a Mi lado en oración y en fe; que vuestra fe por Mí sea fuerte, que puedan llegar con vuestras voces y cantos hasta Mi Reino Mayor.

Hoy el Espíritu Santo consagra el Centro Mariano del Espíritu Santo y así se abren las Puertas de los Cielos para que el Sagrado Corazón de Dios esté presente entre los más humildes y simples.

Queridos hijos, sepan que Mi Camino de Paz siempre será vuestro camino y vuestra aspiración de vivir por siempre en Cristo, el Señor de la Misericordia.

Hoy abran vuestros brazos y permitan que el corazón palpite en el ritmo de Mi Amor Mariano, porque al fin de todo Mi Inmaculado Corazón Triunfará a través de los que me digan:

¡Sí, Ven Señora de la Luz!

¡Les agradezco a todos los hijos de la Argentina, del Brasil y del mundo entero, por haber respondido a Mi llamado!

Quien los ama y los bendice siempre en Cristo,

María, Reina del Espíritu Santo