Lunes, 2 de noviembre de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE PAUJÍ, GRAN SABANA, VENEZUELA,  AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Que la Paz esté en este lugar y en el corazón de todos los seres que invocan el Nombre Santo del Creador.

Dichosos de los constantes y de los perseverantes en la conversión del corazón, porque ellos no se perderán y encontrarán a Dios en todo lugar. Sean dichosos, plenos y santos; que sus vidas testimonien el camino recorrido hacia el encuentro de la redención de estos tiempos.

Queridos hijos, hoy vengo para enseñarles sobre el camino de la redención, que está siendo olvidado por todas las almas, pero si ustedes aceptan este camino de transformación y de entrega, el Señor, Vuestro Dios siempre los amparará.

Saben profundamente que Yo soy Vuestra Madre y que los amo, así como amo eternamente a la humanidad.

Queridos hijos, si sus vidas no cambian así como Dios lo necesita, el mundo no podrá cambiar. Vuestro paso será determinante para que la Voluntad Divina se pueda manifestar. Es por eso que el Señor, Vuestro Padre que está en los Cielos, hace la ofrenda sincera a cada hijo de este planeta. Mientras hayan guerras, conflictos y desacuerdos, el mundo no tendrá la paz. Es por eso, hijos, que antes de que termine el ciclo de la paz, vengo para pedirles la consagración de sus vidas al Plan perfecto del Altísimo.

Queridos hijos, como su Madre vengo para traer una posible solución para una humanidad enferma, maligna y ciega, que perdió la verdadera unión con todo el Universo. Mis hijos, aún hay mucho por hacer en este mundo, aún hay mucho por servir y por dar para que todo se pueda revertir.

Queridos hijos, si las almas no hacen algo pronto, algo que mueva el Corazón de Dios para que Él derrame Su infinita y poderosa Misericordia, no sabría decirles como terminará todo. Este es Mi llamado para ustedes: testimonien a Cristo en ustedes para que Mi Amado Hijo, ofendido por los horrores del mundo, sea visto en los corazones que acepten la redención.

Hijos, estoy con ustedes y con todos los que imploran al Padre Celestial por una ayuda mayor. El mal nunca vencerá, pero él puede hacer mucho daño. El mal no conoce el amor y no sabe cómo se siente ni se vive. Ustedes, Mis hijos de latinoamérica, saben del Amor de Dios, porque ya lo han sentido y vivido en cada oración, en cada comunión y en cada canto. Sean difusores del Amor de Dios y de la unidad inquebrantable entre las almas y Dios, así también harán triunfar Mi Inmaculado Corazón.

¡Les agradezco por escucharme con atención!

Los une al principio del Todo: al Amor Universal y Divino,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz