Jueves, 25 de febrero de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LOS REFUGIADOS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Quédate en Mis brazos, porque así Yo te ayudaré.

Quédate en Mis brazos, porque así Yo te consolaré.

Quédate en Mis brazos, para que sientas a todo el Universo.

Quédate en Mis brazos, para que veas la Gracia de Mi Corazón.

Ya no te canses, querido peregrino, sigue buscando lo más alto de la montaña para que veas, en el horizonte, la llegada del Gran Pastor.

Sigue adelante, caminando entre piedras y espinas, en esta senda tus pies se lastimarán para que puedas aprender.

Tal vez caigas al suelo para aprender a levantarte; pero recuerda, Mi querido peregrino, que una Mano de Luz siempre será tendida en tu camino para que puedas levantarte con firmeza y devoción. Por eso, quédate en Mis brazos, así como se quedó Jesús cuando nació.

Quédate en Mis brazos, para que reconozcas que no estás solo en este universo. Sabe que hay muchos hermanos del universo que te aman y desde sus Cielos más sutiles acompañan la trayectoria de tu espíritu.

Sabe que podrás escapar del error, esta escuela es para los que se animan a autoconocerse y transformarse.

Si doce hombres al lado de Jesús se convirtieron en Sus seguidores y apóstoles de la Sagrada Palabra, ¿por qué tú, querido peregrino, dejarás de convertirte en algo tan bello y esperado por Mi Hijo?

Es hora de que, día a día, aprendas a crecer y a amar la transformación.

El universo de esta humanidad está lleno de dádivas pero también está lleno de deudas, algunas impagables. Pero si tu fe te lleva a encontrar el punto más alto de la montaña, nunca dejes de aspirar a redimir completamente tu vida.

Querido y amado peregrino, viniste al mundo para purificar lo más viejo, lo que ya no puede morar en tu sagrada consciencia.

Querido peregrino, llegaste al mundo con un velo en los ojos de la consciencia para que aprendieras a caminar a través de la fe absoluta, sin conocer antes tu pasado en las estrellas y en el cosmos. Ahora y aquí, aprendes a superarte todos los días, sin dejar de participar de los verdaderos milagros que el Cielo ha hecho en tu vida y en la vida de tus hermanos.

Sé que tú, amado peregrino, has caminado y has cruzado muchos desiertos y, tal vez ahora, estás en las puertas de un nuevo desierto interior. Alégrate porque podrás estar vacío de ti mismo y libre de cualquier influencia.

Siéntete digno de recibir cualquier aprendizaje o cualquier prueba para que puedas superarla dentro o fuera de ti.

Quédate en Mis brazos de Madre, Mis ojos posan sobre ti, Mi mirada de Luz acompaña silenciosamente la cruz que estás cargando.

Sé que Dios te ama así como Él te creó en el principio. Recuerda todas las veces que Yo te contemplé y cuánto Amor Divino te expresé.

Querido peregrino, únete a tus hermanos y forma parte del ejército celeste de Luz que ayudará a vencer al adversario en la última hora.

Sonríele a la vida y siéntete en paz, no solo veas tus propios errores, ve más allá de tu alrededor, observa al mundo agonizando día y noche. Mira cuántos pierden la vida y no lo perciben. Mira cuántas almas inocentes son prisioneras del poder humano y de la guerra. Mira, contempla, aprende y reza Conmigo para que esto termine pronto.

Quédate en Mis brazos, pequeño peregrino, al igual que Jesús cuando expiró y al ser bajado de la Cruz quedó un tiempo en Mis brazos.

Querido peregrino, entrégame todo lo que acongoja a tu corazón y a tu vida, destierra el miedo creado por la mente. Instituye en tu espíritu la Divina Presencia del Sagrado Corazón de Jesús.

Aprende a amar lo que parece imposible de amar. Aprende, así como Nosotros, Tus Guías Celestiales, hemos aprendido en este mundo.

Dios tiene piedad de todos Sus hijos, desde el más pecador hasta el más santificado; todos son iguales ante los Ojos del Padre, porque son amados por el único y máximo amor del universo.

Ofrece tu vida todos los días en las Manos del Padre, ofrece al universo lo mejor que puedas hacer por los otros. Allí, en esa completa y abnegada donación, estarás libre de muchos errores y miedos.

Todo el universo espera que algún día des tu gran paso hacia la confianza en Dios, para poder ingresar en consciencia al Paraíso.

Al menos, ama todo lo que vives, y hazlo por aquellos hijos Míos que mueren en los desiertos de este mundo, enterrados vivos o decapitados.

¿Quién Me ayudará a soportar un dolor tan grande?

Solo el Amor te hará humilde, simple y verdadero. Todo lo que hagas en nombre del Amor de Dios, es como si lo hicieras mil veces, tiene un mérito incalculable.

Querido peregrino, las almas sufren porque no hacen las cosas por amor o porque no aman a sus semejantes con amor verdadero. Yo les enseño a todos Mis hijos lo que Mi Hijo Jesús le enseñó al mundo entero: “Ámense los unos a los otros”, así como Mi Hijo los amó desde el principio.

El Amor te volverá sagrado, bendito y puro. El Amor de Dios en el corazón peregrino es invencible. Necesito que Mis hijos amen de verdad y no en apariencia, para que ayuden en la reconstrucción de este mundo.

Camina, querido peregrino y quédate en Mis brazos, hoy la Misericordia infinita de Dios tocó tu corazón.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Les enseña a amar, en la escuela del amor,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados