Domingo, 19 de junio de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Entre Mis brazos, como la Madre de la Misericordia sostengo a los que se perdieron del camino de Cristo, y así como una vez tuve a Jesús entre Mis brazos que murió por ustedes, hoy suplico al Padre Celestial por Su Divina Piedad.

El Padre nuevamente Me concede la Gracia de liberar y de perdonar a los que cayeron en el error, en la soberbia y en la profunda ingratitud.

Como la Madre de la Misericordia intercedo por esas almas porque ellas son Mis hijas, las que Yo quiero llevar hacia la verdadera paz, hacia la redención de la vida y del corazón.

Como la Madre de la Misericordia recojo del calvario de cada ser las miserias que cayeron al caminar con la propia cruz, y con Mi Luz maternal transformo la oscuridad en luz, la incomprensión en sabiduría y la tristeza en plena alegría.

Como la Madre de la Misericordia convierto lo que es imposible para el mundo y curo las heridas que nadie consigue curar espiritualmente, porque el Padre Me ha dado la Gracia de que, como la Madre de la Bondad, ayude a Mis hijos, a todos los que abren su corazón para encontrar Mi Amor.

Queridos hijos, la derrota de la soberbia en un corazón es el mayor presente que un alma puede recibir en este tiempo en donde la mezquindad, la ceguera y la corrupción hipnotizan el camino de las almas.

Cuando esa soberbia es quebrada por el báculo de Dios, se establece la Justicia Divina y el alma no recibe lo que en verdad merecería, porque al quebrarse la máscara de la soberbia nace la pureza del corazón.

Tengan corazones puros y amen, amen mucho porque en el amor Mi adversario no tiene su reinado, sino solo en los corazones y en las mentes endurecidas.

Den permiso para que el amor del corazón brote como una llama a través de la oración y dejen que las viejas estructuras caigan al suelo para que así pueda abrirse la flor del corazón.

Reciten todos los días la gratitud infinita al Creador y estarán en el camino correcto. Como la Madre de la Misericordia estoy aquí para ayudarlos y conducirlos al Padre Celestial.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Por la misericordia de todo el planeta,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz


Sagrada Letanía a la Madre de Dios y Madre del Universo

Para implorar Su intercesión durante los momentos de prueba y de purificación.


Virgen Santísima,
Virgen Poderosa,
Virgen Castísima,
Virgen Abogada nuestra,
Virgen Prodigiosa,
ten misericordia de nosotros,
ayúdanos.

Madre de la Esperanza,
Madre de la Misericordia,
Madre Bienaventurada,
Madre Corredentora,
Madre de la Divina Fe,
Madre Protectora,
Madre de la Santa Justicia,
Madre Mediadora,
Madre del Perpetuo Socorro,
Madre Salvadora,
Madre de la Victoria,
Madre Purísima,
Madre Plenísima,
Madre Milagrosa,
ten misericordia de nosotros,
socórrenos.

Reina de la Paz,
Reina Universal,
Reina de las Estrellas,
Reina del Amor,
Reina de todos los Ángeles,
Reina Celestial,
Reina Libertadora,
Reina Amadísima,
Reina Dulcísima,
Reina Venerable,
Reina Adorable,
Reina de las Puertas del Cielo,
ten misericordia de nosotros,
intercede ahora y siempre.

Señora del Rosario,
Señora de la humanidad,
Señora de los pobres,
Señora de los inocentes,
Señora de la Santa Cruz,
Señora de los enfermos,
Señora de los puros de corazón,
Señora de la Piedad,
Señora de la Hermandad,
Señora de la Confraternidad,
Señora de la Luz,
Señora de la Majestad,
ten misericordia de nosotros,
rescátanos.

Espejo de todos los Universos,
Espejo de la Cura,
Espejo de la Sabiduría,
Espejo del Discernimiento,
Espejo de la Alegría,
Espejo del Cosmos,
Espejo de la Liberación,
Espejo de la Asunción,
Espejo de la Misericordia,
Espejo de la Redención,
Espejo de la Unión,
Espejo de la Salvación,
Espejo de la Rehabilitación,
ten misericordia de nosotros,
cúranos ahora y siempre.

Que en Tus sagradas faces yo encuentre el camino de salida.

Que en Tu caminar yo vea los pasos dados.

Que en Tu mirar mi alma se fortalezca.

Santa Madre de Dios,
destierra de mi ser toda soberbia,
propiedad, orgullo e indiferencia,
porque toda mi vida a Ti pertenece
para que Tu Amado Hijo
realice Su Obra de Redención y de Fraternidad.

Me entrego en Tus brazos,
humillado y despojado,
porque Tu Gracia plena
me ha concedido la redención.

Amén.