Domingo, 1 de enero de 2017

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE OKLAHOMA, ESTADO DE OKLAHOMA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Retorno al lugar en donde una vez Me conocieron y Me adoraron como el Gran Espíritu Maternal de la Paz, como la Consciencia robusta y fuerte que traía sabiduría y claridad
a los pueblos del pasado.

Retorno, hijos, como Aquella Consciencia sagrada que una vez invocaron muchos pueblos que les precedieron, para formar parte de la Creación y de la unión entre el Cielo y la Tierra.

Retorno como el Espíritu de la Paz, como la Consciencia Divina que en el pasado inspiró a las tribus para buscar la unión con lo sagrado y lo sublime.

Su Madre Celeste retorna como el Espíritu Sagrado de la maternidad, como el ave cóndor que eleva con Su canto hacia lo alto a la humanidad.

Su Madre retorna en este nuevo año a un lugar en donde una historia inolvidable quedó grabada y de la cual muchos de Mis hijos indígenas participaron.

Retorno al corazón de Oklahoma para cerrar las heridas que quedaron abiertas y para devolver la sabiduría de lo que antes era tan sagrado. Vengo para borrar con Mi Amor el camino de las lágrimas y para reencender el amado culto de los que invocaban la ciencia divina de los elementos.

Retorno como el Espíritu elevado de la Paz para liberar los errores cometidos y las pruebas sufridas por cada uno de Mis hijos.

Soy la Sagrada Madre de todos los pueblos, soy la que anuncia en Oklahoma el renacimiento de un nuevo ciclo. Vengo para unir lo que está separado y lo que quedó inconcluso en las consciencias humanas.

Retorno porque Me llamaron internamente, y por eso de nuevo estoy aquí, entre Mis hijos indígenas norteamericanos, para reavivar en ellos la unión esencial con lo que es más puro y se guarda dentro de cada noble corazón.

Vengo para buscar la reconciliación ante todos los acontecimientos vividos. Por eso vengo para pedir la paz entre las etnias y entre las tribus, entre el hombre blanco y el hombre natural de esta región.

Deseo que todos se comprendan y que al mismo tiempo se acepten, que cada ser ofrezca lo mejor de sí, como fue en el principio de los pueblos, para que se cumpla la Divina Voluntad.

Como la Madre que retorna para buscar a Sus hijos, les pido que se unan a la Consciencia Creadora y que expresen sus devociones y sus semejanzas entre todas las etnias. Cada pueblo originario es capaz de aportar algo verdadero y sagrado al Universo Creador.

Sean esos Espejos, como una vez lo fue su pueblo, que refractaban las corrientes del amor y de la armonía para todo el planeta.

No se desanimen, hijos, hoy vengo aquí como el Gran Espíritu de la Paz porque Me llamaron y he decidido, en el nombre del amor, poner fin a tanto sufrimiento.

Abran sus corazones, en confianza, al Mío, porque en Mi Corazón estarán protegidos y serán conducidos por el camino del bien.

Retorno a su casa para que Me reconozcan y Me sientan. Vengo con la misión de hacer que recuperen y afirmen sus valores esenciales, los que hicieron de su pueblo originario consciencias elevadas por la sabiduría y la reverencia.

Aún el mundo necesita de consciencias como las de ustedes para poder encontrar el sentido de que existan tantas razas con muchos propósitos que cumplir.

Vivan la Ley que una vez encarnaron y no pierdan el brillo que en otros tiempos les hizo reflejar lo más puro e inocente de su civilización.

El Gran Espíritu de la Paz viene para reconstruir lo que una vez fue destruido por los colonizadores en su más profunda ignorancia.

Ahora vengo para que todos pidan perdón, porque ese perdón los librará a todos de las cadenas ancestrales.

Soy ese Espíritu de Sabiduría que una vez los guió y condujo las raíces de su pueblo para que él cumpla con los Designios del Creador, porque parte de sus consciencias internas acompañan y protegen el Plan de Dios por medio de las áreas sagradas del planeta.

Miren al horizonte con esperanza y recuperarán la alegría interior de servir al Creador. Con Mi presencia en Oklahoma en este día, Yo vengo para renovar los tiempos y para que la consciencia indígena ingrese nuevamente en el Tiempo Real, en donde volverá a vivir el eterno presente y ya no existirá pasado ni futuro, solo eternidad y consciencia.

Como el Espíritu de la Paz vengo para hacer de sus caminos, caminos de amor, de paz y de misericordia.

Hoy retorno como el Ave de Luz, la que circunda la esencia de su pueblo para que se establezca la paz. Reconózcanme y sabrán quién soy y que siempre estuve a su lado. Les agradezco por responder a Mi llamado.

Como el Águila de Luz que proclama la redención,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz