Lunes, 18 de diciembre de 2017

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE BAHÍA BLANCA, BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Si aún una parte de tu ser no cree que Yo estoy aquí, ¿por qué tú aún estás aquí?

¿Acaso Yo no estoy aquí, que Soy tu Madre?

Ten, en primer lugar, gratitud por todo lo que vives y por todo lo que experimentas.

Ya no intentes escapar de la realidad que te rodea porque, en verdad, hijo, estarás escapando de ti mismo, y en donde tú escojas estar, estarás siempre contigo, cargando con la misma cruz hacia todos lados.

Ten la consciencia interior de que no podrás cambiar el mundo, y ni siquiera a las personas, de la noche a la mañana.

Acepta con una alegre resignación la prueba que en este tiempo te envía el Cielo.

No serás mejor o peor estando lejos de la realidad que podría estar perturbando tu corazón.

Vive cada experiencia como una posibilidad única de ampliar tu amor y tu renuncia.

No dejes que tu mente y que Mi adversario te engañen.

Desconfía de todo lo que viene de ti y de lo que procesa tu mente, porque si te quedas en ese lugar siempre hallarás un gran obstáculo.

Comienza haciendo el cambio que tanto esperas, primero dentro de ti, y no intentes, de ningún modo, cambiar el Plan, el destino ni los acontecimientos.

No creas que en este mundo encontrarás cosas perfectas. Sé inteligente de verdad, y no permitas que las dudas borren y desvanezcan la fe de tu corazón.

Acepta, por encima de ti, el destino en el cual te ha colocado el Universo. Y si tanto quieres que las personas y las cosas sean perfectas como tú las necesitas, comienza dando el ejemplo en la paciencia, en el esfuerzo y en el servicio, sin querer escapar o esconderte de la verdadera necesidad para no sentirte cansado.

Vive tu Getsemaní con inteligencia y deja que solo te invada el constante amor de tus semejantes, amor profundo que nunca antes has vivido.

Busca, hijo, la verdad en lo que es simple y sencillo, y no en lo que te deleitaría como perfecto y pleno. Si entregaste tu vida en las Manos de Dios, Sus propias Manos te colocaron en este lugar, en donde debes servir incondicionalmente; y hoy te lo dice tu Madre del Cielo, lo declaro sin intermediarios.

Ten gratitud y expándela, para que los demás puedan reconocer en ti a un Nuevo Cristo que acepta, que comprende y que ama más allá de sí mismo y de cualquier expectativa.

Trabaja todos los días por tu redención en base a profundos actos de amor y de servicio, y te aseguro que las dudas, o incluso los desacuerdos, no estarán más en ti, sino que morirán en la boca de quien los emite: Mi rival.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz